Redacción Canal Abierto | El déficit primario es, para los no entendidos, la diferencia entre lo recaudado y los gastos usuales. En lo que va del año, este déficit aparece por primera vez en el balance, y el rojo fiscal se agrava si a esos gastos le agregamos los pagos de la deuda. Esto significa que, tras el ingreso de capitales producto del blanqueo, la incapacidad del Estado para costear gastos corrientes se hizo evidente y preanuncia un recorte poselectoral que ya es un secreto a voces.
Los números surgen del informe “Recaudación Tributaria y Ejecución presupuestaria”, elaborado por el Instituto de Estudios sobre Estado y Participación (IDEP), que se difundió esta semana. De allí surge que, si bien el déficit primario está comprometido desde que se estancó la economía -durante los últimos años del kirchnerismo-, las políticas de Cambiemos terminaron por agravar el cuadro a niveles indibujables.
“El aumento de los recursos no está permitiendo soportar el gasto. Esto tiene que ver, fundamentalmente, con que el Estado dejó de cobrarle a ciertos sectores. Ha eximido el pago de Bienes Personales, las retenciones han caído porque se dejaron de cobrar a sectores como el campo y la minería, y el gasto tiene un crecimiento fijo que en parte va de la mano de la inflación”, explica Horacio Fernández, economista del IDEP.
Según el estudio, al mes de mayo aparece “por primera vez en el ejercicio un déficit primario, que se agrava tras el pago de los servicios de la deuda”. Allí el IDEP detalla que la recaudación creció, entre el acumulado a abril y el acumulado a mayo, casi el 25%, pero destaca que “este incremento no logró soportar el aumento de 45,5% en el gasto primario”.
Este gasto primario incluye los pagos de salarios estatales, pensiones y gastos corrientes que son inelásticos, es decir que no pueden dejar de pagarse, y cuyo aumento va de la mano de la inflación. La imposibilidad de cubrir este gasto responde a varios factores que, en casi todos los casos, están atados a políticas que apuntaron a transferir recursos a los sectores de mayor concentración de capital.
“Por un lado está lo que dejaron de cobrar al eximir de impuestos a los sectores más concentrados del capital. Y por el otro, la baja actividad económica, que se manifiesta en los impuestos ligados al consumo, como el IVA, que recién este mes está superando la inflación – agrega Fernández-. Eso da que los recursos crezcan menos que los gastos y genera un déficit primario, lo que significa que lo recaudado no le alcanza al Estado para pagar lo que necesita para funcionar. Ese déficit se cubrió medianamente con los ingresos del blanqueo que entraron por única vez, y ya no estarán. Si a eso le agregamos los pagos de deuda, estamos muy complicados, por eso se anuncia por todos lados que se planea un recorte”.