Este fin de semana se estrenará en las 23 provincias argentinas y en doce países de Latinoamérica Mnémora, Pueblo, Poder y Tiempo, un largometraje independiente de ciencia ficción realizado por el colectivo cultural El Culebrón Timbal. Diversos personajes históricos y míticos (José de San Martín, Juana Azurduy, Martín Miguel de Güemes y Eva Perón, entre otros y otras) aparecen protagonizando combates en futuros complicados en los que están en juego la identidad y el destino de la humanidad.
Eduardo Balán, referente de El Culebrón, guionista y coordinador artístico del film, explica a Canal Abierto que se trata de “una historia de aventuras, con un gobierno del futuro que maneja la tecnología como para intervenir en el tiempo que anuncia una campaña humanitaria para borrar de la historia las tiranías y las dictaduras, pero se filtra la información de que el verdadero plan es desactivar a los movimiento sociales y las luchas populares. Entonces se desata una rebelión trans-temporal en la que conviven rebeldes de todas las épocas de la humanidad siguiendo un plan que una niña les trae desde el futuro”.
La sinopsis oficial completa la descripción: “En la década del 2070, la ciencia descubre el modo de viajar en el tiempo. El Gobierno Global (Entercelt) y su líder Salvador Garzlan lanzan una campaña que se presenta públicamente como una intervención temporal que busca la eliminación de todas las tiranías de la historia pero que en realidad intenta imponer un espúreo pacto oculto por el Poder. Frente a esto se desata una rebelión; la resistencia se convoca a lo largo de todas las épocas y construye una infinita red de túneles bajo tierra que están recubiertos con una membrana resistente a la tecnología gubernamental. La Ciudad subterránea se llama Mnémora”.
Además de ser una realización independiente la sorprendente producción fue desarrollada por organizaciones de cultura comunitaria: Las cámaras son de Sofovial (Sociedad de Fomento del Video Alternativo), una organización de San Miguel; FM Tinkunaku, de José C. Paz, hizo el sonido; y la gran mayoría del elenco está integrado por la cooperativa de teatro “La Comunitaria”, de la localidad bonaerense de Rivadavia. El Culebrón aporta la idea general del guión, la coordinación general del proyecto y la identidad estética (utilería, locaciones, dibujos, etc.). El director es Alexis Fusario y la banda sonora está ejecutada por la Orquesta Sinfónica Municipal de San Martín y dirigida por el gran pianista de Mercedes Sosa, el maestro Gustavo “Popi” Spattocco.
Balán discute constantemente –y Mnémora es expresión de ello– con esa lógica por la cual las organizaciones de base sólo pueden narrar sus carencias: “Desde El Culebrón siempre tenemos esa tensión por querer salir del lugar en el que nos quieren acomodar a las expresiones populares, como si lo único de lo que pudiéramos hablar fueran los problemas que tenemos. Y lo real es que en los sectores populares, en la clase trabajadora y lo comunitario, también hay capacidad para imaginar muchas otras cosas. La posibilidad de las aventuras colectivas es el motor de muchísimos proyectos y tratamos de no reprimir esa capacidad”.
“El arte profesional se propone, a través de su obra, quedar en los libros de la historia del arte. El arte comunitario, por su parte, busca quedar en los libros de la historia de la amistad, de la energía de lo colectivo. Mnémora es la historia de un grupo desparejo que quiere salvar al mundo, contada por un grupo desparejo que quiere salvar al mundo”, analiza el autor del guión.
Este domingo 18 de noviembre, Mnémora se presenta en el Auditorio Eva Perón de la Asociación Trabajadores del Estado (ATE), en Belgrano 2527, a las 20, con entrada libre y gratuita.
Además, se estrenará en Uruguay, Brasil, Perú, Chile, Bolivia, Paraguay, Costa Rica, Guatemala, México, Ecuador, Colombia y El Salvador (ver al pie).
“Estamos sintiendo mucho el impacto anímico, económico y social de este contexto de políticas de retroceso, y es cierto que algunas producciones culturales acusan el golpe de una realidad que los tira para atrás -aclara Balán-, pero hay que saber que el combustible de la cultura popular no siempre pasa por la capacidad económica, muchas veces tiene que ver con el vértigo y el placer de hacer cosas juntos. Mnémora tiene un mensaje que provoca a la militancia también, porque a la cultura estamos acostumbrados a verla como un accesorio de la estrategia política, una especie de condimento estético de las luchas sociales, y lo que está marcando el avance de las derechas en los gobiernos es que efectivamente hay un debate cultural en el alma de nuestros pueblos, y es central en la construcción de valores.