Por Carlos Saglul | Brutal, la ministra de Salud de Salta, Josefina Medrano, relativizó la muerte por desnutrición de ocho niños que viven en comunidades wichis de esa provincia: «No es de hoy que los chicos mueren en esta época del año». Cada tanto cuando los muertos son muchos el exterminio de los pueblos originarios es titular de algún diario, va algún actor conocido a llevarles comida, los gobiernos prometen brindarles atención sanitaria. Cuando se apaga la cámara o se van los fotógrafos, el genocidio continua.
Reinaldo Ferreira, presidente de la organización zonal wichí TchótLhamenjempe (Los que construimos unidos), que reúne 26 comunidades de la provincia de Salta, explicó que la desnutrición hace estragos entre los niños.
“Dicen que el Estado nos da subsidios. Pero ¿cómo se hace para vivir un mes con dos mil pesos? Algunas familias llegan hasta cobrar cinco mil. Pero no hablamos de familias de dos personas, sino de diez, doce miembros”, dice a Canal Abierto.
“No nos gusta vivir de lo que nos da el Estado pero no hay trabajo. Ni changas se consiguen ya. Algunos se van en busca de trabajo pero es triste e injusto dejar la tierra”
Ferreira vive en el departamento de Rivadavia, Banda Norte, uno de los más castigados por el desamparo. Es dirigente de una comunidad que se estima, ronda las 60 mil personas.
Los wichis molestan al agronegocio que tala sus bosques, seca sus tierras. En la mayoría de los casos no tienen un centro de salud cercano. La tuberculosis y el chagas hacen estragos. Los wichis se resisten a mudarse a las villas de las grandes ciudades, se sienten atados a la tierra.
Ferreira dice que “pareciera que a algunos les conviene lo mal que nos va. Pasan los gobiernos y esto sigue igual. En el siglo XXI tengo que tomar agua de la represa donde hacen sus necesidades los cerdos. Hay vacas, caballos. No hay agua o el agua está contaminada. ¿Es posible que el gobierno no tenga plata para hacer pozos?-cuestiona-. La otra vez vino Julián Weich a repartir unos aparatos para potabilizar el agua. No sirven. Parece que nos toman el pelo. Con lo que gastan en publicidad sobra para hacer pozos como tienen otros”.
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El líder wichi recuerda: “cuando todavía estaba el gobernador (Juan Manuel) Urtubey le llevamos a sus ministros el agua que tomamos acá todos los días para ver si se animaban a tomarla. Todos saben lo que pasa. Periodistas y políticos dicen que nos morimos por razones culturales. No es verdad. Nos mata la falta de trabajo, la pobreza, no tener ni agua”