Redacción Canal Abierto | A diez días de firmado un acuerdo entre la Unión Europea (UE) y el Mercosur, poco se sabe de sus detalles. El comunicado oficial emitido por Cancillería consta de seis páginas que poco dicen sobre lo que más preocupa por estas tierras: quiénes serán los beneficiados y quiénes los afectados de un tratado de estas características.
Un Tratado de Libre Comercio (TLC), como el firmado, “es un acuerdo en materia económica, específicamente comercial, que lo que intenta hacer es que se garantice la libre circulación básicamente de tres cosas: bienes, servicios y capitales”, explica Javier Echaide, abogado, investigador, docente y especialista en Derecho Internacional.
La circulación libre es la eliminación de trabas arancelarias, lo que en la práctica significa que bienes y servicios producidos en otras latitudes compitan de igual a igual con las mercancías locales y una menor recaudación para el Estado. También propicia que las trasnacionales se aprovechen de los desfasajes en el valor de la mano de obra en los distintos países, en la flexibilidad sobre políticas de medio ambiente, o de seguridad sanitaria para abaratar costos. Así, un mismo artículo es fabricado un poco en la Argentina, un poco en Indonesia, un poco en el Congo, para terminar vendiéndose en Estados Unidos. “Esa transnacionalización hace que la cadena de valor que una empresa hacía dentro de una misma fábrica ahora la haga a nivel mundial”, relata Echaide miembro de la Asamblea Argentina Mejor sin TLC y de ATTAC Argentina, movimiento internacional que combate la mundialización liberal y trabaja por alternativas sociales, ecológicas y democráticas.
Con todo y lo que eso implica para la producción nacional, del acuerdo que el Gobierno promocionó como una victoria se sabe casi nada.
“Lo que generalmente ocurre es que (estos acuerdos) se negocian en un secretismo total. No salen a la luz pública, no hay ningún tipo de accountability, de escrutinio público con la sociedad civil o con sectores productivos que pueden estar beneficiados o, sobre todo, afectados por este tipo de tratados –añade el especialista en los estudios de Canal Abierto–. Cuando salen a luz, y generalmente lo hacen por filtraciones, empiezan a saltar algunas preocupaciones porque no son acuerdos que traigan beneficios para toda la población como se anuncia”.
Y es que se trata de un acuerdo que incluye intercambio libre de bienes de corte industrial con un bloque como Europa, integrado por países que históricamente han desarrollado productos industriales en mucha mayor cantidad que la Argentina.
“Lo que hacen este tipo de tratados es consolidar una brecha interna, hacia adentro de los países, pero también a nivel internacional. ¿Cuál es la división internacional del trabajo? ¿Qué nos toca a nosotros? Ser países agroexportadores. ¿Cuáles son los sectores que van a verse beneficiados? Los que ya están sacando una tajada de todo esto: la matriz agroexportadora. Este tipo de acuerdo lo que hace es profundizar esa brecha de desigualdades”, resume Echaide.
¿Quién gana y quién pierde en un acuerdo como éste? ¿Qué pasó con la desigualdad en países como Chile, que firmaron acuerdos parecidos? ¿Qué ocurre si el Congreso argentino no ratifica el tratado? ¿Cuánto tiene este anuncio de mera publicidad? Todo, en esta entrevista.
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