Redacción Canal Abierto | Tras la reciente reunión en Brasil de Mauricio Macri con su par local Michel Temer, el próximo domingo la integración latinoamericana de la era neoliberal tendrá un nuevo capítulo: Macri y la presidenta chilena Michelle Bachelet convocarán en Santiago a una sesión especial de debate de todos los cancilleres del bloque del Mercosur y de la Alianza del Pacífico.
Previamente a la reunión en Brasilia, Temer publicó en Clarín una bienvenida a Macri en la que afirmó: “Es momento de volver al camino de la efectiva integración”. Más tarde, ambos mandatarios firmaron una declaración conjunta que sostiene la necesidad de «encarar el fortalecimiento interno del Mercosur y las relaciones con el mundo”. Claro que “integración” no es lo mismo para todos.
“No hay un único tipo de integración. Hay formatos donde lo que se intenta es alentar el libre comercio, y otros donde lo que se privilegia es un mercado más amplio para aprovechar a reestructurar progresiva y productivamente determinados sectores -explica Fernando Porta, especialista en economía internacional, docente e investigador en la materia de la Universidad Nacional de Quilmes-. Cuando lo que se prioriza es el libre comercio, esto no suele ir acompañado de políticas productivas porque se entiende que el libre comercio trae el crecimiento por sí solo. En cambio, si lo que querés es lo segundo, la integración va acompañada de otros mecanismos y políticas. Es decir que el hecho de que alguien diga que está de acuerdo con la integración no garantiza que va a alentar la productividad. Con Macri y Temer hay un retorno hacia la concepción más libremercadista de los esquemas de integración”.
Si bien el acercamiento a los países de la Alianza del Pacífico es moneda corriente en el discurso de los funcionarios del gobierno de Cambiemos, las posibilidades de llevar adelante acuerdos entre ambos bloques son más declamativas que viables. “Desde el Gobierno se viene hablando de la flexibilización de la restricción que impone el Mercosur a hacer tratados de libre comercio por fuera del bloque. También sostienen que el esquema de la Alianza del Pacífico es mejor que el del Mercosur sin tener en cuenta que se trata de economías diferentes. Son expresiones más ideológicas que prácticas. Lo que sí es posible y peligroso es el escenario que se abre con la Unión Europea (UE)”, advierte Porta.
Un acuerdo que disciplina
En julio, Macri estuvo en Bruselas reunido con Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la UE, donde el principal tema de conversación fue el acuerdo de libre comercio UE-Mercosur. La misma Mogherini reconoció que «la Argentina tiene un papel clave y el presidente Macri mostró liderazgo para relanzar los acuerdos entre la Unión Europea y el Mercosur, frenados desde hace diez años».
“La negociación con la UE está trabada porque los europeos no están dispuestos a resignar áreas y medidas proteccionistas de su economía y en cambio te exigen que abras los mercados –agrega Porta-. Pero ahora un acuerdo con la UE le serviría al Gobierno como mecanismo de presión para obligar a algunos sectores duros (buena parte de los industriales argentinos) a flexibilizarse al abrirle las puertas a un competidor”.
Del 21 al 23 de febrero, el Presidente tiene previsto un vieja a España. Hace pocos días, el embajador argentino en ese país, Ramón Puerta, dijo a La Nación: “La visita de Macri también será un gesto importante hacia la Unión Europea, porque España es la puerta de entrada a ese bloque”.