Redacción Canal Abierto | Tras conocerse el cierre de la planta de refinamiento y embotellado de aceite de la multinacional china COFCO, el Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires dictó la conciliación obligatoria requerida por el sindicato de aceiteros (SOEAIA) a raíz de los 195 despidos que la decisión empresarial provoca.
En una reunión con las partes, la cartera laboral bonaerense ordenó retrotraer las desvinculaciones, pero «liberando al personal de prestar tareas». Esto, según la abogada del gremio Paula Lozano, constituye una conciliación a medias, ya que no retrotrae el conflicto a la situación previa, además de tomar el estado atribuciones que le corresponden a la empresa.
«Ellos deberían retrotraer la situación en forma completa, dejar sin efecto los despidos durante el tiempo que dura la conciliación, con reincorporación a los puestos de trabajo. Esto para nosotros no era algo menor, porque en definitiva hace lo que le pide la empresa, que es mantener la situación de cierre» afirmó la letrada ante la consulta de Canal Abierto.
«La realidad es que en los últimos años el modo en que este gobierno utiliza la conciliación obligatoria es muchas veces a favor de las empresas. La conciliación es una herramienta para intervenir en un conflicto. No da soluciones, pero enfila durante un lapso máximo de 20 días hábiles haciendo que las partes se sienten a negociar en audiencias, retrotrayendo todos los efectos al estado anterior. Los trabajadores no pueden tomar medidas de fuerzas y la patronal tiene que reincorporar o dejar sanciones sin efecto, volver para atrás las medidas que hayan originado el conflicto», agregó.
La planta en conflicto es la que la multinacional china compró a la holandesa Nidera en 2014. Al hacer lo propio con Noble, se constituyó en la segunda exportadora de cereales de Argentina, superada únicamente por Cargill. Lejos de contar las monedas para llegar a fin de mes, en 2017 su balance arrojó la friolera de $48.499 millones de facturación. Convertidas al valor de la divisa estadounidense del último día hábil de aquel año, hablamos de más de US$24.935.200.
Lozano agrega que, además, la planta de Valentín Alsina recibió inversiones tras la adquisición y es considerada modelo en el sector. «COFCO adquirió Nidera y Noble, dos importantísimas empresas. Comenzó las operaciones en el año 2014 y terminó de hacerlo en 2017. Nidera tenía muchas unidades de productivas. Una de ellas es la planta de envasado y refinamiento de aceite que está en Valentín Alsina. Es una planta importante, moderna, perfectamente equipada, con todas las normas ISO y de calidad vigentes, y de seguridad e higiene muy buenas. También hicieron un montón de inversiones».
«Esa unidad, asimismo, trabaja de forma complementaria con las otras, porque hace la parte final de la fabricación del aceite. Pero por ejemplo, compra la materia prima a la otra unidad de Junín, que es donde hacen la molienda y extracción. De repente, dicen que esta unidad les da pérdida, que desde hace 10 años que viene dando muchísimas pérdidas. Plantean que es una unidad disfuncional. Entonces, -dicen- la decisión de cerrar no obedece a un motivo económico de COFCO. La empresa es superavitaria, tiene mucha rentabilidad. Es la segunda multinacional agroexportadora de nuestro país, después de Cargill. Pero esa unidad no les interesa más, no se quieren dedicar más al envasado y refinamiento de aceite, sino a la comercialización de granos», comentó Lozano.
¿Cuá es el motivo por el que una empresa decide reducirse en momentos de prosperidad? Lozano aventura que «hay varias lecturas posibles. Por un lado hay una realidad de un modelo económico nacional productivo que desfavorece al agregado de valor y que va en contra del mercado interno. Porque COFCO tiene marca propia que es Legítimo, que tenía una importante salida incluso en los sectores populares, porque tiene un precio bastante accesible. Así que direccionaban parte de la producción de Valentín Alsina al mercado interno».
Entonces, «hay una decisión que es muy grave -comenta la abogada-. Porque no tiene que ver sólo con la pérdida de los puestos de trabajo o el impacto en la localidad.Nos referimos a sectores muy vulnerables en los que el funcionamiento de la fábrica mejoró notablemente la situación social de esas familias. Pero además de eso, también es una decisión de exportar, comerciar sólo para afuera y no apuntar al mercado interno».
http://audios.canalabierto.com.ar/2019/PaulaLozano8ene18-3.mp3