Redacción Canal Abierto | “Que nos diga Carrió, realmente, cuánto aporta hoy a Cambiemos y a las políticas del Gobierno Nacional. Seguramente sea menos que las propinas que deja”. El párrafo es el final de la respuesta oficial de la Unión Cívica Radical (UCR) a la incontenible Elisa Carrió que estos días salta de escándalo en escándalo.
Ayer, en el marco del Foro Anual del Consejo Empresario en Paraná, Entre Ríos, la más belicosa de Cambiemos se despachó con declaraciones que hirieron la sensibilidad del socio más débil de la coalición gobernante. “La alianza está asegurada y los radicales van a hacer lo que nosotros digamos. Al final, los radicales tienen que reconocer que están con una ex miembro que los manejan desde afuera, ¡es divino!”, se jactó.
Para Carrió, su rol de jefa virtual radical «es el mayor castigo por misóginos: nos mandaban en las convenciones a servir empanadas, y ahora los manejo yo desde afuera».
“Los radicales van a hacer lo que nosotros digamos”, lanzó #Lilita Carrió en una conferencia empresaria. Otro exabrupto de la diputada, ahora contra sus socios de la #UCR: “En las convenciones nos mandaban a servir empanadas, ahora los manejo desde afuera”. pic.twitter.com/OQIRQneSUL
— Canal Abierto (@canalabiertoar) July 6, 2018
Sus declaraciones alborotaron el avispero del partido que le proveyó a Cambiemos del aparato necesario para salir de los márgenes de la Ciudad de Buenos Aires y hoy parece ser el eslabón más débil de la cadena oficialista. “La frivolidad discursiva alimenta de manera peligrosa a la oposición. Los argentinos necesitan seriedad, no un stand up permanente”, agrega el comunicado.
Por su parte, el histórico dirigente radical Ricardo Alfonsín en declaraciones a El Destape reclamó al presidente de la UCR nacional y gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, que responda “si se deja manejar y que aclare por qué dicen esto”. A los pocos minutos Cornejo emitió el comunicado.
Atilio Benedetti, el diputado de la UCR que estaba presente durante el Foro y a quien Carrió dirigió sus dichos, los atribuyó a “un antiguo resentimiento con el radicalismo” que tiene origen en momentos en que “ella no pudo llegar a proyectarse como quería”.
Mil disculpas Cornejo, es una vieja broma que hago hace 20 años, que hace reír a la gente, solo que quizás no la recordás porque en esa época estabas en el Kirchnerismo.
— Elisa Lilita Carrió (@elisacarrio) 6 de julio de 2018
A los pocos minutos del comunicado oficial de la UCR, Lilita respondió con otra chicana: «Mil disculpas Cornejo, es una vieja broma que hago hace 20 años, que hace reír a la gente, solo que quizás no la recordás porque en esa época estabas en el kirchnerismo«, le espetó, y le echó sal a la herida incluso a riesgo de forzar la historia.
Por lo más delgado
Hasta ahora, la diputada ex UCR, ex ARI, actual Coalición Cívica había funcionado como respaldo moral del oficialismo. Erigida en guardia pretoriana de la ética nacional, su presencia en Cambiemos garantizaba que incluso los empresarios devenidos funcionarios del PRO con el prontuario más escandaloso hubieran expiado sus pecados luego de que Lilita los perdonara, asociándose con ellos.
Sin embargo, sus dichos de las últimas semanas -la amenaza de romper la alianza gobernante en pleno debate por el aborto, y la invitación a la dádiva ciudadana en forma de propinas para paliar la pobreza– comienzan a desdibujar su imagen. Fiel a su estilo, además, tensa con cada una la cuerda de la amistad por conveniencia que reina en Cambiemos y hace peligrar la unidad que ella misma ayudó a crear.
Foto: Prensa Gobierno de Mendoza