Redacción Canal Abierto | “El Gobierno no admitió el default. Lacunza no presentó esto como una situación estructural, sino como una transitoria que tiene que ver con la coyuntura política: ‘ganó las PASO un partido que asusta a la gente de dinero y los capitales empiezan a salir de la Argentina’. Pero lo que anunció es un gris”. La explicación de Ricardo Aronskind, economista, investigador y docente en la Universidad Nacional de General Sarmiento y en la Universidad de Buenos Aires, precedió a la sentencia de la calificadora de riesgo Standard & Poor’s, que anoche declaró a la Argentina en “default selectivo”.
El gris descripto por Aronskind fue para la compañía un rojo refulgente: las medidas financieras anunciadas por el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, constituyen una cesación de pagos para la deuda de cortísimo plazo.
Más allá de la etiqueta –que podría ser revertida hoy, cuando se oficialice la medida-, está el Lado B del anuncio. “Claro que necesitamos que los plazos se pateen lo más lejos posible, pero la pregunta es qué se va a proponer a cambio de eso, porque el Fondo hace un tiempo decía que estaban dispuestos a prolongar los vencimientos a cambio de la reforma previsional y la reforma laboral. No creo que ahora el FMI afloje condiciones porque sí”, analiza el economista en diálogo con Canal Abierto.
“Nos van a presentar en el Parlamento una situación que va a estar bastante distante de lo que necesitamos. Nos van a tratar de comprometer, como país, en cosas que no queremos hacer y lo van a presentar ante la opinión pública como una encerrona: ‘acordamos todo esto o ponemos a la Argentina en riesgo’. Es una trampa política” (Ricardo Aronskind, economista).
Por otro lado, está la cuestión política. El año 2020 sólo será piloteable para el gobierno entrante si el nivel de reservas que deje la gestión de Mauricio Macri es alto, pero la intervención sistemática del Banco Central para sostener el precio de la divisa hace que éste merme día tras día. Los años subsiguientes serán aún más complicados. En 2022 y 2023, la Argentina tiene vencimientos por 22.000 y 23.000 millones de dólares, respectivamente, y el país ya no contará con ningún nuevo desembolso . El anuncio de Lacunza, además, incluyó una trampa: que el “reperfilamiento”, como dio en llamar a la renegociación de los plazos, deba ser aprobado por el Congreso a través de un proyecto que llegará a hoy al recinto.
“Nos van a presentar en el Parlamento una situación que va a estar bastante distante de lo que necesitamos. Nos van a tratar de comprometer, como país, en cosas que no queremos hacer y lo van a presentar ante la opinión pública como una encerrona: ‘acordamos todo esto o ponemos a la Argentina en riesgo’. Es una trampa política”, concluye Aronskind.
Entretanto, el clima económico muta minuto a minuto. Como ejemplo, basta el jueves: mientras Macri aseguraba en Tandanor que la calma de aquí a las elecciones “nunca depende solo de un gobierno” y pateaba la pelota afuera, los seguros anti default de la deuda argentina subían por encima de los 4.000 puntos básicos, el doble que en las PASO.
Y es que la estrategia de responsabilizar al electorado, a la oposición, o a las declaraciones de Alberto Fernández sólo por ser el candidato que más votos obtuvo en las primarias, no resuelve la confianza de los mercados que la gestión macrista siempre se esmeró en complacer.
“Todo lo que vienen haciendo desde el 12 de agosto hasta acá son medidas en detrimento del Estado, del patrimonio nacional, y de las cuentas públicas. Podrían pedirles a los exportadores que traigan sus divisas, o poner restricciones a los grandes especuladores para parar la sangría de dólares, pero no trabajan sobre nada que sea contradecir a sus amigos –analiza Aronskind-. Por ahí, la nafta les alcanza justito para llegar al 10 de diciembre sin caer en default, pero si se inquietan algunos sectores o los que tienen diversas letras, van a entrar en cesación de pagos antes de fin de año. Lo que ocurra será distinto si el público va a los bancos y retira los depósitos, que si no lo hace. El gobierno de Macri creó una situación donde depende mucho de los climas sociales que él mismo contribuyó a crear”.
Ilustración: Marcelo Spotti