Redacción Canal Abierto | Susy, coplera, escritora, performer, genia… Shock, monstruo, (a)normal, maestra, cantante, poeta, colibrí. Susy Shock puede seguir enumerando siendos porque lo establecido no es lo suyo y el gerundio es parte de su naturaleza.
“Yo, reinvindico mi derecho a ser un monstruo / ni varón ni mujer”, dice Susy en el poema “Monstruo mío” del Poemario Trans Pirado. “no quiero más títulos que cargar / no quiero más cargos ni casilleros a donde encajar / ni el nombre justo que me reserve ninguna Ciencia”, remata en una clara declaración de principios, una persona que habita el mundo con la convicción de que vamos siendo y construyéndonos.
“Hay una enorme época inaugurada en el regreso a la democracia. Toda reivindicación desde la diversidad, desde los géneros, desde las disidencias sexuales está íntimamente relacionada con los derechos humanos. Y en ninguna parte del mundo los derechos humanos tienen el sello, el hambre de ser, la construcción cultural intrínseca, casi el ADN como acá”, narra Susy, trazando un recorrido histórico, personal y colectivo. “Nosotras estamos absolutamente ligadas a la lucha de las Madres, de la Abuelas… El propio Batato (Barea) fue abrazado por las Abuelas cuando toda una cultura de obispos se oponía a la presencia de alguien tan raro como Batato, en aquel entonces. Pocas voces salían a defender a Batato y su hermosa insolencia artística, y fue una de las Madres la que lo fue a ver, lo abrazó, se sacó una foto. Desde ese abrazo simbólico, que los manuales de la historia no cuentan, hasta hoy se puede trazar un enorme recorrido”.
“Pajarito, volá y vení / Traé tu risa de niña guaraní / Pajarito, vola y vení”, dice la letra de Pajarito, escrita para su hija Anahí, cuando ésta era muy pequeña. Fue la primera de las dos canciones que nos ofreció Susy.
Susy y la Bandada de colibríes compartieron en el estudio de Canal Abierto dos temas del disco “Traviarca” editado a mediados de 2019. Susy le pone la voz y la letra a la mayoría de las canciones reunidas en el CD, trece temas con ritmos folklóricos que incluyen milonga, zamba, chacarera, candombe, murga, chamamé, diabladas, huaynos y vidalas. “Yo vengo de familia tucumana, pampeana, el folklore ha estado en mi infancia desde chiquita. Yo empecé bailando, tengo mucha peña bailando. El folklore se instaló primero en el cuerpo y después hubo que construir una voz”, narra.
Los colibríes que la acompañan son Caro Bonillo en dirección musical, guitarra, piano y acordeón, Solana Biderman en bajo, Sole Penelas en cuatro, y Horacio Vázquez en percusión y accesorios. Y, ausente en el estudio, Carla Morales Ríos, bailarina, que los acompaña en los shows.
“El nombre es un homenaje a nuestra traviarca Lohana Berkins pero también a todas las sin nombre. Si no las recordamos nosotras no las recuerda nadie”, declara en entrevista con la Agencia Presentes.