Por Pablo Bassi | El descontento de los empresarios rurales se puede medir, y el número no es alentador: el Índice de Confianza del Empresario Agropecuario (ICEA) se ubicó en noviembre en un nivel de 43,4; casi 6 puntos por debajo de julio y 27,8 menos que un año atrás, cuando comenzó a descender paulatinamente.
De esta manera –y a pesar de la reducción en las retenciones- la fe campera se encuentra muy cerca de los 38,9 puntos que tuvo en marzo de 2014 (su pico más bajo desde 2012) y muy lejos de los 75 a los que llegó en noviembre de 2016.
La estadística, que tiene una fiabilidad del 99%, fue calculada por la Unidad de Investigación y Desarrollo de CREA, un movimiento que nuclea a más de 2000 entidades del campo, con socios honorarios como Gregorio Pérez Companc, una de las mayores fortunas argentinas.
Al analizar los subíndices de este indicador, CREA detectó una baja generalizada en términos cuatrimestrales e interanuales. Con respecto a noviembre de 2017, la percepción de los consultados sobre la situación económica y financiera de su empresa se hundió un 25%; el de situación económica general, 48,7%; y el del sector agropecuario, un 37,6%.
Asimismo, al desagregar el índice según las condiciones actuales y expectativas se observa un marcado deterioro interanual respecto a la evaluación del presente (-65,4%), mientras que la baja de las expectativas a futuro (-12,1 %) es más moderada.
La medición fue realizada entre 1237 empresarios de todo el país (excepto Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego) con mirada dispar sobre la coyuntura política y posiciones encontradas respecto a la resolución 125 de 2008.
Por primera vez, el ICEA fue desarrollado con el soporte académico de la Facultad de Ciencias Económicas (CMA-PROGIRA), de la Universidad de Buenos Aires.