Redacción Canal Abierto | El fantasma de los despidos masivos en el Estado nacional recorre todos los organismos. Queda aún viva en la memoria las 15 mil cesantías del verano de 2016 y las 250 mil durante el menemismo. A pesar del compromiso contrario adoptado por el ministro de Modernización, Andrés Ibarra, en pocos días el Gobierno echó a 505 trabajadores y lo mismo hará, al menos, con 64 personas más.
“El ministro Ibarra no ha tenido ni la delicadeza ni la responsabilidad de convocar a nuestro gremio para informar sobre las condiciones ni la metodología de ese estudio de situación de los planteles en el Estado nacional que se utiliza como excusa para promover esta nueva ola de despidos”, expresó el secretario general de ATE, Hugo Godoy, que hoy llamó a un paro nacional para el 4 de enero y a una marcha frente al ministerio de Modernización. Este jueves, en tanto, a una jornada nacional de lucha.
El viernes pasado en la fábrica militar de armas Fray Luis Beltrán, Santa Fe, se dio a conocer sin explicaciones la nómina de 35 personas en la calle. La parálisis que existe en las cinco plantas que tiene el Estado afectó a 29 trabajadores en Río Tercero y otras 30 en Villa María. En la sede central de Buenos Aires también fueron despedidos 16 administrativos.
El ministerio que conduce Oscar Aguad echó asimismo a 70 trabajadores, entre ellos los encargados de recopilar documentación para los juicios por delitos de lesa de humanidad.
Alrededor de 108 despidos se contabilizaron en el Ente Nacional de Comunicaciones, que afectó a trabajadores de la Ciudad de Buenos Aires, Neuquén, Rosario, La Plata y Tucumán. Algunos de ellos contaban con más de 20 años de antigüedad y la justificación empleada por el Ejecutivo fue el diseño de una planta óptima.
Luis Etchevehere, expresidente de la Sociedad Rural con funciones en el ministerio de Agroindustria, dio el visto bueno al despido de cuatro trabajadores del SENASA en la zona de Formosa y Chaco.
El call center del ministerio de Energía, que recepcionaba los reclamos de usuarios, dejó de existir y con él la fuente de empleo de 140 personas con contratos precarios. La explicación oficial, para el caso, fue la misma: la eficiencia en la dotación de personal.
El mismísimo Ibarra despidió a una decena de trabajadores de su ministerio, hubo 28 cesantías en Presidencia de la Nación y siete en ANSES.
La cultura, otra área devastada por las políticas neoliberales macristas, se vio afectada con 21 despidos y se espera que el ministerio de Cultura deje sin fuente de trabajo a 64 personas.