Redacción Canal Abierto | En el marco de su primera visita oficial, Mauricio Macri participará hoy de una reunión en Houston (Texas), organizada por el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), con Ceo’s de distintas compañías, tras el objetivo de atraer inversiones.
“Apostamos a que vengan u$s 20.000 millones por año a Vaca Muerta, donde llegamos a un acuerdo multisectorial que nos costó varios meses para alcanzar», dijo Macri la semana pasada, al anunciar la visita al país del norte, en referencia al pacto alcanzado con Guillermo Pereyra (jefe del sindicato de Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa) y las empresas del sector, por el cual los convenios colectivos de trabajo fueron modificados a la baja: posibilita pérdidas de ingresos para los trabajadores hasta un 40% y abre las puertas a despidos masivos.
Pereyra, actor fundamental de esa quita de derechos laborales impulsada y aplaudida públicamente por Macri, también es senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino (preside la Comisión de Minería, Energía y Combustibles), y es uno de los integrantes de la comitiva presidencial que viajó anoche a Estados Unidos.
El grupo se completa con el Ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren; el jefe de Gabinete, Marcos Peña; la canciller Susana Malcorra; el secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo; y el Ministro de Producción, Antonio Cabrera.
El hecho de que en el gobierno estadounidense existan varios funcionarios vinculados al negocio petrolero, incluyendo al Secretario de Estado Rex Tillerson, director de Exxon Mobil, podría ser un indicador claro para Macri de que Trump agilizará las gestiones para concretar inversiones norteamericanas en nuestro país.
En cuanto a los objetivos comerciales del viaje, el politólogo Alejandro Frenkel explica a Canal Abierto que existen agendas bien claras: “la exportación de limones y la de biodiesel, que están cerradas desde la llegada de Trump. Estados Unidos es uno de los principales destinos de las exportaciones argentinas de biodiesel”.
Además, el investigador del CONICET destaca los réditos políticos que pueden significar para Cambiemos los logros comerciales de la reunión entre los empresarios y presidentes: “Macri va a intentar volver con alguna promesa concreta de inversiones y si logra conseguir determinados éxitos económicos, van a repercutir en la cuestión política, teniendo en cuenta el año electoral y la postergada lluvia de inversiones”.
Entre los objetivos de la reunión en la Casa Blanca que se desarrollará el jueves, la Casa Rosada explica que los mandatarios hablarán sobre la “deteriorada situación en Venezuela”.
Frenkel analiza los alcances de la pretendida empresa diplomática del macrismo desde el minuto uno: “América del Sur no es una prioridad en absoluto para Trump, al menos no por la agenda positiva, pero puede ser que Macri busque en él la bendición para transformarse en una especie de líder regional, teniendo en cuenta la mala relación que tiene el presidente norteamericano con México por la cuestión del muro. Asimismo, por la falta de legitimidad que tiene Temer en Brasil. En ese sentido, Macri está buscando ocupar un rol más preponderante en la región. Con la cuestión Venezuela puede haber otro punto de conversación, en que el argentino tal vez pida otro tipo de compromiso más fuerte de Estados Unidos”.
Más allá de que nuestro país es un gran receptor de bienes tecnológicos y de la producción industrial de Estados Unidos, y que América Latina es un área de gran flujo comercial para el país del norte, la agenda de intercambio no fue precisada por parte de ninguno de los dos gobiernos.
La recorrida incluirá paseos por las plantas de las empresas Dow Chemical y Tenaris (del grupo Techint, que fabrica tubos para la industria petrolera). Dow Chemical anunció en su momento una inversión de 500 millones de dólares en Vaca Muerta, que aún no se concretó. Macri también pasará por la Cámara de Comercio y, el viernes, será recibido por el Parlamento estadounidense.
Luego de que distintos medios periodísticos revelaran la intención del gobierno de argentino de realizar una mega compra de armamentos de guerra a Estados Unidos, el ahora ex embajador Martín Lousteau presentó la renuncia, aduciendo su voluntad de participar en las elecciones porteñas. Ofreció permanecer en el cargo hasta que se concretara la visita presidencial, lo que finalmente fue rechazado por Macri.
Estados Unidos tampoco tiene embajador en Buenos Aires, por lo que la visita fue coordinada por los Encargados de Negocios de ambas sedes diplomáticas.
“La dimensión política-ideológica tiene que ver con la estrategia exterior de Macri, en la que Estados Unidos es un actor fundamental, entonces mas allá de que Trump no haya sido el candidato que quería el gobierno de Macri, siempre llevarse bien con Estados Unidos va a ser una prioridad para el gobierno de Cambiemos”, continúa Frenkel.
*Alejandro Frenkel es becario del CONICET (del Centro Estudios e Investigaciones Laborales), fue asesor del Ministerio de Defensa y delegado argentino en el Consejo de Defensa Sudamericano de la UNASUR