Mientras la resistencia parece dialogar con la tradición, la disidencia brota inesperada desde las entrañas de lo que parecía unidad, consenso. La resistencia a un invasor, a formas de represión, a un plan económico crece en forma de alianzas, reunificaciones, frentes; la disidencia se inventa una soledad y apuesta a la comunidad de los que no tienen comunidad. Pero no se trata de definiciones fijas, sino de disposiciones histórico políticas, éticas y estéticas, cuyas especificidades no quitan zonas de vecindad. La sedición moviliza a una y otra contra la violencia institucionalizada, el afán colonial o la tiranía.
Resistencia, disidencia y sedición vuelven a poner cada vez en cuestión el tiempo y la memoria, fuerzan un nuevo tipo y lugar de enunciación. Figuras vitales del borde, materialismo de los límites de lo posible y el sostenimiento de lo imposible. Resistir y ejercer la disidencia separan y oponen, tanto como vuelven a reunir en su llamamiento liberador y componedor. Las filosofías políticas urdidas al calor, y a veces la sangre, de tales figuras forman parte del acervo gramatical y sensible que consciente o inconscientemente usamos o encarnamos cuando el malestar, la lucha o el deseo irrefrenable de vivir mejor se nos imponen.
Un “Pensando la cosa en el fin del mundo” con los filósofos Diego Tatián y Adrián Cangi y la instigación de Ariel Pennisi.
[mks_icon icon=»fa-thumbs-down» color=»#ff0000″ type=»fa»] Advertencia: la primera parte de la intervención de Diego Tatián tiene problemas de sonido debido a la conexión de internet, luego mejora. Disculpen la incomodidad.
Algunos destacados de la conversación:
Diego Tatián: “La interlocución con el pasado es fundamental en la incomodidad con el presente. Ha habido una ruptura, un desplome del futuro como aquello que marcaba la temporalidad de la acción política. Ahí, hay una dimensión del fracaso que es importantísima, y hay un giro de una cultura de la revolución, que ponía el absoluto en el futuro, a una cultura de la memoria, que de alguna manera pone el absoluto en la destrucción y en lo acontecido.”
Tatián: “En la introducción a la Dialéctica de la Ilustración, Adorno dice: “No se trata de conservar el pasado sino de conservar las esperanzas no realizadas del pasado”. Me gusta esa idea de conservar las esperanzas no realizadas, los fracasos del pasado; reemprender una y otra vez en condiciones diferentes aquello que en su momento no pudo prosperar. Esta es la dimensión política de la memoria, que no se pierda aquello que fue.”
Tatián: ”Hay un progresismo tecnocrático y reaccionario que acusa de conservadores a quienes tienen este diálogo con el pasado.”
Tatián: ”Puede ser un gesto de disidencia un conservacionismo emancipatorio que no deja perder las esperanzas del pasado y las pone a trabajar nuevamente para evitar que haya una clausura del presente en sí mismo y que, de alguna manera, ese progresismo reaccionario lo que hace es reproducir las condiciones de existencia tal y como existen evitando que haya novedad. La condición de posibilidad para que haya novedad es esa interlocución con las esperanzas y las expectativas no realizadas del pasado.”
”El pasado no es cosa del pasado. Estamos acechados constantemente por él. Si no hacemos algo con el pasado, el pasado hace algo con nosotros.” Diego Tatián.
Tatián: ”Cuando se decía ‘la sangre derramada no será negociada’, qué quiere decir eso; que ahí están los muertos trabajando sobre el imaginario militante de los vivos, esto no quiere decir quedar confinado en el terreno de la muerte, sino hacer una alianza temporal para producir una marca en el presente.”
”La memoria es una manera de romper la soledad.” Diego Tatián
Adrián Cangi: “La sedición parte de una indignación. Esa indignación vinculada a una vida ofendida, una vida injuriada, a una herida de fondo.”
Tatián: “Etimológicamente disidencia significa levantarse e irse, abandonar la sede, la silla Pero para ser disidente hay que haber pertenecido. Disidente es quien perteneció a algo, a una ortodoxia, y rompe con ella. Resistencia es a algo que viene de afuera, a una situación de opresión, a una situación de dominio.”
“No es mi revolución aquella en la que no pueda bailar” dice Ema Goldman, aunque la frase no es suya, yo diría no es mi revolución aquella en la que no pueda ser singular, en la que no pueda cultivar mi rareza. Pensar el derecho a la rareza y la construcción de lo común mancomunadamente es fundamental. | Diego Tatián
[mks_toggle title=»Tatián y Cangi:» state=»open»]Diego Tatián: Filósofo, ensayista. Doctor en Filosofía (Universidad Nacional de Córdoba), Doctor en Ciencias de la Cultura (Scuola di Alti Studi Fondazione Collegio San Carlo di Modena, Italia).Fue decano de la facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba, es investigador independiente del CONICET y docente de filosofía política (UNC). Dicta seminarios de posgrado en el país y en el extranjero. Coordina el Coloquio Internacional Spinoza en Argentina. Fue director de la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba. Publicó La cautela del salvaje. Pasiones y política en Spinoza (Adriana Hidalgo, 2001), Spinoza. Una introducción (Quadrata-Biblioteca Nacional, en Red Editorial, 2009, 2012), Lo interrumpido: escritos sobre filosofía y democracia (Las Cuarenta, 2017), Lo impropio (Excursiones, 2012), Lo que no cae. Bitácora de la resistencia (Cuarenta Ríos, 2019), Spinoza disidente (Tinta Limón, 2019).
Adrián Cangi: Ensayista. Doctor en Filosofía y Letras (Universidade de São Paulo), Doctor en Sociología (Universidad de Belgrano).Enseña en la Universidad de Buenos Aires, en la Universidad Nacional de La Plata y en la Universidad Nacional de Avellaneda, donde dirige la Maestría en Estéticas Contemporáneas Latinoamericanas.Dicta seminarios de posgrado en el país y en el extranjero. Es autor de Gilles Deleuze. Una filosofía de lo ilimitado en la naturaleza singular (Quadrata-Biblioteca Nacional, Red Editorial 2010, 2014); coautor de Filosofía para perros perdidos. Variaciones sobre Max Stirner (junto a Ariel Pennisi, Autonomía, Red Editorial, 2018) y compilador de Linchamientos. La policía que llevamos dentro (junto a Ariel Pennisi, Autonomía-Pie de los Hechos, Red Editorial, 2014); Imágenes del pueblo (Autonomía, Red Editorial, 2015); Meditaciones sobre el dolor (junto a Alejandra González, Autonomía, Red Editorial, 2019); Vitalismo. Contra la dictadura de la sucesión inevitable (en colaboración con Alejandro Miroli y Ezequiel Carranza, Ediciones del Signo, 2019).[/mks_toggle]