Redacción Canal Abierto | Gracias al Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 668, con fecha 27 de septiembre de 2019, los organismos públicos que tengan “excedentes transitorios de liquidez” sólo podrán invertirlos en Letras del Tesoro (Letes). Como consecuencia, la ANSeS acaba de refinanciar otros $4.000 millones y US$120 mil millones en estas letras, lo que podría simplificarse diciendo que le prestó ese dinero el Tesoro proveniente del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS).
Un mes atrás, el FGS había suscripto Letes por $12 mil millones y US$57 millones, a comienzos de octubre otros $30 mil millones y US$175,5 millones; y en septiembre $35 mil millones y US$275 millones, según informó el periodista Ismael Bermúdez.
Este préstamo es una forma de financiamiento interno que está utilizando el Gobierno para reemplazar la ausencia de fuentes externas. La situación se da en el marco de un déficit primario encubierto que explica esta necesidad. El encubrimiento radica en que, si bien al comparar gastos y recursos acumulados devengados de este tercer trimestre del año resulta que hubo un superávit primario de $22.892 millones, el éxito no es tal.
Según un reciente estudio del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) titulado Ajuste perpetuo y expansión del déficit primario, de la mano de los intereses de la deuda ($478.982 millones, para el tercer trimestre, 107,7% más que en el mismo periodo de 2018), el resultado financiero fue deficitario.
“El déficit fue de $456.091 millones, superior al de 2018, que fue de $383.942 millones”, analiza.
El dibujo
Sucede que la estrategia de ajuste sobre el gasto aplicada por Cambiemos permite mostrar un mejor resultado primario (superávit) en comparación con el año anterior que en realidad no existe. “El aumento interanual del superávit primario se obtiene en base a una caída real de los ingresos -del orden del 2%- que se combina con un ajuste del 10% en el gasto primario real”, detalla el informe elaborado por Mariana Rivolta y Claudio Lozano.
En otras palabras, las estimaciones de recursos no se cumplen porque la recesión reduce la recaudación. Entonces, “toda búsqueda de reducción del déficit obliga a continuas reducciones del gasto primario”, agrega el estudio.
Por otro lado, el superávit esconde un “dibujo”: contabiliza los recursos extraordinarios de capital provenientes de la venta de la Central Térmica Ensenada-Barragán (por $26.321 millones), la venta de la Central Térmica Brigadier López (por $14.095 millones) y la concesión Aguada del Chañar (por $4.180 millones) que no existirán en futuros balances.
“Además, se acumulan ingresos por la venta de activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad por más de $53.000 millones -asegura-. Si no se hubiera realizado la disposición de los mencionados bienes, el superávit primario del periodo se vería reducido a un déficit de casi $75.000 millones”.
Las Letes, según el DNU 668, son emitidas a un plazo que no exceda los 180 días, por lo que las últimas que acaba de suscribir la ANSeS vencerán recién el 30 de abril de 2020.
Ilustración: Marcelo Spotti