Redacción Canal Abierto | Este domingo, Francia debe elegir entre once candidatos presidenciales, en lo que se anticipa como una las elecciones más imprevisibles de su historia. Lo hará tras un atentado que sacudió a la opinión pública y frente a encuestas que anuncian que la diferencia entre los cuatro presidenciables con más perspectivas está dentro del margen de error de los sondeos.
El jueves -luego de que se supiera del tiroteo en la avenida Champs-Élysées que reivindicó ISIS y significó un policía muerto y otros dos heridos, sumado a amenazas de nuevos atentados durante la elección del domingo-, se realizó el último debate televisivo donde el terrorismo fue el tema obligado. Sin embargo, no es el único que preocupa al electorado y que terminará por inclinar finalmente la balanza para mandar a dos de los candidatos a la segunda vuelta, pautada para el 7 de mayo.
Estas preocupaciones se dejan ver en el posicionamiento de los principales candidatos, especialmente de los cuatro que se saben con posibilidades de pasar a segunda vuelta según las últimas encuestas. Las mismas que, a estas alturas, afirman que el número de indecisos ronda el 25% y anticipan una fuerte abstención que el propio presidente Francois Hollande trató de revertir instando “a todos los franceses a ir a votar”.
“Vemos un escenario inédito en Francia, donde tradicionalmente hubo dos grandes partidos, uno de centroderecha y otro de centroizquierda, y eso ha cambiado -sostiene el corresponsal en la Argentina de Radio Francia Internacional, Juan Buchet-. Hay un desacople entre la población francesa y sus élites dirigentes. Hay un importante sector de la población francesa compuesta por los sectores populares más desprotegidos, clases medias bajas, sectores urbanos que han perdido empleo, que sienten que las élites gobernantes no los escuchan, no los protegen. Y se han tentado con posiciones más extremistas, de allí el caudal de votos que recibe hace varios años Marine Le Pen, en la extrema derecha, y este surgimiento de la izquierda radical con Jean-Luc Mélenchon, que hasta hace muy poco era un personaje marginal dentro de la política francesa”.
En este escenario, uno de los temas que más preocupa a los franceses tiene que ver con la identidad nacional y la globalización. “Hay dos candidatos que tienen una posición más identitaria y nacionalista que son Le Pen y Mélenchon. Aunque con matices, los dos estarían en una posición antieuropea y antiglobalización. El centrista, socialdemócrata o social liberal Emmanuel Macron y el candidato conservador François Fillon están en posiciones más abiertas a la globalización y a Europa, siendo Macron el más proeuropeo. Esto es una línea de fractura”, explica Buchet.
La situación es delicada porque Le Pen, al estilo del Brexit en Gran Bretaña, propone un referéndum para plebiscitar la pertenencia a Europa y la salida de Francia del euro, que podría terminar en lo que algunos ya llaman un “Frexit”. Claro que la distinción sustancial radica en que, a diferencia de los británicos, Francia adoptó la moneda europea y fue uno de los países impulsores de la unidad política.
Mélenchon, por su parte, no propone salir abiertamente de la Unión Europea (UE) pero sí renegociar todos los tratados continentales de manera que sean más favorables a Francia, a sabiendas de que es altamente probable que eso no suceda. “De ganar alguno de esos candidatos en la segunda vuelta, habida cuenta de las posiciones que tienen, se juega el futuro de Francia en la UE, y Francia es uno de los países fundadores y uno de los motores de la Europa actual, junto con Alemania”, alerta Buchet.
“Muchos franceses piensan que Europa decide por Francia, y eso les molesta, o culpan a Europa de la crisis francesa. Sin embargo, según las últimas encuentas, el 75% de los franceses quieren seguir en la UE y mantener el euro como moneda, así que hay una suerte de contradicción de por lo menos el 45% de los electores”.
El segundo eje sobre el que giran las preocupaciones son los inmigrantes y refugiados, que está vinculado al primero, y donde el demasiado reciente atentado puede jugar un papel importante a la hora de elegir candidato. “Le Pen quiere cerrar las fronteras, no aceptar más migrantes y ser mucho más selectivo con respecto a los refugiados. En cambio, Mélenchon tiene una posición de apertura –detalla el corresponsal-. Fillon se acerca más a Le Pen sin ser tan radical desde una política más tradicional: ser más exigente con la gente que quiere vivir en Francia a través de controles, una posición intermedia. Y Macron tiene posiciones bastante cercanas a Mélenchon”.
Y agrega: “No hay encuestas posteriores al atentado, uno pensaría que lo que pasó tendería a favorecer a las posiciones más derechistas, Le Pen y Fillon, aunque sea por una reacción emocional. Y podría ser un cálculo de los terroristas, a los que les conviene tener un gobierno con esa cara”. Los sondeos previos, por cierto, coinciden en que Le Pen sería una de las candidatas que pasaría a segunda vuelta. Y la única consultora que anticipó el triunfo de Donald Trump también vaticinó a Fillion superando la primera ronda.
Finalmente, la madre de todos los problemas también jugará un papel importante a la hora de que los franceses definan sus preferencias: la economía está estancada y el desempleo ya llega a un 10%. “Sobre este tema hay posiciones variadas. Hay respuestas que están más enfocadas a un relanzamiento de las inversiones públicas, como la de Mélenchon. En cierta medida, la candidata del Frente Nacional tiene algunas políticas en este sentido pero ella agrega el privilegiar a los franceses en las políticas de empleo y penalizar a las empresas francesas que inviertan en el extranjero para obligarlas a hacerlo en Francia, similar a lo que proponía Trump en su campaña”, subraya Buchet. Por su parte, Fillon es conservador en su pensamiento pero liberal en la política económica, y Macron se mantiene en una posición intermedia que propone inversión pública, sobre todo en educación, con algunas políticas liberales.
Lo que se define el domingo y espera el mundo será también si triunfarán en Francia las posiciones de centro o las extremas, algo que -dado lo ajustado de los números- recién se sabrá al final de los comicios, previsto para las 20, cuando conozcamos los nombres de los dos candidatos que competirán en la segunda vuelta.
Foto: EFE