Por Mariano Vázquez (@marianovazkez) | Bolivia es hoy un ejemplo de economía pujante que transformó un país excluyente, formateado por las elites blancoides en la segregación de sus mayorías, en un país incluyente. Se lo conoce como el Modelo Económico Social Comunitario Productivo (MESCP) y tras 14 años de crecimiento constante, baja inflación y soberanía monetaria es elogiado hasta por organismos internacionales y economistas ortodoxos.
La sede nacional de la CTA-Autónoma se colmó de un público ávido por conocer de primera mano la exitosa experiencia económico-social que desarrolla el Estado Plurinacional de Bolivia desde 2006, fecha de asunción del presidente Evo Morales. Tres funcionarios públicos disertaron sobre esta experiencia que demuestra que hay vida y éxito por fuera del modelo neoliberal. Se trata de Gabriel Herbas, vicepresidente del Banco Central de Bolivia (BCB); Raúl Mendoza, jefe de economistas de la entidad; y Marcelo Zabalaga, directivo del Ente Nacional de Electricidad (ENDE) y expresidente del BCB.
“El 40 por ciento de la economía la maneja el Estado”
De dilatada trayectoria en la gestión pública y activo dirigente de la llamada Guerra del Agua, Gabriel Herbas recordó justamente que aquella disputa que en el 2000 evitó la privatización del servicio del agua en la localidad de Cochabamaba permitió que «las organizaciones sociales se unieran tras 20 años de palizas constantes de los gobiernos neoliberales. Recuperamos el agua, recuperamos en 2003 el gas, y en 2005 llegó el tiempo de Evo Morales y de este movimiento que dura hasta hoy, que permitió consolidar un proceso que cambió de visión y se ha planteado un nuevo modelo económico basado en cuatro elementos: economía estatal, privada, cooperativista y comunitaria”.
Uno de los hitos del éxito del MESCP fue la nacionalización de los hidrocarburos que permitió “redireccionar el desarrollo mediante la diversificación de la economía y la industrialización en áreas estratégicas”, subrayó Herbas al tiempo que destacó que “entre el 38 y 40 por ciento de la economía la maneja el Estado e implementamos, por ejemplo, la Ley de Servicios Financieros que le puso topes a la especulación y establecimos tasas de interés bajas para el acceso a vivienda, producción, para pequeñas y medianas empresas. También, los bonos sociales de seguro universal para la vejez, evitar deserción escolar y para las madres gestantes y niños hasta los dos años”.
El vicepresidente del BCB resume estas decisiones en una frase: “redistribución de ingreso”. Es decir, que “el aumento salarial siempre esté por encima de la inflación. Hoy el salario mínimo alcanza los 305 dólares y genera una compensación histórica para los trabajadores que se apodera de los excedentes del Estado”.
Y concluyó: “Estos elementos garantizan un modelo de crecimiento, desarrollo y mejoras para la población con un aumento del Producto Bruto Interno del 4,8 por ciento anual promedio con la inflación más baja del continente tras la de Ecuador”.
“Administrar el tipo de cambio para bajar la inflación”
Raúl Mendoza oficia como jefe de los economistas del BCB desde 2006, año en el que Evo Morales asume la presidencia. Sin dudarlo, el economista afirma: “Creemos que el Estado debe producir, debe intervenir, debe incidir en la redistribución de la riqueza y, por ende, en la reducción de la pobreza”. Y le lanza un dardo al Fondo Monetario Internacional: “La independencia del Banco Central es un problema, a diferencia de lo que dice el FMI. En Bolivia, a principios de cada año, el presidente del BCB y el Ministro de Economía (Héctor Arce Catacora) firman un acuerdo soberano ante la población y hacen compromisos por los objetivos macroeconómicos del país. Ambos son responsables de la estabilidad de precios y del crecimiento. En lugar de independencia, hay coordinación de políticas”.
La independencia de la política económica de Bolivia se refleja en las palabras firmes de Mendoza: “No aceptamos ni concordamos con la flexibilidad cambiaria que recomienda el FMI, que dice que el mercado determina el tipo de cambio, para nosotros es el Banco Central el que determina el tipo de cambio para defender a la ama de casa, al empresario, al trabajador. Administramos el tipo de cambio para bajar la inflación. No creemos que el mercado vaya a responder adecuadamente cuando se lo deja librado al azar. Revisamos año a año lo que dice el FMI y nos molestan sus descuidos y falta de preocupación por desdolarizar la economía, y su preocupación por bajar salarios y gastos públicos”.
A su vez, el economista-jefe del BCB recordó que “antes de 2006 Bolivia era la economía más dolarizada del cono sur, el 99 por ciento de los créditos estaba en dólares y decidimos cambiar eso: depreciar al dólar permitió despreciar al dólar y somos la economía que más avanza en la desdolarización. Hoy decimos con orgullo que el 99 por ciento de los ahorros de la población están pesos, en nuestra moneda”.
La nueva etapa política también determinó una apertura para el BCB que, cuenta Mendoza, se enfocó en “la comunicación e interacción”. “Suelen ser organizaciones muy herméticas, y la gente desconoce lo que hace; por eso, desde 2006, nos comunicamos con actividades en las escuelas, universidades, con organizaciones sociales, trabajadores, economistas”.
“El Banco Central adquirió soberanía sobre la política monetaria”
Marcelo Zabalaga fungió durante seis años como presidente y hoy es directivo del Ente Nacional de Electricidad (ENTE). Este experimentado economista recordó el fantasma del fallido gobierno de izquierda de la Unión Democrática Popular (UDEP) y los 20 años de procesos neoliberales: “Llegamos a 1982 con un gobierno popular, con la propuesta de la desdolarización, cuando entonces 40 pesos bolivianos eran un dólar. Fue una metida de pata. El gobierno debía durar cuatro años, pero duro tres. Terminamos con que un dólar valía más de un millón de bolivianos. La Inflación de 1985 fue de 8200 por ciento. Nuestros compañeros de UDEP empobrecieron a la población. No se necesita ser de derecha para empobrecer a la población. No se supo manejar ni la política ni la economía. Cuando no se sabe de variables económicas empobrece al pueblo. Luego, empezó un nuevo periodo de 20 años de modelo neoliberal que dio estabilidad pero rifando las empresas estatales. Hasta 2006, que entra Evo Morales, no empieza un nuevo ciclo para Bolivia”.
“Con Evo -destaca- hay elementos centrales transformadores: la Asamblea Constituyente que refundó al país con una nueva Constitución; la total falta de credibilidad al FMI -a quienes se les pidió que se vayan porque tenía sus oficinas en el piso 15 del Banco Central con acceso directo a la oficina del presidente, una sinvergüenzura extraordinaria-; se declaró la soberanía de sus medidas económicas y, contra la que dicta la política ortodoxa, se sacó un decreto que prohibió la exportación de productos para atender el mercado nacional para que -recién después- se pueda exportar el excedente. Así mantuvimos los precios y evitamos la inflación”.
A su vez, explicó que el BCB “adquirió soberanía sobre las medidas monetarias, se invirtió en la economía (antes el Estado destinaba 300 millones de dólares para gasto social, mientras hoy invierte 5.000 millones para mantener el empleo y la producción); se redistribuyó la riqueza con aumentos sustanciales del salario mínimo, lo que hizo que Bolivia se convierta en un país con mejor nivel de vida, estabilidad de precios y soberanía monetaria”.
En 2005, la diferencia entre los bolivianos más ricos y los más pobres era de 129 veces. 14 años después, la cifra bajó a 39 veces. En el mismo sentido, la pobreza extrema se redujo de 38,2 por ciento a 15,2 y la moderada disminuyó de 60,6 a 34,6. El PBI nominal era de 9.574 millones de dólares en 2005, mientras que hoy es de 43.687 millones de dólares.
En una breve intervención, el secretario adjunto de la CTA Autónoma, Hugo Godoy saludó a los “dirigentes del hermano gobierno y pueblo boliviano que nos han hecho conocer la extraordinaria experiencia del proceso boliviano, que es una referencia y un faro”. En tanto, el titular ceteatista, Ricardo Peidro aseguró: “hoy miramos a Bolivia, la contracara de lo que estamos padeciendo en la Argentina”.
El evento fue co-organizado por la Central, el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas (MNER-CTEP) y el Observatorio de la Riqueza Padre Pedro Arrupe. Participaron de la mesa los promotores de esta visita Eduardo Murúa y Guillermo Robledo.