Redacción Canal Abierto | A partir de la Ley Nacional de Educación de 2006, en reemplazo de la Ley Federal menemista, la Nueva Escuela Secundaria (NES) se fue delineando como una propuesta unificada para esta instancia educativa en todo el país. Las distintas orientaciones que se multiplicaron con la ley anterior debían adaptarse y, poco a poco, todas las provincias lo hicieron. Todas, menos la Ciudad de Buenos Aires que, con todos los plazos vencidos, pretendió acomodar sus programas “a los ponchazos”, como dicen los docentes. Y, en la vorágine, llevarse puestas algunas escuelas.
“Cuando se hizo la reforma de la NES, nuestra escuela quedó en un limbo. Por ser nocturnos, no tuvimos ningún tipo de adecuación a la Ley, así que empezaron a prorrogarnos el título. Nosotros sabíamos que si no hacíamos algo iban a caer de la noche a la mañana con un nuevo plan de estudios sin ningún tipo de consulta: dicho y hecho”. De esta manera, Alejandra Tamagnone, profesora de Lengua y Literatura y coordinadora del Área de Comunicación del Bachillerato con Orientación Artística (BOA) “Antonio Berni”, de Almagro, resume cómo, en cuestión de días, se vieron presionados para “decidir” cuál de las tres ramas artísticas que hoy ofrecen -danzas folklóricas, artes plásticas y música- querían conservar.
“Hace cuatro años que venimos trabajando en eso, que nos juntamos con los otros dos BOA para que nos den reuniones en el área de artística y nos permitan presentar un proyecto que adecúe la currícula. Las pocas veces que nos dieron alguna reunión nos dijeron ‘sueñen con la escuela que quieren, piensen en armar un plan curricular‘ pero nunca llegó el momento de poder presentarlo porque no nos llaman –agrega Tamagnone, en diálogo con Canal Abierto-. El martes pasado, la supervisora que nos corresponde vino a informarle al director que tenemos que elegir entre uno de los tres lenguajes que nos ofrecen y que tenemos hasta el siguiente martes (hoy) para decidir qué orientación vamos a tener. Desde la comunidad educativa decimos que no vamos a decidir nada y que esto no va a pasar”.
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En tanto, el Gobierno de la Ciudad jamás facilitó a los docentes el nuevo plan de estudios. La poca información que circula habla de una base de 25 horas de clase, cuando actualmente los docentes tienen 30, y de acortar la cursada de cuatro a tres años. El Berni tiene entre 150 y 200 estudiantes y cerca de un centenar de docentes que se verían afectados.
Una opción diferente
En todos los casos, los bachilleratos artísticos proponen una opción para terminar el secundario que la adaptación “a los ponchazos” de Horacio Rodríguez Larreta no contempla. “Nuestros estudiantes no son pibes que lleguen buscando hacer algo de plástica o de música. Vienen a la escuela y ahí encuentran un espacio que les ofrece algo distinto a lo que les ofrecían las escuelas diurnas que los venían dejando afuera u otras nocturnas por las que ya pasaron. Es complejo atender a esa población, tenemos características que hacen que los pibes se sostengan, egresen y vayan a la universidad. Si hacemos lo que el Ministerio pide, lo que vamos a terminar ofreciendo es otra cosa. Para nosotros esto es un nuevo ataque a las escuelas nocturnas con la intención de, al final, cerrarlas”, explica la docente.
En efecto, a fines de 2018 una resolución de la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, apuntó a cerrar catorce escuelas comerciales de toda la Ciudad, cuya comunidad educativa resistió en las calles. Pocos días después, y gracias a la lucha, la funcionaria tuvo que dar marcha atrás con la medida.
De igual manera y con apoyo de los sindicatos, padres, alumnos y docentes del Berni organizan este jueves 10 a las 18.30 en Avenida La Plata y Rivadavia un semaforazo bajo las consignas #VuelvenPorLasNocturnas y #LosBOANoSeTocan.
“Somos una escuela chica pero con mucha fuerza, no vamos a dejar que nos lleven puestos”, finaliza Tamagnone.