Redacción Canal Abierto | «Estamos tirando la toalla porque nos sentimos rodeadas por un clima de desconfianza y de deslegitimación progresiva», escribió la fundadora de Women Church World, Lucetta Scaraffia en una carta abierta anunciando el cese de su cargo.
La junta editorial de la revista del Vaticano renunció y en el editorial – que se imprimió la semana pasada pero todavía no fue publicado- resaltaron: «Creemos que ya no existen las condiciones para continuar nuestra colaboración con L’Osservatore Romano».
Scaraffia lanzó Women Church World como folleto mensual en 2012 y supervisó su crecimiento hasta convertirse en una revista independiente del Vaticano como una voz para mujeres, y sobre temas de interés para toda la Iglesia Católica. La revista disfrutó de independencia editorial de L’Osservatore , incluso mientras se publicaba bajo sus auspicios.
En el último editorial, la junta citó las iniciativas de L’Osservatore con otras colaboradoras que constituían puntos de vista opuestos. Ante el efecto de “enfrentar mujeres”, la junta consideró el acto como no digno de confianza.
«Ahora parece que una iniciativa vital se ha reducido al silencio. Están regresando a la práctica de seleccionar a las mujeres que aseguran obediencia, consideradas dignas de confianza desde arriba, bajo el control directo de los hombres. Están regresando a la autoreferencia clerical y están renunciando a la libertad de hablar libremente que el papa Francisco busca con frecuencia», manifestó Scaraffia en la carta abierta.
Feminista reconocida y quizás la mujer con más alto perfil en el Vaticano, Scaraffia lamentó una y otra vez que la mitad de la humanidad –la mitad más responsable de transmitir la fe a las generaciones futuras- sea invisible para los hombres a cargo de la Iglesia Católica.
En febrero, la revista denunció el abuso sexual de monjas por parte del clero. Esto desató a su vez el escándalo de las hermanas religiosas que abortan o dan a luz a niños que no son reconocidos por sus padres.
El alboroto despertado por esta mujer puso a Francisco en una posición incómoda, quien posteriormente tuvo que reconocer por primera vez que esto era un problema y que estaba comprometido a hacer algo al respecto.
Anteriormente, en marzo de 2018, ya había denunciado el rol de servidumbre de las religiosas que trabajaban por casi nada para cocinar y limpiar para los obispos y cardenales. Los artículos de Women Church World a cargo de Scaraffia le dieron voz al sufrimiento silenciado por muchos años de las monjas.
Si bien la continuidad de la revista está asegurada, hay países que ya se pronunciaron en contra de continuar con su distribución. El Vaticano hasta ahora no hizo comentarios al respecto.