Por Federico Chechele | El Teorema de Baglini sostiene que cuanto más lejos se está del poder, más irresponsables son los enunciados políticos; y cuanto más cerca, más sensatos y razonables se vuelven. Hoy podríamos decir que las medidas anunciadas por el Gobierno esta semana le dan un baño de realidad, el problema es que pareciera que ni ellos confían en lo que dicen, y lo que es peor, está en las antípodas de lo que creen. Se trata sólo de un anuncio electoral.
Luego de oficializar la inflación de marzo en 4,7%, el congelamiento de la banda cambiaria y el paquete anti crisis para paliar el mal humor de la sociedad, la idea es frenar el dólar para que ceda la inflación. Los motivos: Macri está debajo de la ex presidenta Cristina Kirchner en todas las encuestas, por más de 20 puntos en el Conurbano, y la posibilidad de que la gobernadora María Eugenia Vidal no sea reelecta es concreta.
Si el Gobierno no confía en lo que anuncia, mucho menos la gente común. Los ministros que presentaron las medidas aclararon que no es un plan antiinflacionario sino un «alivio”. La respuesta se dio a conocer a través del Índice General de Expectativas Económicas (IGEE): el 96% de los argentinos declara haber reducido o abandonado alguna categoría de consumo o gastos. Nadie confía en la política “low cost” de Macri.
Las Pymes también expresaron su pesimismo ante las medidas para paliar la crisis económica. La Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME) señaló su escepticismo: «oportunismo tardío para que nada cambie».
Hasta los especuladores mostraron su recelo: se derrumbaron las acciones argentinas en Wall Street y el Riesgo País se disparó a los 854 puntos, el récord en la era Cambiemos. La frutilla del postre la pusieron dos artículos publicados en Forbes y Financial Times, los medios norteamericano y británico, respectivamente, remarcaron que “la Argentina atraviesa problemas cambiarios, alta inflación y escasa credibilidad que tendrán consecuencias en los pronósticos electorales”. Jackpot!
A su manera, todos tienen razón: La inflación de marzo fue de 4,7% y alcanzó 54,7 % en los últimos 12 meses; marzo tuvo la peor baja en el consumo mensual desde 2002 y la inflación interanual es la más alta desde enero de 1992. Sin embargo, el Gobierno se muestra expectante. Operadores de la Casa Rosada aseguran que llegarán a octubre con una inflación de 1.9% y podrán mostrar resultados para ganar las elecciones.
La frutilla del postre la pusieron dos artículos publicados en Forbes y Financial Times, los medios norteamericano y británico, respectivamente, remarcaron que “la Argentina atraviesa problemas cambiarios, alta inflación y escasa credibilidad que tendrán consecuencias en los pronósticos electorales”.
Más derrotas y desdoblamientos
El domingo pasado, el Gobierno sufrió otra paliza electoral en las PASO de Entre Ríos. El gobernador Gustavo Bordet superó a Cambiemos por 25 puntos. La derrota fue doble: El gobernador ganó con el respaldo de todo el arco peronista provincial, quizás una señal nacional; y la Casa Rosada esperaba números similares a la elección de 2017, pero nada de eso ocurrió. Atilio Benedetti fue vapuleado a pesar del apoyo explícito de Macri, Vidal y Frigerio.
También hubo elecciones en Córdoba. Si bien la UCR retuvo la mayoría de las localidades, el peronismo logró un fuerte avance: La coalición liderada por el gobernador Juan Schiaretti recuperó 28 distritos y retuvo 17 de los 18 donde ya era oficialismo. El Gobierno sabe que en la elección nacional esos votos le serán esquivos.
Con estos resultados, los gobernadores de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y de San Juan, Sergio Uñac pasan hoy a ser ordenadores del peronismo nacional. Ambos se manifestaron por la unidad pero deberán resolver si se encolumnan o no con Cristina Kirchner. Bordet es parte de Alternativa Federal pero, al otro día de su triunfo, dijo que «si el fruto del consenso es Cristina, estaremos con Cristina».
En ese contexto, como hace una semana en Formosa, el lunes el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, anunció que también desdoblará las elecciones en su provincia. Serán el 11 de agosto y el 27 de octubre. Con la determinación que tomó Salta, ya son 18 las provincias que votan por separado. Sólo CABA, provincia de Buenos Aires, Catamarca y Santa Cruz toman coraje y van con los presidenciables. Nadie quiere quedar pegado.
Cristina vs Lavagna y los demás en las gateras
El sábado pasado el peronismo bonaerense realizó una fuerte muestra de unidad. Se reunieron varios espacios y a pedido de Cristina Kirchner fueron todos los presidenciales: Felipe Solá, Daniel Scioli, Agustín Rossi y Axel Kicillof. Una foto que golpeó duro en el lavagnismo, en Alternativa Federal, pero fundamentalmente en el entorno de María Eugenia Vidal. El peronismo unido en territorio bonaerense puede ganar cualquier elección, aunque sea por un voto.
Dato: El peronismo bonaerense le puso fecha al lanzamiento de campaña. Será en Racing el 24 de junio. Fernando Gray, titular del PJ provincia de Buenos Aires, acordó el lugar y la fecha para un mega lanzamiento de campaña con los intendentes más cercanos a él y fundamentalmente con Cristina Kirchner. Vale aclarar que el 22 de junio vence el plazo para la presentación de las listas de precandidatos para las PASO ante la Junta Electoral Partidaria.
El PJ está entusiasmado y tiene motivos. Las encuestas difundidas esta semana dan a la ex presidenta como ganadora en un posible balotaje frente a Macri. Pero lo saliente no es sólo el triunfo, sino la diferencia. CFK le sacaría cerca de 10 puntos al Presidente, hace menos de un mes estaban empatados. La intención de voto de Macri se desplomó. Y para los especuladores de las encuestas, surgió otro dato novedoso: entre los indecisos también crece la tendencia de voto en favor de la ex presidenta.
Un poco más atrasado viene Roberto Lavagna que por estos días intentará posicionarse como precandidato presidencial en un encuentro donde juntará al GEN, al socialismo y a dirigentes de la UCR con referentes del PJ para exhibir unidad. En ese armado, quien pone en fila a los movimientos en territorio bonaerense es el diputado nacional Eduardo «Bali» Bucca, dirigente cercano a Marcelo Tinelli.
Este espacio mantiene cautela a la espera de las elecciones provinciales de Córdoba, del 12 de mayo, que podrían marcar el apoyo del gobernador Juan Schiaretti, y el resultado de la convención nacional de la UCR.
Por su parte, Alternativa Federal insiste en definir la candidatura presidencial mediante un consenso, según quién esté mejor posicionado en las encuestas. Los precandidatos presidenciales Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Miguel Pichetto exigen que Lavagna participe en las PASO del 11 de agosto.
La intención de voto de Macri se desplomó. Y para los especuladores de las encuestas, surgió otro dato novedoso: entre los indecisos también crece la tendencia de voto en favor de la ex presidenta.
En esta semana corta, se difundieron encuestas que analizaron dónde migrarían los votos de, justamente, Massa, Urtubey y Lavagna en un eventual ballotage entre Cristina y Macri. En los tres casos la que acumula mayor ganancia es la ex presidenta.
La culpa es de los radicales
Todos estos números cayeron como una bomba en Olivos y motivaron al Gobierno a lanzar el paquete de medidas. A esto hay que sumarle el enojo de la mesa chica de Cambiemos con el radicalismo, especialmente por las reiteradas críticas de los gobernadores Alfredo Cornejo de Mendoza y Gerardo Morales de Jujuy. En la Rosada los acusan del escaso aporte al proceso de Cambiemos, aunque mantendrán la calma a la espera de la convención radical para evitar fugas de su principal socio.
Pero habrá consecuencias. Por estas horas, la ilusión del radicalismo para que la Casa Rosada le entregue la vicepresidencia es más esquiva que la suerte del hombre que impide el paso del tanque en la Plaza de Tiananmén.