Por Federico Chechele | La madurez que conllevan las crisis no pareciera ser suficiente para alinear las tropas. Por más que Cambiemos termine unificando su espacio y conteniendo al radicalismo otorgándole la vicepresidencia -algo que hoy parece desactivado-; y que la oposición resuelva encolumnarse detrás de un candidato –más difícil que lo anterior-; de concretarse un balotaje ganará el menos rechazado. Por eso hay miedo a perder, y lo saben todos.
Patagonia Rebelde
El domingo pasado el Gobierno volvió a perder por paliza y sigue sumando derrotas. Comenzó en La Pampa, luego Neuquén, San Juan, Chubut y Río Negro. No hizo pie en ningún lado a pesar de poner todo lo que tenía a mano.
Recordemos que en La Pampa Daniel Kroneberger de la UCR le había ganado a Carlos Mac Allister, el candidato de la Rosada. Mientras Sergio Ziliotto del PJ miraba las PASO relajado esperando el seguro triunfo del próximo 19 de mayo.
En Neuquén, el gobernador Omar Gutiérrez, del Movimiento Popular Neuquino (MPN) fue reelecto y el candidato de Cambiemos, el radical e intendente de la capital Horacio «Pechi» Quiroga salió tercero.
El domingo en Río Negro la candidata radical a gobernadora, Lorena Matzen (diputada nacional de Cambiemos) alcanzó apenas el 5,67% de los votos, muy lejos del 32% que había cosechado en las legislativas de 2017. Una caída es estrepitosa. Ganó Arabela Carreras preferida por el 52% de los electores. Y para colmo, Alberto Weretilneck, el padrino de la boda, marcó la cancha: «No vamos a apoyar a ningún candidato a presidente».
En las PASO de Chubut el diputado nacional de Cambiemos, Gustavo Menna, quien en las legislativas de 2017 salió segundo por poco margen, el domingo obtuvo sólo el 14 % del padrón.
Si bien San Juan no forma parte del sur argentino, Sergio Uñac fue reelegido gobernador y mandó a pasear a Cambiemos con más de 20 puntos de diferencia.
En abril se vienen tres Primarias más con nuevas derrotas para la alianza de gobierno aunque en la Rosada apuestan por acercar diferencias. En Entre Ríos ganará Gustavo Bordet; en San Luis dirimen los Rodríguez Saa y en Santa Fe pelearán el Socialismo con el PJ.
Del lado de la oposición nadie pudo sacar un rédito nacional a los comicios de la Patagonia. Son todos triunfos provinciales con apoderados diversos en espacios nacionales. Incluso el PJ que se mostró kirchnerista pagó sus consecuencias. Las elecciones confirman que el país ya no tiene mayorías dominantes y ese fenómeno facilita la reelección de los oficialismos locales.
Cambiemos la ley para no perder
A 70 días del cierre de listas el Gobierno retocó las reglas del juego por decreto: ahora nadie podrá ser candidato provincial colgado de listas nacionales.
El presidente Macri eliminó por decreto el uso de listas colectoras para prevenir un acuerdo entre diferentes sectores del peronismo que ordenara toda la oferta opositora para la gobernación bonaerense en una sola candidatura. Modifica por decreto las reglas de juego que Cambiemos usufructuó para que Gerardo Morales gane la provincia de Jujuy: en 2015 hubo 9 listas distintas que lo llevaron como candidato, entre ellas, las de los candidatos presidenciales Mauricio Macri, Sergio Massa y Margarita Stolbizer.
Con esto, el Presidente le otorgó uno de los varios pedidos a María Eugenia Vidal. La gobernadora había solicitado desdoblar las elecciones bonaerenses de la nacional y eliminar las PASO, ninguna de las dos propuestas prosperaron. Mucho menos ser ella la sucesora presidencial.
El Partido Justicialista bonaerense denunció esta maniobra como “antidemocrática, inconstitucional y antiética». Se verá cómo avanza la denuncia aunque será difícil que el Gobierno dé marcha atrás.
Con esto del miedo a perder, llegó el turno del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, quien esta semana informó que se sumará al desdoblamiento de las elecciones provinciales con las nacionales. La decisión se dio luego de los triunfos de los oficialismos en las provincias y ante la indefinición de Cristina Kirchner.
En un hecho inédito, ahora son 17 las provincias que resolverán las disputas por el poder en sus territorios antes de la elección nacional del 27 de octubre. Dato: Al separar la elección, el control de la votación queda en manos de los tribunales provinciales y no de los juzgados federales.
Por ende, CABA, provincia de Buenos Aires, Santa Cruz, Catamarca y Salta serán los únicos distritos que no sucumbirán al miedo de someterse al voto con los candidatos presidenciales. Falta resolver en Chaco y La Rioja.
A 70 días del cierre de listas el Gobierno retocó las reglas del juego por decreto: ahora nadie podrá ser candidato provincial colgado de listas nacionales. Macri eliminó las colectoras para prevenir un acuerdo entre diferentes sectores del peronismo que ordenara toda la oferta opositora para la gobernación bonaerense en una sola candidatura
En la oposición nadie tiene asegurado el triunfo
A pesar de la crisis económica y que las encuestas los posiciona como ganadores sobre Macri, tanto Cristina Kirchner como Roberto Lavagna siguen buscan consensos.
No es para menos, el propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, llenó de dudas su exposición en la Cámara de Diputados: «Creo que no nos vamos a ir en diciembre», fue la frase de la semana.
Cerca de la ex presidenta sacaron a relucir una posible interna con Daniel Scioli que incluso podría incorporar otros aspirantes a la presidencia como Agustín Rossi y Felipe Solá. No es que Cristina Kirchner se muestre generosa, sino que sería una movida para dejar afuera a Alternativa Federal y a Roberto Lavagna y, de bajarse de la candidatura, posicionar al ex gobernador para ocupar la representación que ostentó en 2015.
Mientras tanto, Lavagna reiteró que no quiere internas: «Si no hay consenso, no me interesa». Según explicó el exministro de Economía las encuestas marcan que existen tres tercios y se consolida una mirada intermedia entre dos propuestas que fracasaron. Le salió al cruce otro de los aspirantes de Alternativa Federal, el gobernador de Salta Juan Manuel Urtubey, quien le recordó que las Primarias son ineludibles, luego de verse con su par cordobés Juan Schiaretti.
El propio jefe de Gabinete, Marcos Peña, llenó de dudas su exposición en la Cámara de Diputados: «Creo que no nos vamos a ir en diciembre», fue la frase de la semana.
Hay Paro Nacional pero con ausentes
Luego de la fuerte presencia callejera de los sindicatos de diferentes centrales el pasado 4 de abril, esta semana se acordó un Paro Nacional entre la mayoría de los sectores del movimiento obrero. Afuera quedaron los gremios que responden a los “gordos” y los “independientes” de la CGT.
La CTA Autónoma que encabeza Ricardo Peidro y la CTA de los trabajadores que lidera Hugo Yasky confirmaron lo que ya habían anticipado: un Paro con movilización para el 30 de abril. El Frente Sindical por el Modelo Nacional de los gremios cegetistas que comandan Hugo Moyano, Ricardo Pignanelli y Sergio Palazzo hizo lo propio y desafió a los sindicatos agrupados en la calle Azopardo.
Los moyanistas quieren dar pelea en la conducción de la CGT. Algunos pretenden consensuar y no romper, esa es la postura de la Corriente Federal; otros quieren pegar un portazo.
Mientras que los plenarios iban definiendo las medidas de fuerza, Andrés Rodríguez (UPCN), Gerardo Martínez (UOCRA), Héctor Daer (ATSA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias) y Carlos Sueiro (Personal de Aduanas) no titubearon en presentarse y sacarse una foto durante la cena anual de CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) en La Rural. “No hay consenso para un Paro General”, volvieron a decir.
En esa senda, algunos de los sindicatos que forman parte de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), principalmente la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que encabeza Roberto Fernández y Omar Maturano de La Fraternidad anunciaron que pararán el 1° de Mayo y todos los feriados en reclamo de «la reformulación del impuesto a las Ganancias”.
El que tuvo que salir a desmentir la medida de fuerza fue Juan Carlos Schmid del sindicato de Dragado y Balizamiento y titular de la CATT: «El primero de Mayo vamos a instruir a los gremios de transporte a no prestar servicios. No vamos a parar».
Mientras se iban sucediendo todos estos hechos, se conoció que el uso de la capacidad instalada de las fábricas está en el peor nivel de los últimos 17 años. Un país paralizado, lleno de temores.