Redacción Canal Abierto | “El 25 de febrero del 2019 se registró en el Listado de Sociedades Anónimas del Banco Central de Uruguay la firma Vicentín SAIC Sucursal Uruguay”, sostiene un nuevo informe sobre Vicentin que desnuda, esta vez, la estructura empresaria del grupo.
Se trata del segundo que realiza el director del Banco Nación, Claudio Lozano, quien analiza por vía del balance de la firma, la estructura del holding empresario compuesto por 20 compañías.
“Vicentin SAIC Sucursal Uruguay está constituida en el vecino país desde el 2004, pero su registración en el listado del Banco Central Uruguayo se da recién a inicios del 2019, momento previo a la operatoria de prefinanciación de exportaciones entre Vicentín SAIC y Vicentin SAIC sucursal Uruguay, que generó el incumplimiento de la deuda de Vicentin SAIC con el Banco Nación”, sostiene el informe.
Estructura de propiedad de VICENTIN SAIC
La deuda en cuestión refiere a los US$350 millones que recibió la cerealera de parte de la entidad pública y representan más del 20% del patrimonio computable de la entidad oficial. El escándalo por el suculento préstamo que la gestión anterior del Banco Nación, a cargo de Javier González Fraga, le dio a la agroexportadora Vicentin estalló hace unos días cuando las actuales autoridades de la entidad pública iniciaron una investigación.
Los nuevos datos que Lozano aporta permiten inferir que su sucursal en Uruguay le habría permitido a Vicentin operar en ambas orillas del Río de la Plata, y registrar a la sede oriental como la destinataria de las exportaciones provenientes de la casa matriz en Argentina, que habían sido prefinanciadas con los créditos del Banco Nación aprobados por las autoridades macristas.
Historia de una deuda
Un primer informe de Lozano detallaba las irregularidades del último balance disponible de Vicentin, donde la empresa dibuja ganancias para plantear la antesala del “estrés financiero” que alegaría para no pagar los $23.500 millones que le debe a los bancos –el Nación, entre ellos- ni los US$350 millones que adeuda a los productores agropecuarios.
“Sin embargo, los pasillos del Banco Nación cuentan que en las múltiples reuniones que existieron con la empresa Vicentin para tratar de imponerle la necesidad de volver a encuadrarse en la normativa, frente a las exigencias de los funcionarios del banco, los dueños de la firma cruzaban del Banco Nación a la Casa Rosada para hablar directamente con la Presidencia –contaba Lozano-. Eso luego se transformaba en un llamado desde la Presidencia de Mauricio Macri al ex presidente del Banco, González Fraga, quien se encargaba de llamar la atención a los funcionarios del banco para que se allanaran a los requerimientos de la empresa”.
Con base en ese informe, el fiscal Gerardo Pollicita acaba de iniciar una investigación contra González Fraga y los directivos de Vicentin (Alberto Padoán y Gustavo Nardelli) por posible defraudación.
Pero en este segundo informe, Lozano aporta un dato vital: “De la información presentada surge de las 20 empresas en que Vicentin SAIC tiene participación (sea controlada o vinculada), en las 17 empresas para las que se presenta información, todas tienen patrimonio neto positivo, destacándose el caso de Vicentin Paraguay, Oleaginosa San Lorenzo y Renova (en la que actualmente tiene una participación minoritaria”.
Vicentin era en 2015, según datos del Banco Nación, la cuarta cerealera del país –sólo superada por Cargill, Aceitera General Deheza y la Asociación de Cooperativa Argentinas-, y ocupaba el puesto 19 en el total de las primeras 200 empresas del país. En 2018, pasó a ocupar el puesto 6 del ranking total y el primer lugar dentro de las cerealeras.
En este estado de situación, resulta llamativa la convocatoria de acreedores que la firma presentó la semana pasada, como consecuencia del pedido de quiebra que solicitó uno de sus proveedores ante la falta de pago.
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