Redacción Canal Abierto | La lucha de las mujeres y el debate sobre el aborto legal como un derecho más, abrió el campo para que aquellos hombres que se encuentran en proceso de deconstrucción de la cultura patriarcal y machista que reina en la sociedad argentina, comiencen a replantear su responsabilidad en la concepción.
A raíz de esto, en el Hospital Horacio Heller, en Neuquén, abrieron un consultorio a demanda para consultas y realización de vasectomías, que en su primer día ya contó con siete participantes.
“Se ve que estamos dando lugar a algo que estaba, de cierta manera, mantenido en reserva. Los hombres somos malos pacientes en general. Estamos mucho menos acostumbrados que las mujeres a consultar, justamente porque no somos nosotros los que nos embarazamos. El cuidado reproductivo está -en esta sociedad patriarcal- puesto siempre sobre la mujer. Los hombres en general nos cuidamos bastante poco”, afirmó Facundo Cornejo, médico epidemiólogo a cargo del consultorio.
Esta responsabilidad no sólo impacta en lo médico. Si bien existe la distribución gratuita de pastillas anticonceptivas, una mujer gasta entre 4 y 5 mil pesos por año sólo en este método. Si el “cuidado” se extiende entre los 17 y los 45, son 28 años y $140.000 invertidos en anticoncepción.
También están los inyectables, el DIU, la pastilla del día después, la ligadura tubaria, el diafragma y los espermicidas. Mientras, el hombre sólo tiene el preservativo, y la esterilización a través de la vasectomía.
“Hay una asimetría importante en el mundo de la ciencia y de la salud con respecto a los métodos anticonceptivos. Todos están enfocados en la mujer, y me parece que no es porque sí que no se desarrolló una píldora anticonceptiva para el hombre. Tiene que ver con cómo la perspectiva de género opera en el mundo, en el desarrollo de los medicamentos y demás. La píldora tiene más de cuarenta años para la mujer y recién ahora se está desarrollando una para el hombre”, manifestó la médica generalista y ex directora de la Maternidad Estela de Carlotto, Patricia Rosemberg.
La vasectomía en Argentina está garantizada a mayores de 18 años por la ley 26.130 desde 2006 en hospitales públicos y tiene cobertura de obras sociales. Es una intervención ambulatoria que consiste en ligar los conductos que unen la uretra con los testículos, que es donde se generan los espermatozoides. No implica una disminución del deseo sexual, ya que la próstata continúa su funcionamiento normalmente. La única diferencia radica en que el semen ya no contará con espermatozoides.
Es importante destacar también que el procedimiento dura aproximadamente dos horas, y puede ser revertido, dependiendo del tiempo que haya pasado desde la intervención.
“La anticoncepción es una responsabilidad compartida. Hay diferencias de género y cuestiones mal entendidas que por las que todo recae sobre la mujer sólo porque es la que lleva el embarazo. Pero no es así. La mujer puede ser madre, o no. El hombre puede ser padre, o no”, sostuvo Elizabeth Puentes, jefa del centro obstétrico del hospital Heller. Y agregó que “los varones ven la vasectomía como un cuco. Lo que tienen que entender es que van a seguir disfrutando de sus relaciones como siempre, pero sin tener hijos”.
Mientras, Rosemberg sostuvo que “la vasectomía no es sólo el procedimiento de esterilización, es todo lo que lleva a la construcción de pensarse en una sexualidad compartida, en una paternidad compartida, en una decisión en la que puede poner el cuerpo uno o el otro, y es interesante para pensarlo. Hay una nueva constitución de la masculinidad que hay que acompañar y dar lugar porque evidentemente tienen algo en lo que quieren transformarse”.