Redacción Canal Abierto | En tiempos macristas, resulta poco novedoso hablar de pérdida en el poder adquisitivo del salario. Sin embargo, el reciente «Cuenta de generación del ingreso” del INDEC puso cifras concretas respecto de dicha merma y su estrecha relación con la ganancia patronal.
En promedio, la remuneración al trabajo pasó de representar el 54,2% en el primer trimestre de 2016 al 48,3% en el mismo período de este año. Es decir, una caída de cerca de seis puntos porcentuales en menos de tres años.
El grueso del empeoramiento del reparto de la torta se explicó por el impacto de la crisis de 2018, en la que el poder adquisitivo se hundió 12,1%. Así, entre los primeros trimestres de 2018 y 2019, la participación asalariada cayó tres puntos.
Como contrapartida, siempre en base a datos oficiales, la ganancia empresaria (“excedente de explotación bruto”) pasó del 35,3% en 2016 a 38,9% en la actualidad.
Según un estudio del Centro de Economía Política (CEPA) en base a datos de la AFIP, en lo que va del año cerraron 7518 pequeñas y medianas empresas (con menos de 100 trabajadores). La cifra se eleva a 15.424 si contamos desde finales de 2015. En medio de la crisis que atraviesan las PYMES, resulta evidente cuáles fueron las empresas que se quedaron con una mayor proporción de la torta en los últimos años.
De acuerdo al informe oficial, si se excluye al sector público, las participaciones relativas fueron del 39,7% para los asalariados y del 45,3% para los empresarios.
Este proceso de derrumbe del salario real y concentración del producto coincidió con una fuerte agudización de la precarización laboral. El informe del Indec precisó que en el último año subió en 185.000 la cantidad total de puestos de trabajo, es decir, creció 0,9%, por debajo del crecimiento poblacional. Sin embargo, todos los empleos generados fueron precarios: 115.000 asalariados informales (2,5% interanual) y 176.000 cuentapropistas (3,5%), entre los que sobresalen los monotributistas. En contraposición, se destruyeron 105.000 puestos asalariados registrados (1%), que son los que cuentan con plenos derechos.
Los datos del INDEC no sólo dan cuenta del difícil momento para los trabajadores, al mismo tiempo desmonta el discurso oficial y hegemónico que achaca la falta de inversiones a los altos costos laborales. En definitiva, pese a la caída salarial, la baja en el consumo y la precarización laboral, son muchos los empresarios argentinos que la siguen levantando en pala.