Redacción Canal Abierto | El Presidente aseguró cuando iniciaba su mandato: “No nos olvidaremos tampoco de los argentinos víctimas del terrorismo. Por eso elevamos a rango de Secretaría de Estado la Unidad Especial de Investigación de la causa AMIA. Necesitamos verdad y justicia».
Sin embargo, en las últimas horas se conoció que el propio Ministerio de Justicia de la Nación le niega fondos básicos necesarios para las tareas elementales de la oficina, como la digitalización y entrecruzamiento de archivos, bajo polémicos argumentos como la “falta de resultados, escasa transparencia y objetivos incumplidos”. Y distintos artículos periodísticos de medios oficialistas señalaron durante los últimos días que el gobierno de Mauricio Macri apresura su cierre.
Sergio Burstein, familiar de una de las víctimas del atentado terrorista que el 18 de julio de 1994 provocó la muerte de 85 personas, asegura a este portal que “no deberíamos sorprendernos, porque esto es algo más de lo que busca este gobierno, en definitiva quieren cerrar la Causa AMIA, con la anuencia de las instituciones, como la DAIA”. Para justificar su teoría, el ex referente de la agrupación 18J explica a Canal Abierto que “ante la muerte de Alberto Nisman, los nuevos fiscales empiezan a revisar y aparecen informaciones que van orientando la causa hacia, por ejemplo, intentar comprobar que existió una camioneta, cuando pensábamos que eso ya estaba perfectamente establecido. Los fiscales cumplen con su deber de investigar, pero yo tengo la firme sospecha de que les van enseñando el camino”.
La Unidad AMIA tiene como titular al radical Mario Cimadevilla, que habría tenido fuertes cruces con autoridades del ministerio por la falta de recursos que padece su oficina. La dependencia se creó en el 2000 con el objetivo de aportar pruebas y colaborar con la causa judicial. Es decir, una de sus tareas sería apuntalar la investigación de la Unidad Fiscal AMIA, que depende de procuradora Alejandra Gils Carbó y conducía el propio Nisman.
Burstein suma argumentos a su desconfianza sobre la voluntad del Gobierno de descubrir la verdad sobre el atentado: “se empezó a avanzar en aspectos que no eran atendidos por Nisman, hasta poner incómodas a las instituciones, a este gobierno y a todos aquellos que no quieren que la verdad surja. Todo esto apunta a determinar que efectivamente sea un juicio en ausencia el que determine el cierre de la causa”.
Uno de los motivos por el cual el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, estaría esperando el pulgar hacia arriba de Macri para poner la faja de clausura en el despacho de Cimadevilla, es que ya se cumplieron las metas de “colaborar con la redacción del proyecto de ley de juicio en ausencia y pagar las indemnizaciones a las familias de las víctimas”. “Es mentira que la Unidad AMIA cumplió su objetivo, es repugnante que digan que el objetivo más importante era pagar las indemnizaciones a los familiares. Cimadevilla pide una máquina para poder volcar los archivos secretos de la SIDE y están dirimiendo si autorizan el gasto, el Gobierno minimiza la posibilidad de incorporar esa herramienta” asegura Sergio Burstein.
Otro condimento que se suma a la Cuestión AMIA es que se confirmó para el próximo lunes 11 de septiembre la visita a nuestro país del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. El mandatario arribará junto a una delegación de treinta empresarios. La agenda de Netanyahu incluye, según informó la agencia oficial Télam, una entrevista con el Presidente, visitas a entidades de la comunidad judía y homenajes a las víctimas de los atentados a las sedes de la Embajada de Israel en Buenos Aires y la Asociación Mutual Israelita Argentina, en 1992 y en 1994, respectivamente.
Burstein no duda en expresar que no imagina que venga el primer ministro de un país «ultra amigo de Argentina, con un gobierno que responde a todas las necesidades de Israel, que les compra armas, y que no lo reciba el Presidente. Pero sería interesante que el presidente Macri le exija que de una vez por todas Israel colabore con Argentina y permita que los ex embajadores declaren ante la Justicia de nuestro país. Declararon en notas periodísticas asegurando que Israel ya sabía quiénes habían sido los responsables de los atentados y que ya se habían encargado de ellos; ya que no nos permiten tomarle declaración, que nos digan los nombres de quiénes fueron y quiénes son los que ya se cargó Israel”.
Una de las víctimas de la explosión en Pasteur 633 hace 23 años fue Rita Worona, que trabajaba en la mutual judía, y que ya en ese entonces se había separado de Sergio Burstein, con quien tuvieron dos hijos, Mariano y Romina. Burstein integró la agrupación de Familiares y Víctimas 18J, de la finalmente que se alejó hace algunos meses. Históricamente se mostró enfrentado a la dirección de las instituciones judías, fue crítico del accionar del fiscal Nisman, y apoyó, con algunos cuestionamientos, el “memorándum de entendimiento” que el gobierno anterior firmó con Irán para destrabar la investigación. “Si hay alguien que no quiere que se sepa la verdad es este gobierno, porque lo salpica, porque este gobierno está conformado y tiene amigos que son personajes lamentables y miserables que desde el primer momento hicieron de todo para que la verdad no salga a la luz”, sentencia.