Redacción Canal Abierto | El aumento de la pobreza y la indigencia se encuentra en cifras alarmantes, sean éstas medidas con cualquier metodología y a través de todos los índices disponibles. Sin embargo, los datos que acaba de difundir el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) en base a datos oficiales del Indec, dan cuenta de una escalada que recuerda las épocas más oscuras.
Según el informe titulado La pobreza sigue subiendo, los primeros tres meses de 2019 ésta llegó a afectar al 34,1% de la población, lo cual implica que 15,3 millones de personas son pobres. “La faceta más cruel, el hambre, alcanza a nada menos que al 7,1% que equivale a decir que actualmente más de tres millones son indigentes”, explica.
La situación se agrava si pensamos que ese trimestre refleja las cifras de los mejores tres meses en términos estacionales. “Es decir, la primera medición del año que debiera resultar la más optimista, alcanza ya niveles preocupantes”, detalla el informe elaborado por el economista Claudio Lozano.
“Aislando el efecto aguinaldo –manifiesta Lozano- surge que la tasa de pobreza pasa a ser del 34,7%, en lugar del 34,1%, mientras la indigencia alcanza 7,2%. Es decir, la población pobre es de 15,5 millones de los cuales 3,2 millones pasan hambre”.
Los últimos datos del Indec disponibles son de diciembre de 2018. Por entonces, el índice de pobreza alcanzaba al 32% de la población (8.926.592 personas), y el de indigencia al 6,7% (1.865.867 personas). El estudio del IPyPP explica que la publicación oficial de estos indicadores tiene una frecuencia semestral “para suavizar las oscilaciones estacionales que, en materia de ingresos, tienen las distintas etapas del año”. En otras palabras, la inclusión del aguinaldo –por ejemplo- para los trabajadores formales tiene mayor impacto en los terceros trimestres del año.
“Aislando el efecto aguinaldo –manifiesta Lozano- surge que la tasa de pobreza pasa a ser del 34,7%, en lugar del 34,1%, mientras la indigencia alcanza 7,2%. Es decir, la población pobre es de 15,5 millones de los cuales 3,2 millones pasan hambre”.
La semana pasada, en tanto, el Indec difundió el estudio sobre Evolución de la distribución del ingreso, el cual arrojó que el ingreso promedio per cápita de la población para el mismo periodo fue de $13.447 mensuales. La referencia inevitable para considerar qué poder adquisitivo real significa eso es tomar en consideración los últimos datos de la Canasta Básica Total (CBT), que establece el umbral de pobreza, y de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que delimita la indigencia. Los mismos establecieron que un hogar integrado por una familia tipo (dos adultos y dos niños) necesita para vivir $28.751 y $11.640, respectivamente. En otras palabras, dos sueldos promedio apenas cubren el 86% de los ingresos que necesita una familia para no ser pobre. Por su parte, el ingreso medio del conjunto de ocupados fue de apenas $20.405.
“El aumento de la población supera en nueve veces el crecimiento demográfico, es decir, por cada niño que nace hay nueve personas que pasan a la pobreza. Para ofrecer otras medidas, diremos que por cada día que transcurre, en nuestro país se suman 10.885 pobres y 2.831 indigentes lo que equivale a decir que, cada hora arroja a la pobreza a 454 personas y a la indigencia a 118 y por minuto, son ocho pobres más y dos indigentes más”, sostiene el informe del IPyPP.
El mismo estudio estableció el coeficiente de Gini para el primer trimestre de 2019 en 0,447. Este coeficiente es uno de los indicadores más usados para evaluar la diferencia entre pobres y ricos, que va desde 0 (igualdad absoluta) a 1 (total desigualdad). Cuanto más alto, más desigual. El último trimestre de 2018 se había ubicado en 0,434.
“Para tomar dimensión de la escala que asumió el empobrecimiento de los últimos doce meses, podemos afirmar que el aumento de la población supera en nueve veces el crecimiento demográfico, es decir, por cada niño que nace hay nueve personas que pasan a la pobreza. Para ofrecer otras medidas, diremos que por cada día que transcurre, en nuestro país se suman 10.885 pobres y 2.831 indigentes lo que equivale a decir que, cada hora arroja a la pobreza a 454 personas y a la indigencia a 118 y por minuto, son ocho pobres más y dos indigentes más”, sostiene el informe del IPyPP.
Para Lozano, el derrumbe social fue el efecto del shock devaluatorio que tuvo lugar especialmente durante el año pasado cuando el valor del dólar prácticamente se duplicó. Lejos de detenerse, el sendero devaluatorio, aunque a un menor ritmo, se sostuvo firme durante el primer trimestre y el tipo de cambio trepó de $37,8 a $41,3. “El impacto en los precios fue inmediato y de relevancia: mientras el año calendario del 2018 culminó con una tasa del 47,1%, la inflación interanual del nivel general de precios a marzo del 2019 ascendió a 54,1% mientras para el rubro de alimento y bebidas fue aún mayor, del 62,7%. De esta manera, el objetivo de la política económica oficial logró consumarse por medio de un fuerte deterioro del salario real, del conjunto de prestaciones sociales y del resto de conceptos de ingresos de sectores populares”, destaca.
También sostiene que durante los últimos seis meses, desde el tercer trimestre del año 2018 al primer trimestre 2019, se concentró el período de mayor deterioro: de los casi 4 millones de pobres agregados en el último año, 2,7 millones se originaron en el último semestre.