Redacción Canal Abierto | El borrador de reforma laboral que hoy negocian la CGT, el Gobierno y las empresas “podría caracterizarse como resultado de una reunión de abogados patronales en un café, donde cada uno pone sobre la mesa cuáles son sus principales demandas”, asegura en Canal Abierto Luis Campos, coordinador del Observatorio de Derecho Social de la CTA Autónoma.
Facilita la tercerización laboral, los despidos y las formas flexibles de contabilizar las horas de una jornada. Aspectos que no impactan en la remuneración de los trabajadores, pero sí en el fortalecimiento del control de los empleadores en los lugares de trabajo.
Para Horacio Meguira, director del Departamento Jurídico de la CTA Autónoma, el proyecto “modifica lo esencial: el poder de dirección en los lugares de trabajo”.
Los entrevistados refutan además el maquillaje con que el Gobierno pinta la reforma:
“Más que una reducción de los costos laborales, debería hablarse de una transferencia multimillonaria de recursos de la seguridad social del Estado hacia los empleadores, sin condicionalidades”, precisa Luis Campos.
El investigador hace referencia a la baja de los costos patronales prevista en la reforma, que aspira a que en 2022 el Estado cubra los primeros 11.500 brutos más inflación de las cargas sociales. “Esto implicará más temprano que tarde reducciones en los montos de jubilados y pensionados, asignaciones universales por hijo, asignaciones familiares, y más adelante un endurecimiento de los requisitos para acceder a la edad jubilatoria”, agrega Campos.
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Según ellos, si un grupo de trabajadores de un supermercado de Once reclama la falta de cumplimiento de las normas de seguridad e higiene y en consecuencia la empresa los obliga a ir a trabajar a otro supermercado de la misma cadena en Moreno, los empleados ya no podrían exigirle a su patrón que restablezca sus condiciones previas. Lo mismo sucedería con los cambios de turno.
En relación a la administración del tiempo, el anteproyecto prevé también que los empresarios puedan modificar los ritmos de trabajo, empleando más o menos horas diarias:
“Al verse condicionados los horarios de trabajo, se condicionan los ritmos de vida. Si ya tenías tus horas de trabajo subordinadas a lo que dice el patrón, ahora vas a tener tu vida subordinada al patrón”, grafica Meguira.
Para los investigadores de la central obrera esta etapa sirve para precarizar las relaciones laborales de todos los trabajadores. En una segunda fase que –advierten- ya están impulsando los empresarios, se buscará “negociar convenios colectivos a la baja para reducir el marco de protección de cada convenio”. Frente a este escenario es posible que se multipliquen extorsiones como sufrieron los visitadores médicos: “no negociar incrementos salariales si los sindicatos no aceptan rebajar las condiciones de labor”, asegura Campos.
En perspectiva el horizonte es escabroso: “Los abogados de la CGT elegidos como negociadores electos son los mismos que pactaron el acuerdo marco en los ‘90 con la Unión Industrial Argentina”, recuerda Meguira.
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