Redacción Canal Abierto | Hay una suerte de juego macabro para hacer con los buscadores de Internet. Consiste en escribir cualquier nombre femenino –el propio, de tener uno– acompañado de la palabra “hallada”. Sea cual fuere el nombre, el resultado es siempre el mismo: una lista de femicidios cuyas víctimas se llamaban igual. El juego le da dimensión al problema, que se agravó en la cuarentena: en los primeros 11 días del aislamiento por la pandemia de coronavirus en la Argentina, se reportaron 12 femicidios.
El último fue el de Cristina Iglesias y su hija Ada, cuyos cuerpos aparecieron enterrados en su casa en Monte Chingolo, Lanús. Habían desaparecido el miércoles.
La organización Mumalá registró, además, otros cuatro casos que están siendo investigados y otros seis intentos de femicidios.
“Nos llegan mensajes complejos. Con complejos me refiero la mujer siendo golpeada por el agresor. Las que trabajamos estas temáticas hace muchos años sabemos que cuando tenemos períodos críticos, como serían las fiestas, las vacaciones de invierno, vacaciones de verano, donde la familia y los agresores se encuentran todo el tiempo en el domicilio, controlando a las mujeres, viendo qué hacen, qué no hacen, impidiéndoles el contacto con el afuera, esto agrava las situaciones de violencia”, explica Fernanda Fuentealba, trabajadora de la Línea 144 dependiente del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación y delegada sindical.
La línea es de asesoramiento y contención, ya que las emergencias las canaliza el 911, funciona las 24 horas y tiene habilitada también la atención por WhatsApp. “Estamos haciendo guardias con teletrabajo –aclara Verónica Misseri, del servicio bonaerense-. Y las llamadas en cuarentena no sólo aumentaron, sino que ahora son mayormente por violencia de género, aunque la línea también atiende otras temáticas”.
En efecto, según datos de la Subsecretaría de Políticas contra la Violencia por razones de Género, del Ministerio de las Mujeres de la Provincia de Buenos Aires, desde el comienzo de la cuarentena las llamadas aumentaron un 60%.
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Esto ocurre porque, en la convivencia forzada y continúa “el ciclo de la violencia se hace cada vez más frecuente. De la acumulación de tensión al golpe, y a la luna de miel donde prometen que no van a volver a hacerlo, la manipulación para que vuelva a ocurrir el episodio”, detalla Fuentealba.
Al encierro con el agresor se le suma la dificultad para sacar a las víctimas del domicilio por la restricción a la circulación. Por eso, el consejo siempre es buscar apoyo afectivo. “Contar con redes, un familiar, una amiga con la que se pueda establecer alguna comunicación –agrega la especialista-. Nosotras desde la línea podemos, por ejemplo, brindar las autorizaciones de traslado, pero para eso necesitamos que ellas cuenten con alguna red, con alguna amiga, con algún contacto, llamen en situación de emergencia siempre al 911 y ante alguna dificultad llamar siempre a la Línea 144”.
Para visibilizar la situación, las distintas organizaciones feministas convocan hoy a las 18 a un Ruidazo en ventanas, terrazas, y balcones de todo el país bajo la consigna #EmergenciaNiUnaMenos y #VivasNosQueremos.
Barbijo rojo
Como respuesta, el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, a cargo de Elizabeth Gómez Alcorta, y la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA), realizaron un convenio para que las farmacias también funcionen como lugares donde recurrir para conseguir asistencia a partir del 1 de abril.
“Las personas en situación de violencias por motivos de género podrán acercarse a la farmacia más cercana de su barrio o llamar a la de confianza. Al solicitar un barbijo rojo, el personal de la farmacia comprenderá que se trata de una situación de violencia por motivos de género y gestionará una comunicación con la Línea 144, único dispositivo federal de asesoramiento y asistencia integral ante situaciones de violencia por motivos de género en todo el país”, detalla el comunicado.
Ante la solicitud de un “barbijo rojo”, el personal farmacéutico responderá que aún no tiene el producto y le solicitará algunos datos (nombre, apellido, teléfono, dirección, fecha y tipo de pedido, si es personal o para otro/a) bajo pretexto de acercárselo en cuanto se encuentre disponible. En el caso de que el pedido sea personal, también se podrá tomar nota de los datos de contacto de una persona de su círculo de confianza. Una vez registrados los datos, desde la farmacia se comunicarán con la Línea 144 para brindarle los datos de la persona en situación de violencia.