Redacción Canal Abierto | «Es un presupuesto austero», señaló Nicolás Dujovne en un intento por edulcorar los recortes que en valores reales sufrirán numerosos sectores del Estado nacional, provincias y municipios.
Según el proyecto de Presupuesto 2019 presentado hoy por el Gobierno en el Congreso, se prevé que el año que viene la economía argentina sufra una retracción del 0,5%, inflación del 23% y un dólar promedio a 40,10 pesos.
A grandes rasgos, y aunque resulte inverosímil una baja tal en las expectativas inflacionarias, el ministro de Hacienda insistió: «Proyectamos una desaceleración de la inflación durante 2019, luego del shock inflacionario de los últimos meses de 2018».
El 2018 se inició con una meta de inflación de entre 10% y 12%, según las proyecciones del Banco Central a cargo del ex titular, Federico Sturzenegger. Luego, en la célebre conferencia de diciembre de 2017, la entidad elevó la meta a 15%. Aunque hoy el Gobierno sostenga una fantasiosa pauta del 34% para este año, nadie calcula que ésta baje del 42%.
Algo similar ocurre con el dólar: lejos de la proyección oficial en torno a los 40,10 pesos promedio, la tensión cambiaria de los últimos meses promete una divisa en alza para los próximos meses, aunque impredecible para lo que respecta a 2019.
Como consecuencia del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Gobierno empieza a diseñar un plan de ajuste y recortes que le permita alcanzar el tan anunciado déficit 0.
Por otra parte, el rubro de gasto que mostrará una mayor disminución absoluta serán los subsidios económicos, en los cuales se gastarán $ 287.302 millones, 6,9% menos que en 2018, donde se destacan los destinados al sector transporte (-18,1%). A su vez, los gastos de capital alcanzarán $ 215.033 millones y mostrarán un caída de 7,2% anual. Esto se traducirá en más tarifazos y/o trasferencia de subsidios a las provincias, y menos inversión pública.
En este sentido, Dujovne aclaró: «Las transferencias corrientes a las provincias serán por $ 81.633 millones, y mostrarán una caída de 17,5% anual, producto de que una parte de las transferencias por compensaciones del Consenso Fiscal que no estará en 2019».
Incluso si se toma como verosímil la pauta inflacionaria del 23%, en comparación con 2018, los ministerios más afectados serían Transporte (-50,6%), Interior y Obras Públicas (-3,3%), Jefatura de Gabinete de Ministros (-10,9%), Hacienda (-16,2%), Producción y Trabajo (-11,7%) y Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología (0,6%). También sufriría una reducción la partida para el Poder Legislativo Nacional que, respecto del año pasado, recibirá -3,5%.
En relación a los egresos económicos, el único sector que verá considerable incremento es el de pago de la deuda pública, con una suba interanual de 48,8%. De hecho, el pago de la deuda representará una 22,7% de todos los incrementos en términos absolutos que prevé el Gobierno para 2019.
“En 2019 proyectamos ingresos totales del Sector Público Nacional no Financiero por $ 3.721.261 millones que implicarán un incremento anual de 41,8%, y de 1,2 p.p en términos del PBI”, planteó el ministro.
Es quizás esta última la falacia más audaz del Presupuesto 2019. Es decir, que en un contexto de recesión económica, caída del PBI y probablemente del empleo, el Gobierno plantee una por demás positiva recaudación. Según Dujovne, siempre con comparación con 2018, el Estado argentino percibirá suba por IVA (31,6%), aportes y contribuciones a la seguridad social (30,8%), bienes personales (69,4%), derechos de exportación (201,2%), derechos de importación (46,9%) e ingresos de capital –inversión privada o toma de deuda- (524%).