Redacción Canal Abierto | En agosto de 2018, Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular, y Jonatan Baliviezo, del Observatorio por el Derecho a la Ciudad, presentaban un amparo con el objetivo de declarar la nulidad absoluta del acuerdo firmado entre el Ejecutivo nacional y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre otras cosas, argumentaban: “se refiere a un tipo de empréstito en dónde el FMI evalúa periódicamente el desarrollo de las variables macroeconómicas para continuar con los desembolsos, para asegurarse así el reembolso de los fondos, aunque quien se adjudica la mayor responsabilidad es el deudor”. “Un acuerdo de este estilo, en tanto presenta riesgos a los que se puede llegar cuando se pierde soberanía en las decisiones de Estado, necesariamente deben ser tratados por nuestro Honorable Congreso de la Nación”.
En aquel momento la presentación fue acompañada de una denuncia penal, que recayó en el juzgado a cargo del Juez Julián Ercolini, “por la posible comisión de los delitos de incumplimiento de los deberes de funcionario público y abuso de autoridad, al haber evitado someter el acuerdo al debate parlamentario”.
Y si bien las presentaciones judiciales corrieron la misma suerte que tantas otras contra altos funcionarios gubernamentales de esta gestión, el análisis económico que planteaba entonces Lozano sí terminó dando en el blanco. Hoy, a un año del anuncio presidencial que significó el puntapié del retorno al FMI, Argentina se encuentra más endeudada, en potencial riesgo de cesación de pagos, con índices aún más altos de pobreza e inflación, y menor capacidad de decisión y acción en materia de políticas públicas.
A 365 de aquella decisión, el economista y ex diputado nacional dialogó con Canal Abierto sobre los efectos del acuerdo con el organismo de crédito, la coyuntura política y las elecciones nacionales de este año.
– A un año del acuerdo con el FMI, ¿cuál es tu balance?
– El acuerdo ha sido desastroso. En primer lugar, no resolvió el problema que supuestamente motivó aquel endeudamiento, y era que a mediados de 2018 Argentina estaba al borde de la cesación de pagos, es decir, en riesgo del default.
De todos modos, todos sabíamos que no iba a producir efectos positivos en materia económica y social porque, casualmente, siempre produjeron todo lo contrario. La lógica era que, por lo menos, iba a permitir al Gobierno recomponer cierto nivel de confianza a los inversores y los denominados mercados, y así volver a conseguir financiamiento en un contexto de recesión económica. Claramente, nada de eso sucedió: en lugar de atender el problema del sobre endeudamiento con una reestructuración, pateó la pelota para adelante dándole fondos a Cambiemos para intentar llegar a las elecciones de octubre.
«El acuerdo se hizo violando el estatuto del FMI»
Por lo tanto, no sólo no ayudó, sino todo lo contrario: el acuerdo agravó el problema. Ahora la perspectiva es que el próximo Gobierno no va a tener capacidad para afrontar los vencimientos que el macrismo concentró para los años venideros, entre 2020 y 2023.
– ¿El FMI es consciente de que la Argentina no va a poder hacer frente a esos pagos?
– En principio, cabe decir que el FMI es corresponsables de esta crisis. En primer lugar porque el acuerdo se hizo violando el estatuto del FMI, el cual prohíbe al organismo prestar a países en situación de fuga de capitales. Incluso sus últimas modificaciones continúan infringiendo las normas al permitir la utilización de las escasas reservas para frenar corridas cambiarias y financiar la fuga.
«El acuerdo ha sido desastroso»
De hecho, el acuerdo ni siquiera tenía el aval de los técnicos del Fondo. Básicamente, salió por las presiones del gobierno de los Estados Unidos en el marco del respaldo de Trump a Macri como aliado en la región.
– ¿De qué manera se expresa esa alianza geopolítica?
– Hubo un conjunto de concesiones, entre ellas el papel lamentable que cumple Argentina favoreciendo la guerra civil y la posible intervención norteamericana en Venezuela. Así como también la apertura del territorio argentino a la instalación de bases del Comando Sur norteamericano en inmediaciones de recursos estratégicos, como es el litio en el NOA, el acuífero guaraní en el nordeste, los recursos de Vaca Muerta en Neuquén y en Ushuaia, en línea con la base militar que la OTAN tiene en Malvinas.
– ¿Hay estimaciones de la magnitud de la fuga de capitales?
– Primero con Federico Sturzenegger (ex presidente del Banco Central) se fugaron cerca de 15.000 millones de dólares. Luego con Luis Caputo al frente del Banco Central fugó 13.500 millones de dólares. Pero la fuga siguió: prácticamente fugaron el 60% de la deuda.
Es un verdadero descalabro que vuelve a colocar el debate de la deuda como punto clave y neurálgico a resolver.
«Ahora la perspectiva es que el próximo Gobierno no va a tener capacidad para afrontar los vencimientos»
– En su momento hiciste una presentación para que la justicia declare nulo el acuerdo e investigue penalmente a funcionarios del Gobierno…
– Si, y la justicia no hizo lo que tenía que hacer: el fiscal tomó la denuncia y pidió al juez de la causa que investigara. Es decir que, efectivamente, dio valor a la denuncia por incumplimiento de la Constitución Nacional. Pero el juez reprodujo el comportamiento típico de Comodoro Py, y trabajó en base a la especulación política. Por lo tanto, la causa no avanzó.
Sin embargo, lo cierto es que Argentina debe presentarse ante el mandante del FMI, que es la Organización de Naciones Unidas (ONU), pidiendo una auditoría sobre los términos en que se otorgó el crédito, que por cierto no tiene antecedentes a nivel mundial en cuanto a su magnitud.
«Los 10 puntos de la supuesta convocatoria de Cambiemos a la oposición expresan con claridad las condiciones impuestas por el Fondo»
– ¿Cuál es la magnitud de la crisis económica?
– En términos sociales no hace falta agregar a lo que cada día sufren los trabajadores. No obstante, mientras casi 5 millones de personas se vieron sumergidas en la pobreza a lo largo de 2018, un puñado de empresas se veían beneficiadas gracias a las corridas cambiarias, el acuerdo con el FMI y las monumentales tasas de interés. Por lo general se trata de una cúpula empresarial vinculada al complejo petrolero, a los bancos y pocas grandes firmas del aparato productivo.
– Algunos analistas plantean que el acuerdo con el FMI va a condicionar las elecciones presidenciales de este año, ¿qué opinión te merece?
– Cuando lees los 10 puntos de la supuesta convocatoria de Cambiemos a la oposición, se expresan con claridad las condiciones impuestas por el Fondo. Es un intento extorsivo para quitar cualquier tipo de soberanía respecto a las decisiones económicas del próximo gobierno.
Hasta ahora la deuda ha sido pagar sin beneficio de inventario, sin revisar absolutamente nada. De ahora en más, lo que hay que plantear es la suspensión de pagos con revisión, investigación y auditoría de la deuda. Y por otro lado, que aquellos que han hecho de la deuda un factor de acumulación financiera, aporten lo que corresponda.
«El acuerdo político no sólo debe ser bien amplio, sino que tiene que tener la capacidad de triunfar en primera vuelta»
Se trata de pagar lo que debe pagarse, ni más ni menos: las deudas se pagan, las estafas no. Por eso planteamos la necesidad de un frente lo suficientemente amplio que pueda discutir el rumbo económico.
– ¿Avanzaron las negociaciones para alcanzar ese frente político?
– Nosotros hemos venido tomando contacto con diferentes sectores en función de ese objetivo. Participamos de un acto importante que se hizo hace pocos días en la Facultad de Medicina, donde había un espectro bastante amplio.
En las provincias se avanzó bastante en distintos acuerdos, pero la realidad es que a nivel nacional estamos atrasados en función de la especulación de candidaturas. Y la realidad es que no se justifica, ya que las candidaturas personales se tendrían que resolverse en el marco de las PASO (Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias), mientras que hoy debiera conformarse un frente capaz de fijar prioridades centrales para el pueblo argentino, como terminar con el hambre y la pobreza.
Hoy tenemos que impedir que este proyecto económico neoliberal se reelija, pero no puede ser una opción que se parezca a la que ya tuvimos. Para eso, es imprescindible abrir el juego.
– El gobierno de Mauricio Macri viene atravesando una fuerte crisis económica y política, ¿ves posible una reelección?
– Tengo la certeza de que este Gobierno no quiere irse en diciembre. Y tampoco creo que vaya a ser tan fácil ganarle por dos puntos en un eventual ballotage. Por eso el acuerdo político no sólo debe ser bien amplio, sino que tiene que tener la capacidad de triunfar en primera vuelta.
Creo que es necesario ganar con mucha diferencia en la primera vuelta para tener el respaldo político que hace falta a la hora de tomar decisiones, si es que queremos recuperar soberanía y decidir nuestros propios destinos.
“No hay posibilidad de avance popular si no se logra derrotar a Macri”