Redacción Canal Abierto | Nucleados en la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), los trabajadores de Astillero Río Santiago (ARS) concentraron esta mañana en la subida de la Autopista Buenos Aires-La Plata.
El objetivo era movilizar a la Casa de Gobierno de la Provincia, donde el ejecutivo a cargo de Maria Eugenia Vidal había prometido abrir una mesa de diálogo. Sin embargo, finalmente la gobernadora suspendió la reunión y reprimió la manifestación.
Según trascendió, hasta el momento habría al menos cinco trabajadores del astillero detenidos. Se trata de Denis Rubén Bilardo, Leonardo Daniel Nieva, Mauro Emilio Dubin, Gustavo Villa, y Luis Fernando Romano. El fiscal a cargo es Mario Marini.
El violento accionar policial tuvo lugar a dos cuadras de donde está siendo velada Chicha Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo, y fallecida ayer luego de 42 años de búsqueda de su nieta Clara Anahí.
Si bien el reclamo por la reactivación de ARS por parte de ATE es de larga data, el tema volvió a instalarse en los medios de comunicación luego de un informe del programa Periodismo Para Todos que conduce Jorge Lanata en el que arremetía contra los trabajadores. Los argumentos del periodista estrella del Grupo Clarín no difirieron de la línea editorial general del multimedio, donde la defensa del recorte macrista de los últimos casi 3 años ya es costumbre. “Cajas negras del sindicalismo” e “ineficiencia” fueron las palabras que sobrevolaron los más de 10 minutos de copete y cerca de 16 de informe.
Al día siguiente de la emisión, el secretario General de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy salió al cruce de Lanata: “Si el Astillero no funciona es por responsabilidad de Vidal y Macri, y antes de Scioli y Cristina. Es responsabilidad de cada uno de los gobiernos, y no lo hacen porque hacen negocios del otro lado, negocios infames”.
Hitos recientes del conflicto
Hace poco menos de un año, la gobernadora María Eugenia Vidal aseguró que el Astillero Río Santiago era la única empresa pública deficitaria en la provincia de Buenos Aires. Sus 3.500 trabajadores, entonces, salieron a denunciar que fue justamente el Ejecutivo bonaerense el responsable de que eso ocurriera, al paralizar contratos para la construcción de buques al congelar créditos del Banco Provincia y la compra de insumos.
Luego llegó la compra de buques a Francia e Israel y quedó expresada la intención oficial de no reactivar el Astillero –que con 65 años es el más grande de la Argentina y el quinto de América Latina-, ni mucho menos de recrear la marina mercante nacional desguazada por el menemismo.
Para mayo de este año la intervención ya estaba decidida. Con el despido de siete gerentes de carrera por parte de la administración nombrada por Vidal, comenzaron los plenarios y el estado de alerta entre los trabajadores oriundos de Ensenada, Berisso y La Plata ante el temor fundado de que la lista de despedidos siguiera.
Para mediados de julio, Mauricio Macri formuló la frase fatal: “al Astillero hay que dinamitarlo”. Y comenzó una operación de prensa para instalar la inutilidad de la empresa. Como respuesta, los trabajadores realizaron una permanencia pacífica en la Dirección y denunciaron que las decisiones gubernamentales le hacían perder plata al país. “El Gobierno está haciendo una inversión de 324 millones de dólares, cuando en el Astillero lo presupuestamos por 170. Así que está dinamitando el Astillero con esta política de compre extranjero con la que beneficia a la mano de obra de Francia”, sostuvo en diálogo con Canal Abierto, Francisco Banegas, secretario general de ATE Ensenada.
La compra de buques, que costó al Estado el doble que fabricarlos en el Astillero, se suma a una situación que venía de arrastre: hoy todo lo exportado en nuestro país se embarca en buques de dos empresas monopólicas que concentran el mercado mundial. De tener una flota estatal, Argentina podría obtener dividendos por entre 5 y 7 mil millones de dólares al año que hoy representan una pérdida.
César Baliña, secretario Gremial de ATE Buenos Aires, contó en diálogo con Canal Abierto como se sucedieron los hechos.