Redacción Canal Abierto | Un nuevo “tarifazo” promete golpear a los pequeños equipos de fútbol en territorio bonaerense. Esta vez no se trata de la suba abrupta en las facturas de luz, gas o agua, y que en los últimos dos años llevaron a la ruina a varios clubes de barrio.
Días atrás la gobernadora de la provincia de Buenos Aires selló un incremento de más del 100% en los costos de la seguridad en los estadios a partir del 1º de abril, lo que llevará el costo de las horas adicionales de los efectivos de 88 a 183 pesos.
La resolución 2018-358 del Ministerio de Seguridad bonaerense, firmada por Cristian Ritondo, despertó el descontento en los sectores más humilde del mundo futbolístico. Es decir, los clubes chicos. Sobre todo porque el aumento “de la categoría 5” (espectáculos o reuniones públicas) afectará a todas las divisiones del fútbol argentino por igual, sin distinciones económicas: desde la Primera División hasta el Torneo del Interior.
Ante las primeras críticas, la provincia salió a defender el decreto con el argumento de que “se estima oportuno y conveniente, en el marco de la emergencia declarada en materia de seguridad pública, la actualización de los montos correspondientes a dichos servicios”.
Si hay un punto de coincidencia entre la dirigencia del fútbol argentino es que los operativos de seguridad representan la mayor erogación para los clubes al momento de abrir las puertas de la cancha.
Sólo por tomar un ejemplo, cada vez que Sarmiento de Junín (B Nacional) hace las veces de local se le suele exigir un mínimo de 170 policías. A ocho horas cada uno, antes del aumento el costo ascendía a 119.680 pesos. Ahora, con el incremento, rondará los 250 mil pesos.
Para tener una noción de en qué medida afectará el incremento a las arcas del club, Sarmiento deberá vender cada partido al menos 1389 entradas generales (a 180 pesos cada una) para así sólo cubrir los costos policiales. Excluyendo a los de La Plata y al ´José María Minella` de Mar del Plata, el estadio “Eva Perón” (para 22.500 personas) es el de mayor capacidad del interior bonaerense. Sin embargo, no es común verlo colmado, mucho menos en estos tiempos. Y no sólo producto del mal desempeño futbolístico, sino mas bien por los bolsillos flojos tras tanto aumento y tarifazo.
Una caja turbia que ya estuvo en la mira
El fútbol es un territorio fértil para la sobrefacturación la utilización de efectivos, una maniobra difícil de comprobar pero mediante la cual -coinciden periodistas especializados en violencia en el fútbol- hacen caja los altos mandos de las distintas policías provinciales.
Desde diciembre de 2015, cuando asumió el gobierno Vidal, la oficina de Asuntos Internos detectó irregularidades con el cobro de las horas adicionales en La Plata. En diciembre de 2017 se supo que había 116 policías sancionados en la capital provincial, de los cuales se desafectaron a 81.
Por aquel entonces las sospechas de corrupción en la propia fuerza fueron confirmadas por el auditor de Asuntos Internos, Guillermo Berra, sobre el terreno.
“Históricamente los operativos de seguridad en el fútbol representaron una gran caja policial”, explica a Canal Abierto el Vicepresidente de la ONG Salvemos al Futbol y sociólogo, Diego Murzi.
Para dar una pauta de cuánto dinero puede mover un operativo policial de envergadura, el clásico de Avellaneda del verano tuvo 800 policías afectados y costó unos 281.600 pesos. Si el partido se jugase después del primer día de abril, el mismo costaría 585.600.
“Quien determina cuántos efectivos son necesarios es en parte la propia policía, y eso es lo extraño. Porque de esta manera estaría de los dos lados del mostrador. Entonces, por ejemplo, desde la policía le piden a un club 500 oficiales para el operativo, y ese club tiene que ir pagarle a esa misma policía por las horas adicionales de esos efectivos”, cuenta. “Es una privatización de un servicio del Estado”.
Por otra parte, Murzi afirma que “la cantidad de efectivos que asistían a la cancha cuando había dos hinchadas siguió siendo la misma que sin hinchada visitante”. En este sentido, señala: “Eso te da la pauta del lugar que ocupaba el negocio”.