Redacción Canal Abierto | Trabajadores pertenecientes a fábricas recuperadas realizaron actividades en la Ciudad de Buenos Aires para visibilizar la situación crítica que atraviesa a partir del impacto de los aumentos en las tarifas de servicios. Además exigen que se trate un proyecto de ley en el que se contemple una tarifa diferencial para este tipo de empresas.
La jornada es impulsada por las tres ceramistas neuquiunas Zanón, Neuquén y Stefani y la imprenta bonaerense Madygraf, con el apoyo del SUTNA. Comenzó al mediodía con un acto en el Olbelisco, desde donde movilizaron a la Secretaría de Energía. Allí presentaron un nuevo pedido por la amenaza de corte de gas a las cerámicas. También pasaron por el juzgado Contencioso Administrativo Nº1, donde Camuzzi presentó la causa para que autoricen suspender el servicio por falta de pago.
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El final de la jornada se dio con una audiencia en el Congreso. Allí plantearon la importancia de la sanción de una ley que establezca la tarifa diferencial para las empresas recuperadas, atendiendo al impacto que su existencia tiene en sus comunidades.
«Ha habido subsidios para empresas privadas que sufrieron los tarifazos, por eso no nos parece que sea algo desproporcionado lo que estamos pidiendo, cuando somos cientos de trabajadores que dependemos directamente de esas fábricas. Indirectamente, hay otros miles que dependen de que no cierren nuestras fábricas» planteó Jorge Medina, integrante de la cooperativa Madygraf, ante la consulta de Canal Abierto.
El gráfico planteó que «esto se da en el marco de que hace apenas un par de semanas a Edenor le condonaron una deuda de 7000 millones de pesos. A los compañeros ceramistas que vienen de Neuquén, la provincia de Vaca Muerta, uno de los yacimientos de gas más grande del mundo, les quieren cobrar a un precio irracional».
«En este marco, en el que la crisis se sigue profundizando y siguen cerrando fábricas, entendemos que somos un mal ejemplo porque ningún empresario ni el gobierno quieren que cuando cierren la fábrica, los trabajadores peleen por sus puestos de trabajo, quieren que volvamos a nuestras casas con nuestras cabezas gachas. Eso no va a pasar, por eso salimos a reclamar para poder seguir trabajando. En Madygraf somos 150 familias que dependen de la fábrica. Y si recibiéramos ayuda del gobierno, trayendo para imprimir libros, manuales y cuadernos, podríamos generar nuevos puestos de empleo, es una fábrica que puede darle trabajo a unas 600 personas» concluyó Medina.