Redacción Canal Abierto | Según la consultora Scentia, el consumo subió en septiembre luego de meses de constantes bajas. Lo hizo 0,4% en la comparación interanual, lo que fue motivo de júbilo para el Gobierno, ya que representa una reactivación –módica, pero reactivación al fin- en un índice que venía pinchado y a pocos días de las elecciones.
Si no fueran tiempos electorales, no existiese la propaganda y el oficialismo celebrase sólo cuando lo amerita, no sería todavía tiempo de descorchar. Sucede que el acumulado de la baja en el consumo sumó en los primeros nueve meses del año un 3,7%. Sin ir más lejos en agosto, las ventas cayeron un 2,8% y en julio, un 2,5%. El piso fue en febrero, cuando el consumo se desplomó con una baja del 6,6%. Esta suba no compensaría la baja anual, pero en la consultora estiman que podría moderar la caída.
Por otra parte, este repunte módico surge de la comparación con septiembre de 2016, momento en el que sufrimos unas de las peores recesiones de los últimos años y es la primera suba desde febrero del año pasado.
Para la consultora que releva ventas de alimentos, bebidas y artículos de tocador y limpieza, son los primeros los que siguen sin repuntar. Los alimentos bajaron un 0,8%, los productos para el desayuno cayeron un 1,1%, y las bebidas sin alcohol un 1,4%.
Por el contrario, el dato más llamativo es que el impulso al consumo se lo dan las ventas de bebidas alcohólicas: se dispararon en septiembre un 8,5% en volumen, con la venta de cerveza a la cabeza. Este rubro va a contramano de la canasta general, ya que acumula en los primeros nueve meses del año un incremento del 2,2% respecto del mismo período del año anterior.
La explicación de que el indicador de consumo masivo no vaya de la mano de otros repuntes, como las ventas de automóviles o electrodomésticos –que, según Whirpool , subió un 15%, con un boom en las heladeras- radica para algunos analistas en que el primero está determinado por el comportamiento de la clase baja superior que representa un tercio de los hogares del país y es el sector más castigado por los tarifazos y el desempleo.