Redacción Canal Abierto | El techo que el Gobierno puso a las negociaciones paritarias perdió su único argumento cuando lo que consideraba que sería la inflación para este año se vio desestimado por el 6,7% registrado en marzo, que superó ampliamente las expectativas. El FMI pronosticó que estará por arriba del 19%, mientras que la anualización del INDEC llegaría al 26,8%.
En este contexto, se ve un poco de todo. Hay sindicatos que cerraron sus paritarias cómodamente, algunos no tanto, y otros que se resisten a seguir perdiendo poder adquisitivo, al igual que en 2017 cuando los acuerdos promediaron el 21% y terminaron perdiendo por 4 puntos con respecto a la inflación de ese año.
Dentro de los que ya firmaron sus acuerdos, hay un grupo que cedió ante la propuesta del Gobierno y fundó el “Club del 15%”, aún sabiendo que arreglaron a la baja.
Entre los miembros de este círculo se destacan los trabajadores de la UOCRA, petroleros, Luz y Fuerza, Obras Sanitarias, Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios, la UTA, pintores, tintoreros, remiseros y los ferroviarios, recientemente añadidos.
Mientras, hay quienes oponen resistencia y siguen en la lucha. Los docentes universitarios -con un sueldo que ronda los $17.000 para quienes tienen mayor antigüedad y categoría, y los $4.500 para los de menor jerarquía- recibieron una propuesta de un 15% distribuido en cuatro cuotas (2% en abril, 2% en junio, 5% en agosto y 6% en diciembre) que fue rechazada por los trabajadores, que exigen un aumento del 25% con cláusula gatillo y jerarquización.
A ellos se les suman los bancarios, que son quienes más paros realizaron en el año y piden un aumento acorde con el costo de vida; los camioneros, que exigen un aumento del 23%; los gastronómicos; los aceiteros nucleados en la Federación Aceitera; y los azucareros, que en 2016 y 2017 cerraron unas de las pocas paritarias acordes a la inflación.
También, a comienzos de abril se divisaba una ruptura del techo salarial de los metalúrgicos, que recibieron la propuesta de un 18,5% por parte del Ministerio de Trabajo, casi como un reconocimiento de que el 15% de inflación ya era imposible. Sin embargo, el acuerdo se cayó porque las empresas rechazaron esta suba y lanzaron una contraoferta del 16%, mientras que los miembros de la UOM apuntan al 20% y ante la negativa planifican un paro para el 3 de mayo.
Una historia muy distinta es la de dos gremios cercanos al moyanismo: Aeronavegantes y los Aceiteros de San Lorenzo –que no forman parte de la Federación liderada por Daniel Yofra-, que cerraron en un 25% y un 15% (más una gratificación adeudada desde 2017 de $23.000), respectivamente.
Por otra parte, la Unión de Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDyC) arregló el 18% y 19%, con cláusula gatillo que se dispara en noviembre de este año, garantizando un piso salarial para sus empleados que supera los $20.000.
UPCN cerró en 4,8% en cuatro tramos hasta junio, con la activación de la cláusula gatillo 2017, para cubrir la distancia entre el 20% y el número de la inflación otorgada por el INDEC (24,8%), sin ninguna otra bonificación.
Hasta el momento, más del 50% de los sindicatos aceptaron el techo salarial, que concreta así el deseo del Gobierno de cerrar incrementos debajo del 15%, lo cual derivará en un final de año con una pérdida de entre 5 y 10 puntos en poder adquisitivo para los trabajadores.