Redacción Canal Abierto | “El Gobierno, a través de la cartera de Seguridad de la ministra Patricia Bullrich, ha comprado cuatro lanchas a Israel que ha pagado US$ 50 millones, que en el país se podrían haber hecho por la mitad”. La explicación de Diego Seimandi, trabajador del Astillero Río Santiago (ARS) y dirigente de ATE Ensenada, resume una gestión que, en lo que a industria naval se refiere, viene tomando decisiones que apuntan al desmantelamiento.
Hace poco más de un mes, Mauricio Macri expresó la frase más sincera sobre su política en relación a la empresa estatal: “al Astillero hay que dinamitarlo”. Poco tiempo antes, la gobernadora María Eugenia Vidal había asegurado que el ARS era la única empresa pública deficitaria en la provincia de Buenos Aires.
Pero sus 3.500 trabajadores salieron a denunciar que fue justamente el Ejecutivo bonaerense el responsable de que eso ocurriera, al paralizar contratos para la construcción de buques al congelar créditos del Banco Provincia y la compra de insumos. Luego llegó la compra de buques a Francia e Israel, la intervención y la represión a los obreros que protestaron.
“Estas compras son 1200 puestos de trabajo durante cuatro años. Lamentablemente, el gobierno nacional ha decidido darles trabajo a los trabajadores de Francia y no a los trabajadores argentinos”, analiza Seimandi.
Por su parte, Cecilia Álvarez, docente de la escuela técnica del Astillero, agrega: “De cierta manera sentimos que nos están dinamitando porque no nos están permitiendo terminar trabajos que ya están empezados y que requerirían una inversión muy chica en proporción con el ingreso que tendríamos si ese buque se entregase en tiempo y forma”.
Para los trabajadores del Astillero, estas decisiones no son inocentes. Seimandi relata que allí hay infraestructura específica para construir torres eólicas, las mismas que hace poco Cambiemos decidió importar de China. “La compra la hacen a través de una empresa del Grupo Macri que después se las vende al Estado y en un año se ganan US$ 50 millones. Yo creo que detrás de cada decisión que toma el gobierno nacional que va a en desprecio de la industria nacional, de la industria naval, hay intereses personales”, afirma.