Redacción Cana Abierto| El Gobierno, a través del Ministerio de Defensa, evalúa una reestructuración del Ejército, que incluye la incorporación de 10.000 reservistas que serían convocados sólo en caso de conflicto bélico.
A diferencia de la figura clásica del reservista, que recibía entrenamiento y formación militar en su paso por el Servicio Militar Obligatorio y podía ser convocado tras incorporarse a la vida civil, esta nueva propuesta en la que trabaja la cartera conducida por Oscar Aguad, contemplaría una primer formación y actualizaciones anuales o semestrales. Aquellas personas que se enrolen, continuarían en sus actividades y percibirían una paga cada vez que se presenten al entrenamiento.
Consultada por Canal Abierto, la especialista en geopolítica, estrategia y defensa nacional, y Secretaria del Centro de Militares para la Democracia Argentina, Elsa Bruzzone, afirmó que: «se busca ampliar cada vez más la cantidad de personas para involucrarlas no en la defensa de la patria, sino en las tareas de seguridad interior, lucha contra el terrorismo, armas de destrucción masiva, etc. Esto no tiene nada que ver con las reservas que normalmente mientras existió en nuestro país el servicio militar obligatorio se formaban.Los que pasaban por el servicio militar salían en calidad de reserva sin seguir en la carrera militar. Las reservas están pensadas como el entrenamiento de la población entre los 18 y los 65 años en el manejo de armas y de táctica de guerra y de guerrillas. Son cosas que están pensadas en el caso de que el país sea agredido por otro país. Entonces está preparada la población. Hay Fuerzas Armadas profesionales y una preparación de la población para hacer frente a una amenaza de ese tipo. Una vez al año durante un mes todos reciben entrenamiento para estar en condiciones. Es el viejo concepto de pueblo o nación en armas, que se podría entender si desde ese punto de vista en un mundo en el que vemos cada vez más que hay nuevas ofensivas coloniales por parte de Estados Unidos y sus aliados en busca de los recursos naturales».
Cuesta leer esta noticia, de momento trascendida por el principal aliado mediático del Gobierno, sin vincularla con otra del año pasado: la participación de las Fuerzas Armadas en seguridad interior.
«Buscan que sea un complemento. Porque está el pedido del Comando Sur que es la desaparición de las fuerzas armadas. Confiar la defensa del país en manos del Comando Sur y transformar a las fuerzas armadas diciendo que su misión no es la de defender al país ante una agresión exterior sino transformarlas en fuerzas de seguridad al mismo nivel que las restantes fuerzas de seguridad que hay en el país. Ese es el objetivo final. Si se delega la defensa del país en manos de Comando Sur, no se necesitan fuerzas armadas y se pueden convertir tranquilamente en fuerzas de seguridad. El objetivo final es dejar al país sin fuerzas armadas», señaló Bruzzone.
Por otra parte, el número 10.000 aparece en dos instancias en el borrador del proyecto: por un lado, es el número de reservistas a incorporar y por otro es el número de personal civil y militar que se reduciría de la planta total de las Fuerzas Armadas, que bajaría de 80.000 a 70.000. ¿Vamos a la precarización de la defensa nacional?
«En el caso de las policías provinciales entran y en dos o tres meses les enseñan el manejo de armas y los mandan a las calles sin enseñarles previamente todo lo que deben saber y dándoles carta blanca para hacer lo que se les ocurra. Muchos de los casos de gatillo fácil de nuestro país se deben a eso. Nosotros que ya hemos pasado en el tema de las dictaduras cívico militares en las que hubo escuadrones de la muerte y grupos de tarea que acompañaban a las fuerzas armadas y de seguridad ya hemos visto situaciones como esta en nuestro país.La actuación de los escuadrones de la muerte en El Salvador y Honduras, paramilitares en Colombia y en el mismo Paraguay y Brasil.Ocurrió en muchas partes de nuestra región, tanto durante las dictaduras cívico militares como durante las democracias de baja intensidad. Cuando vemos los resultados, es para preocuparse que pueda darse algo así en Argentina», indicó la especialista.
¿Está preparado el pueblo argentino para una convocatoria de estas características? Y el Ejército y la política de defensa nacional ¿está a la altura de poder garantizar la integridad de las personas que puedan sumarse a este llamado? Bruzzone es contundente y concluye que «lo que uno tiene que replantear es nuevas fuerzas armadas para un nuevo proyecto de país y junto con eso, qué clase de defensa nacional va a tener el país. Es un gran debate si es un proyecto de liberación va a requerir de una unión cívico militar para poder llevar a cabo y hacer frente a los enemigos de adentro y de afuera. Ese fue el proyecto de la Revolución de Mayo, donde tuvimo ejércitos profesionales como fue el Ejército de los Andes y el concepto de nación en armas que fueron las montoneras, los gauchos, los campesinos, Juana Azurduy que acudieron todos en ese apoyo. Ese es un debate que nos vamos a tener que dar teniendo en cuenta las ofensivas imperiales y coloniales que hay en el mundo por parte de Estados Unidos y los países de la OTAn en búsqueda de tener libre acceso y control de recursos naturales. Esto está escrito en todos los documentos tanto de la OTAN como de Estados Unidos a través del Pentágono, del Comando Sur, del Departamento de Estado.»