Redacción Canal Abierto | Datos económicos discutibles, encuestas por demás favorables al oficialismo y sospechas de maniobras de manipulación financiera fueron algunas de las herramientas a las que echaron mano Gobierno y aliados para construir un falso escenario preelectoral.
El resultado de aquella movida dejó un viernes 9 de agostó con un dólar manso, una suba del 7,8% en la Bolsa porteña, una caída del riesgo país en torno al 4% y medios de comunicación hegemónicos eufóricos. Siempre prestos a mirar los datos bursátiles del norte, los últimos celebraron el hecho de que en Nueva York, papeles argentinos como Grupo Galicia, Macro o Pampa Energía subieran cerca del 10%.
Hoy, a tan sólo 72 horas de aquel “viernes amarillo”, las mismas variables dieron un vuelco de 180 grados: tras rozar los $63, la cotización del dólar sube y baja entre los 58 y los $60, sin miras a retroceder y expectativas en alza. Entre tanto, las acciones argentinas y los bonos marcan un desplome de hasta 20% en el premarket de Nueva York.
¿Qué pasó en estas 72 horas? ¿Los operadores financieros se equivocaron? ¿Cayeron en la trampa y confiaron en las encuestas del gobierno?
No caben dudas. El terremoto económico financiero de este lunes tiene un solo desencadenante: la sorprendente diferencia a favor del Frente de Todos en las PASO y el golpe mortal a la gestión de Mauricio Macri, hoy virtualmente afuera de la carrera presidencial. Fue tal la debacle que este domingo por la noche varios periodistas militantes de oficialismo llegaron incluso a hablar de una cesión del poder anticipada.
Al cierre de la semana pasada, varios economistas ya habían salido a hablar de una posible manipulación de los mercados financieros nacionales con el objetivo de instalar un clima de optimismo de cara a los comicios. “Después de engañar a la clase media, a los trabajadores y a los jubilados, en su desesperación el gobierno ahora le miente a los bancos y a los fondos especulativos”, anticipaba el viernes Matías Kulfas, uno de los economistas de confianza del candidato presidencial Alberto Fernández.
“Lo que está pasando en la bolsa es una payasada. Las encuestas optimistas no existen. Me consta de alguna de ellas. Algunas empresas están recomprando sus propias acciones. Lo único que indica esto es temor. Paren”, aseguraba por entonces Pablo Gerchunoff, historiador económico y profesor emérito de la Universidad Torcuato Di Tella y honorario de la UBA.
El interrogante respecto si la economía –o como alguno caracterizaron, el “voto heladera”- iba a terminar siendo o no la gran inclinadora de cara a las elecciones PASO quedó resuelto. El electorado mostró su inconformidad y, por knockout, puso fin al ensayo neoliberal llamado Cambiemos.
Las consecuencias del mandato macrista sobre el cuerpo social se pueden evaluar en cada área de gestión. La sociedad argentina acusó recibo de cada medida gubernamental y cuatro años después, ya no es la misma. Entre otras cosas, la pesada herencia para el pueblo –mas no para ese mercado financiero- se traduce en una descomunal relación de la deuda con el PBI argentino al 97,7%.
Otro dato es el gran favor que llevó adelante el Gobierno en estos 3 años y medio para con el sector financiero. Durante el mes de junio de este año, la fuga de capitales contabilizó U$S 1.349 millones (acumula U$S 10.881 millones en el primer semestre de 2019).
Pese a que en las últimas horas Kulfas, y el propio Alberto Fernández, intentaron llevar calma a los mercados expresando su «absoluta voluntad de pago» de la deuda externa y la negativa a reinstalar –por ejemplo- un cepo cambiario, las mesas de dinero y los bancos emitieron su “voto” y dieron un mensaje claro.
Ni la “primavera financiera” del viernes fue un respaldo kamikaze de los mercados al proyecto de Mauricio Macri, ni el descalabro post electoral representó la desazón de un sector ante el mensaje de las urnas. Este lunes, bancos y mesas de dinero hicieron una demostración de poder y peso de cara a estos últimos cuatro meses de gestión, y con miras a lo que puede venir. Nada más (y nada menos) que una extorsión.