Nuestro más sentido aplauso y agradecimiento a esas empresas que en estos días tan complejos, tan inciertos, tan cargados de ansiedad, tienen el buen tino de mandarnos correos electrónicos alertándonos acerca de la peste y, por sobre todas las cosas, demostrándonos que su noción de la solidaridad, de su profundo interés por el bien común, es sustantivo. Vamos, enclaustrados, aplaudamos desde nuestra ventana, desde nuestro balcón, todos los días, a las ocho de la noche, el gesto de Clarín, La Nación, La Voz del Interior y otros, que, atendiendo a la necesidad de informarnos, tienen la gentileza de enviarnos un correo electrónico con el noble propósito de ofrecernos una rebaja en la suscripción mensual para poder leer las sesudas notas que publican. Y lo hacen bajo el hashtag #QuedateEnCasa. Promo: treinta, o cuarenta pesos por mes. Depende.
Y tampoco dejemos de extender el aplauso y el agradecimiento a las compañías de seguros que también gastan su valioso tiempo enviándonos correos electrónicos con formidables promociones para la contratación de un seguro de vida, “tan importante en nuestros días”.