Redacción Canal Abierto | “Lo que en abril era una oportunidad histórica se ha convertido en una necesidad histórica”, planteó Pablo Iglesias junto a Pedro Sánchez tras la rúbrica del acuerdo para formar un gobierno de coalición –como caracterizaron- “rotundamente progresista”.
De esta manera, los líderes de Unidos Podemos y el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) parecen haber encapsulado el riesgo que implicó el fuerte incremento del caudal de votos del ultraderechista partido Vox. También dejaron por escrito un programa de 10 puntos de cara al futuro, entre los que sobresale la creación de empleo, la lucha contra el cambio climático, la aprobación de nuevos derechos que profundicen el reconocimiento de la dignidad de las personas, las políticas feministas, y el poder garantizar la convivencia de Cataluña.
¿Cuál será la política económica, exterior y ambiental del futuro Gobierno? ¿Qué pasará con el Acuerdo UE-Mercosur? ¿Se viene un giro a la izquierda en la península ibérica?
Canal Abierto dialogó sobre estos interrogantes con el periodista, investigador y miembro de Ecologistas en Acción residente en Madrid, Tom Kucharz.
¿Qué lectura haces de las últimas elecciones en España?
– Si lo vemos en conjunto, los resultados electorales del 10 de noviembre para la izquierda y el progresismo en España fueron negativos respecto de las elecciones de abril pasado: tanto el PSOE –hoy en el Gobierno- como Unidos Podemos –que para una parte importante de la sociedad representa anhelos de cambio- han perdido muchos votos. Al mismo tiempo, vemos un auge peligroso de la ultra derecha que hoy se posiciona como tercera fuerza parlamentaria. Se trata de un crecimiento de los mensajes xenófobos, misóginos, racistas y de odio similares a otras fuerzas en el mundo –con Trump y Bolsonaro, por ejemplo- y la Unión Europea.
¿Es posible imaginar cuál será la política exterior española en un futuro Gobierno de coalición entre PSOE y Unidos Podemos?
– El pre acuerdo entre PSOE y Unidos Podemos aún deja abiertos muchos interrogantes. Es decir, cómo va a ser el reparto de ámbito de responsabilidades o, por ejemplo, quién estará al frente del Ministerio de Exteriores. Lo que sí tenemos claro es cuál fue la política exterior del PSOE en el poder, así como también los programas electorales de ambos espacios partidarios.
El PSOE tiene una larga tradición en el Gobierno, con una política exterior ligada a los intereses comerciales, financieros y económicos de las grandes elites, sea en búsqueda de recursos naturales para su explotación o la provisión de servicios (la banca, telecomunicaciones, energía, transporte o la construcción). Eso nos da una idea de la interrelación entre expansión multinacional y políticas públicas del PSOE, y sus similitudes con las gestiones en tiempos del Partido Popular (PP).
Sin embargo, Unidos Podemos tiene una mirada crítica de estos avances de multinacionales, por ejemplo sobre América Latina. ¿Podría llegar a lograr algún tipo de contrapeso?
– Ojalá pudiesen negociar sobre ello, pero tengo dudas. En los anteriores intentos por formar un Gobierno de coalición, la política exterior jugó un papel menor, casi secundario, en las negociaciones. Y si miramos el preacuerdo de ayer, la política exterior es casi inexistente. Sólo hay una frase en materia de política fiscal, pero en el marco de la Unión Europea.
Esto da a entender que continuará una política exterior hegemónica – vinculada a la Unión Europea- perversa en términos de violación sistemática de derechos humanos, no solo en las fronteras de europea, sino también hacia fuera: con acuerdos y pactos multilaterales que enriquecen la industria armamentística europea y producto del expolio de recursos en el exterior a través de una diplomacia como la que comentaba anteriormente.
Por poner un ejemplo, Unidos Podemos debería pedir la inmediata prohibición de venta de armas a Arabia Saudí y Turquía. Ahí seguramente veremos los primeros choques al interior de este posible Gobierno de coalición.
Por otro lado, el Golpe de Estado cívico, policial y militar en Bolivia fue condenado por la actual gestión del PSOE, aunque este no hiciera lo mismo con la represión del gobierno de Sebastián Piñera. Es más, mientras Pedro Sánchez acaba de negociar el traslado de la cumbre climática de Chile a Madrid, la COP 25 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019) va a seguir presidida por un Gobierno que ha provocado mas de 20 muertes y miles de detenidos y heridos. De hecho, el cambio de sede no hace mas que evitar la enorme exposición internacional que hubiera sufrido Piñera en caso de realizarse la cumbre en la capital chilena. De igual forma, hemos visto cómo el PSOE reconocía a Juan Guaidó como presidente de Venezuela, provocando un incremento de la conflictividad.
Ahí tenemos muchos ejemplos del papel cuestionable que ha tenido el Gobierno español en materia internacional, justificando situaciones graves y contribuyendo –por acción u omisión- a la violación de derechos humanos.
España es un caso excepcional en el concierto de naciones porque aquí hubo una dictadura franquista que dejó más de 100 mil personas asesinadas –que siguen en las cunetas por toda la península-, sin que por ello haya habido un solo juicio a los verdugos. Esto tiene que ver con la política exterior y el pasado colonialista de España: nunca hubo ni un juicio sobre el tráfico de esclavos o el genocidio sobre los pueblos indígenas, o sobre los responsables económicos del expolio en América Latina. Para entender la política xenófoba que permite la muerte de cientos de miles en las fronteras, hay que pensar ese pasado colonial que no está resuelto. En Ecologistas En Acción, nosotros trabajamos sobre las numerosas denuncias de ambientalistas americanos respecto de violaciones de derechos humanos por parte de empresas españolas.
¿Qué puede llegar a pasar con el acuerdo Mercosur – Unión Europea?
– Hay que dejar en claro que el acuerdo no está cerrado y que el anuncio tuvo que ver con el fin de las negociaciones, aunque sepamos que estás continúan.
Aunque en línea con su predecesor del PP, es preocupante que Pedro Sánchez –que se dice socialdemócrata- firme y celebre un acuerdo con un gobierno de ultraderecha y reaccionario, como es el de Jair Bolsonaro, y una mafia neoliberal, como fue la gestión de Mauricio Macri en Argentina.
Uno podría suponer que las organizaciones sociales van a plantear a Unidos Podemos que no se firme el acuerdo porque tendría enorme consecuencias negativas sobre el empleo (en concreto, mayor precarización para la pequeña agricultura familiar) y un refuerzo para los oligopolios para privatizar los recursos que quedan. Por supuesto, creemos que podría implicar un agravamiento de la crisis ambiental a nivel global: el incremento del volumen de materias primas que se espera Latinoamérica produzca y exporte, implicará la destrucción de ecosistemas desplazamientos poblacionales por el avance de los monocultivos. De igual manera, todo indica que también supondrá un mayor uso de agrotóxicos, con el envenenamiento que esto conlleva.
¿Qué es la COP25?
– Iba a tener lugar en Brasil, pero terminó cambiándose la sede a Chile a raíz de un gobierno de Bolsonaro que sigue la estela negacionista de Trump. Como saben todos, las movilizaciones hicieron que Piñera también lo cancele.
La COP25 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019) se firmó en 1992 y tiene lugar cada año en un país distinto, aunque últimamente se venía realizando en Europa. Esta vez hubiera significado una oportunidad para visibilizar la complicidad de los gobiernos latinoamericanos con los crímenes ambientales. De todos modos, Santiago de Chile va albergar en paralelo una contra cumbre.
La cumbre oficial tiene que discutir y anunciar una implementación del Acuerdo de París firmado en 2015 para reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero. El problema es que, al día de hoy, los compromisos asumidos fueron insuficientes para alcanzar las metas planteadas en París, lo que podría representar en sequías, tormentas e inundaciones, pérdida de biodiversidad. El aumento de la temperatura estipulado en el Acuerdo podría incluso ser mayor en algunas regiones de Latinoamérica y, por lo tanto, efectos mucho más complejos que ponen en juego la vida de millones. Estamos ante una emergencia ambiental y lo que podría terminar siendo un apartheid climático, donde una parte de la población rica va a tener dinero para sobrevivir, mientras que la gran mayoría –mas vulnerable- va a sufrir los impactos del cambio climático.
En definitiva, si bien podemos imaginar que el gobierno español va a intentar utilizar políticamente la cumbre, no creo que la COP25 en Madrid termine siendo una cumbre decisiva ante la falta de voluntad política de los gobiernos que van a asistir. Hay medidas para atacar esta emergencia y que no parece se vayan a tomar, aunque serían fundamentales: eliminar las subvenciones a los combustibles fósiles, cambiar el modelo de producción de alimentos –de una agricultura industrial a la soberanía alimentaria y la agroecología- y una relocalización de la economía. A mi entender, el Acuerdo Mercosur-Unión Europea no haría mas que agravar esta situación.