Redacción Canal Abierto | Antesala de la reunión 2018 de presidentes del G20, la Cumbre de la Organización Mundial del Comercio (OMC) -que reúne a mandatarios y ministros de Economía de unos 173 países- se llevará a cabo en diciembre en la Ciudad de Buenos Aires.
Según anticipó hace una semana el ministro de Relaciones Internacionales, Jorge Faurie, el cónclave girará en torno a las políticas arancelarias, particularmente las de los sectores agrícola, pesquero y de servicios. Además, se espera que se trate la desregulación del comercio electrónico, entre otros ejes.
En este sentido, el canciller argentino afirmó de cara a diciembre: “Estamos en un proceso de clara apertura y tratando de tender puentes en la comunidad internacional”.
“Parece que fueran temas que sólo atañen al comercio internacional, muy técnicos, pero en verdad allí se resuelven cuestiones que afectan la vida cotidiana de todos, como son la posibilidad de desarrollo industrial o agrícola de un país o región, el acceso o no a ciertos medicamentos, al agua, a servicios de Salud, Educación, entre otras cosas”, explica Luciana Ghiotto en esta entrevista con Canal Abierto. La investigadora forma parte de ATTAC Argentina (Asociación por una Tasa a las Transacciones Financieras especulativas para Ayuda a los Ciudadanos), una de las tantas organizaciones que integran la plataforma `Confluencia Fuera OMC´.
En este sentido, la analista advierte: «no tenemos que quedarnos con los temas técnicos, sino ser capaces de mostrar lo que es la OMC, un lugar donde lo que priman son las agendas corporativas, donde no hay espacios vinculantes para la participación social».
¿Qué negocia la OMC?
La OMC se creó con el objetivo de negociar las reglas de la liberalización del comercio. Junto con el Banco Mundial y el FMI, dieron forma durante los ’90 a los procesos de reformas estructurales neoliberales, la aplicación de políticas de apertura comercial, desregulación de movimientos de capitales, privatización de empresas públicas y flexibilización laboral.
Desregulación y límite a la soberanía
“Es cierto que el objetivo general de esta cumbre es que los Estados fijen políticas comunes en relación a aranceles, pero una de las alertas en este sentido es que los acuerdos de la OMC tienen un principio que es el de no retroceso”, analiza la investigadora del CONICET y especialista en relaciones económicas internacionales, y agrega: “Es decir que en cada luego de cerrado un acuerdo, por ejemplo un arancel específico sobre un producto, no hay vuelta atrás”.
Por lo tanto, una de las alertas que se encienden de cara a la cumbre que se llevará a cabo del 10 al 13 de diciembre son las posibles restricciones en materia regulatoria que los países industrializados puedan imponer a los no desarrolladores. “Es muy grave porque tiene que ver con la capacidad o no de los países de legislar en beneficio de su población”, afirma.
El “mandato” del libre comercio
Durante un seminario para periodistas en la previa de la XI Conferencia Ministerial de la OMC, el canciller argentino, Jorge Faurie anticipó: “Estamos en un proceso de clara apertura y tratando de tender puentes en la comunidad internacional”.
“Está demostrado que los países mas industrializados llegaron a serlo sin utilizar las estrategias que hoy predican, de librecomercio y aperturistas. Se trata de un doble estándar: mientras las grandes potencias buscan imponer una apertura indiscriminada de las economías emergentes o subdesarrolladas, sus políticas son marcadamente proteccionistas”, asegura Ghiotto.
Actividades anticumbre
Existe una larga tradición de protestas contra la OMC y otros organismos multilaterales como el G20. El máximo hito fue en 1999 con la «batalla de Seattle», cuna del movimiento antiglobalización, donde cerca de 40 mil manifestantes se movilizaron por las calles de la ciudad estadounidense.
“Desde `Confluencia Fuera OMC´ (fueraomc.org) nos hacemos cargo de que somos parte de una resistencia global que ha enfrentado a los tratados de libre comercio, a la OMC y al G20”, indica la integrante de ATTAC Argentina. “De todas maneras nuestro objetivo es el de discutir y proponer un modelo alternativas al que rige en la actualidad”.
En diciembre también se esperan movilizaciones que coparán el centro de la Ciudad de Buenos Aires, pero también espacios de debate y formación alternativos. Como una suerte de anticumbre, la Semana de Acción Global comenzará el 7 de diciembre -días antes del inicio del cónclave oficial- y culminará el 13 con un gran acto de cierre donde se leerá una declaración en la que se recogerán proyectos, propuestas y resoluciones de los debates y actividades previas.
La entrevista completa
Entrevista: Juan Alaimes