Redacción Canal Abierto | La represión en PepsiCo que conmovió a la sociedad no bastó para conmover a la cúpula sindical que, tras una reunión de cuatro horas, decidió que habrá movilización en repudio, pero el 22 de agosto. Léase, después de las PASO.
Lo curioso de la fecha tiene un doble aspecto. Por un lado, la lejanía con la represión en la planta de Florida que, para cuando la movilización suceda, habrá acontecido hace más de un mes. Por otro, que la CGT y la CTA liderada por Hugo Yasky tenían prevista y anunciada una movilización para el 7 de agosto, en coincidencia con la celebración de San Cayetano bajo la consigna «Por el trabajo y la justicia social», y fue la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner quien pidió a los sindicalistas que postergaran la fecha.
El pedido de la actual candidata a senadora de Unidad Ciudadana sucedió hace una semana en el Instituto Patria, suerte de bunker de CFK en Buenos Aires. Allí se reunió con Sergio Palazzo, Horacio Ghillini y Héctor Amichetti, y luego compartió en su cuenta de Telegram: «Durante la reunión, les dije que hay que rezar por el trabajo, por los que no lo tienen y por los que sufren. Pero también les pedí que no hagan la movilización. Sé que lxs trabajadorxs tienen más que sobradas razones para reclamar, pero también sé que, en lugar llamar a una movilización, lo que debemos hacer es convocar a una gran votación el 13 de agosto».
Luego explicó que sus motivos radican en que «han habido masivas manifestaciones de trabajadores en los últimos meses en rechazo a la política económica del gobierno de Cambiemos», y que sin embargo éste “no escucha las movilizaciones, sólo las distorsiona y desacredita».
En consonancia con las palabras de la ex mandataria, durante la conferencia de prensa que anunció la fecha de la movilización Juan Carlos Schmidt admitió: «Cuándo nos preguntan qué vamos a hacer, eso excede el marco sindical porque la pregunta encierra interrogantes políticos y lo político lo vamos a resolver en las urnas. Lo que nosotros tenemos que hacer es un golpeteo táctico y estratégico que permita influenciar en el resultado electoral y expresar el malestar de los trabajadores».
Para “fortalecer la movilización”, el triunvirato que lidera la CGT anunció que realizará un plenario el 28 de julio que elaborará un documento crítico hacia el Gobierno. Nada dijo sobre un paro.
Para el secretario general de Dragado y Balizamiento la movilización será una respuesta a las medidas económicas oficiales. Y luego dijo haberle transmitido su “preocupación a las esferas gubernamentales” porque “se podrían haber utilizado otros métodos para evitar esta imagen triste, lamentable, cercana a la tragedia, de Argentina», sobre el desalojo de PepsiCo. Una respuesta por demás tibia hacia una represión brutal. Antes de la conferencia, la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, les había espetado: “Están encerrados en su mierda. Hay que salir a que te caguen a palos».