Redacción Canal Abierto | Mauricio Macri inauguró hoy frente a la Asamblea Legislativa las 135º sesiones ordinarias del Congreso nacional, con más títulos que precisiones sobre las acciones de gobierno y con un intento de alentar la estima de los argentinos por sobre el aporte crítico a la realidad.
Durante una hora, el presidente esgrimió números sobre sus primeros 15 meses de gestión y proyecciones para el año: lo hizo, por ejemplo, al referirse a la “herencia recibida” en materia de infraestructura en vivienda y asistencia social. Sobre este punto, destacó la creación de la Cobertura Universal de Salud, tan criticada por amplios sectores que ven amenazada la gratuidad de los servicios integrales garantizados en la Constitución Nacional. Así también habló de “la reparación histórica a los jubilados”, cuestionada por organizaciones sindicales que advierten sobre la sustitución de haberes por subsidios.
Habló luego de educación, justo en medio de las negociaciones con los trabajadores docentes, a quienes pretende imponerle un techo salarial del 18% bajo amenaza de descontar los días por el ejercicio de derecho a huelga. “Necesitamos docentes con salarios dignos”, dijo el presidente en lo que pareció una broma de mal gusto. Como la advertencia al titular del SUTEBA, Roberto Baradel, custodiado por amenazas a su familia. “Baradel no necesita que lo defiendan”, asestó Macri.
Abogó después por el fin de la violencia machista, sin reconocer el recorte en el presupuesto asignado para el Consejo Nacional de la Mujer. Defendió “los derechos humanos del presente”, pero nada dijo de su compromiso por los juicios contra los involucrados en el terrorismo de Estado.
En otro pasaje, Macri dio crédito “a la gente que sufre” en medio de una situación económica de la que aseguró “estamos saliendo”, sin datos en perspectiva. Por el contrario, sí repasó los logros obtenidos en relación al sector financiero: salida del default, créditos a “bajas tasas” y blanqueo de capitales.
No hubo anuncios sobre industrialización, sino sobre la producción record de trigo y la apertura de 22 mercados internacionales con 40 productos que no detalló. Anticipó, a su vez, que enviará al Congreso un esquema de “reforma tributaria profunda” y “un sistema impositivo progresivo”. De acuerdo a las recientes declaraciones del ministro de Economía, Nicolás Dujovne, estos proyectos están orientados a flexibilizar las condiciones de trabajo y reducir los costos laborales para las patronales.
Un capítulo especial mereció su crítica a la corrupción durante el gobierno de Cristina Kirchner en las licitaciones de obra pública y al despilfarro en materia energética. Por supuesto, no reconoció su participación en empresas off shore ni los negocios que involucran al Estado con empresas del grupo Macri, como Avianca o Correo Argentino. Tampoco informó que durante los últimos días, el Ministerio de Energía debió importar electricidad y gas de Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay.
Antes de finalizar, el presidente arrojó algunas cifras sobre la participación de fuerzas federales en el combate al narcotráfico y la recaptura de 2300 prófugos. Insistió en la necesidad de crear un nuevo sistema penal juvenil. Al respecto hizo referencia a la convocatoria al debate de amplias organizaciones que fueron muy críticas sobre los intentos de reducir la edad de imputabilidad.