Por Carlos Saglul | “Por más que nos saquen los ojos, hemos visto un futuro de esperanza, que está en la lucha y por allí vamos”. Danilo Ahumada, presidente del Colegio de Periodistas de Valparaiso, apuesta al futuro de la lucha que da el pueblo chileno pero advierte que es peligroso pensar que sea el presidente Sebastián Piñera quien pueda llevar a buen puerto la demanda de reforma constitucional. “Piñera no se hizo rico vendiendo zapatos”, le dice a Canal Abierto. “Es parte de ese uno por ciento de la población que ha concentrado toda la riqueza. Si queremos la reforma de la Constitución es para que se nos reconozcan derechos que tienen que ver con salud, educación y otros que dependen de un mejor reparto de la riqueza. Y eso jamás lo lograremos sin terminar con el saqueo de esas minorías que, justamente, representa el jefe de Estado”, advierte.
Hay actitudes del gobierno que hacen temer por el destino de la reforma constitucional.
-Todo el tiempo van apareciendo nuevos resquemores. No se acepta la paridad de género. Tampoco la representación de los pueblos originarios. ¿De qué respeto por los derechos humanos podemos hablar cuando las minorías más importantes quedan fuera del debate?
El error central es que se de patrimonio exclusivo para discutir la Reforma Constitucional a los partidos políticos. Lo que la gente cuestiona es justamente la representatividad de esos partidos políticos. Si los partidos políticos representarán a la opinión pública, la gente no estaría en las calles.
Por otro lado, qué sentido tiene demorar el inicio de la reforma preguntándose sobre si el pueblo la quiero o no. El plebiscito que acabamos de hacer en algunas alcaidías confirmó que el noventa por ciento de la gente quiere la reforma ya.
La represión es la apuesta real, más allá del discurso reformista.
-El voto de la Ley Capucha, que se siga aplicando la Ley de Seguridad del Estado por la cual se puede detener una persona 90 días sin causa alguna, la utilización de soda caustica en los camiones hidrantes quemando a la gente. La rutina de dispararle a los ojos a la gente para dejarla ciega. No se puede hablar en serio de reforma constitucional mientras continúa la guerra contra el pueblo.
Si Piñera escuchara al pueblo como dice, además de abrir el proceso de reforma constitucional debería ya estar cumpliendo con las demandas sociales urgentes del pueblo. Esto implica, por ejemplo, terminar con el negocio de las jubilaciones, establecer la educación gratuita.
No nos hagamos los distraídos, ¿de dónde viene Piñera? Este señor no se hizo rico vendiendo zapatos sino en el mercado especulativo. El actual Presidente sigue siendo parte del uno por ciento más rico del país. Es uno de los dueños de Chile. Es representante de quienes quieren que sus privilegios cambien lo menos posible.
¿Qué papel jugaron los grandes medios?
-Desde el primer momento lo que hicieron fue criminalizar a la protesta social. Fue tan evidente que la gente que tomó las calles comenzó a increparlos públicamente. En una segunda etapa se dedicaron a mostrar los desordenes pero no las demandas de la gente. En los paneles los políticos discutían como terminar “con el desorden” pero nada se decía de las causas. La gente en la calle manifestaba también contra ellos, por más que se hagan los distraídos.
Por último trataron de invisivilizar la protesta, quitándole importancia. Es como decir “muchachos, esto se termina”.
Últimamente hay un pequeño cambio. Se habla de la reforma constitucional. Inclusive se invita a los verdaderos representantes de la demanda, a las organizaciones populares y sus referentes.
El merito de los medios alternativos fue fundamental. Ellos articularon la lucha.
La experiencia neoliberal no solo esta naufragando en el ´paraíso de pocos e infierno muchos´ que es Chile
-Si, en Chile se siente más porque el descontento estuvo más contenido, oculto por la publicidad oficial. Pero en todas partes la gente quiere que la escuchen, este modelo no va más. Nunca la corrupción fue tan evidente. Nunca tan claro que se gobierna solo para una minoría. Esta desnuda la complicidad de los grandes medios. La parcialidad de la justicia. Por eso esta terrible represión.
Los pacos le sacan los ojos a la gente, pero ni así pueden apagar esa mirada al futuro que ha visto esperanza en la lucha.
Aquí luchamos porque el agua no sea un privilegio. En Mendoza la gente marcha para que las mineras no se la quiten. Es todo el continente que se ve hermano en el dolor del derecho pisoteado pero también en la lucha.
El gobierno juega al desgaste de la movilización. ¿Qué posibilidades tiene?
-Este movimiento social ya no se puede detener. La gente tiene en claro que Piñera tiene que irse. Con é no puede haber ningún proceso de reformas serio porque justamente, no hay representante más claro de los que no quieren cambios.
Danilo Ahumada es periodista, director de cine, licenciado en Comunicación Social (Universidad de Playa Ancha, Chile).