“Arderá la memoria hasta que todo sea como lo soñamos”
Por Carlos Saglul | Cuando le pidieron a Rodolfo Walsh que escribiera una semblanza de Francisco Urondo, de cuyo asesinato se cumplen 44 años, escogió las palabras de un poeta guerrillero checo asesinado por los nazis: “Recuérdenme siempre en nombre de la alegría”.
Era “un jodón, te ponía bien”, recuerdan sus compañeros. Poeta, escritor y, a diferencia de Juan Gelman y otros intelectuales de la guerrilla, un hombre con buen entrenamiento militar.
Además de trabajar como periodista en Primera Plana, Panorama, Crisis, La Opinión fue autor de los poemarios Historia Antigua, Breves, Lugares, Del otro lado, Larga distancia; los volúmenes de cuentos Todo eso y Al tacto; la pieza teatral Veraneando; y la novela Los pasos previos. En 1957 fue director de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional del Litoral y Director Nacional de Cultura de la Provincia de Santa Fe un año después.
Luego de separarse de su primera mujer, Chela Murua, Paco hace pareja con la actriz, Zulema Katz. Escribe numerosos guiones para cine y televisión. De esa época son Pajarito Gómez y Noche Terrible, la adaptación para televisión de Rojo y Negro de Stendhal.
El periodista, hombre de la cultura convive clandestinamente con el guerrillero. Combatiente de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Urondo participó, entre otras operaciones, del copamiento del pueblo de Garín. Hace una nueva pareja con Lili Massaferro, también militante de la organización armada que con el tiempo se funcionaria con Montoneros.
Junto a ella e Iván Roqué es detenido en 1973 en Ingeniero Maschwitz.
Ese mismo año, lo liberan cuando asume la presidencia, Héctor Cámpora. En las últimas horas de prisión toma los testimonios a los sobrevivientes de la masacre de Trelew que poco después sirve como columna vertebral del libro Trelew, la patria fusilada. Ese mismo año es designado director del Departamento de Letras de la Universidad de Buenos Aires. Al tiempo que crece el enfrentamiento en el seno del peronisno entre la derecha, sus bandas armadas y los Montoneros, Urondo es designado como encargado político y militar del diario Noticias.
Mucho se ha dicho sobre la des-promoción de Urondo, su alejamiento del cargo en Noticias y su traslado como responsable del área Mendoza por absurdas cuestiones de “moralina” de parte de la conducción montonera, o quizás internas políticas encubiertas. Walsh hizo mención a ese capítulo lamentable, así como a las circunstancias de la caída de su compañero: “El traslado de Paco a Mendoza fue un error. Cuyo era una sangría permanente desde 1975, nunca se la pudo mantener en pie. El Paco duró pocas semanas… Fue temiendo lo que sucedería. Hubo un encuentro con un vehículo enemigo, una persecución, un tiroteo de los dos coches a la par”. Iban Paco conduciendo, su compañera Ana Raboy, “Lucía”, la hija de ambos, Angela, y Rene “la Turca” Ahualli, que herida en una pierna milagrosamente pudo escapar.
“Tenían una metra, pero estaba en el baúl. No se pudieron despegar. Finalmente Paco frenó, buscó algo en su ropa y dijo: ´Disparen ustedes´. Luego agregó: ´Me tomé la pastilla y ya me siento mal´. La compañera Ahualli recuerda que Lucía le dijo: ´Pero, papá, ¿por qué hiciste eso?´. La compañera escapó entre las balas y días después llegó herida a Buenos Aires”, dice Walsh.”. Años después -cuando se enjuició a sus asesinos- se supo que en realidad, Urondo murió cuando el policía Celustiano Lucero le reventó la cabeza a culatazos. Nunca había tomado la pastilla de cianuro. Se lo dijo a sus compañeras para que escaparan mientras el trataba de cubrirlas disparando.
Tenía razón Walsh en elegir la palabra “alegría” para recordar a Urondo. Este -de enterarse- le hubiera respondido con uno de sus poemas:
“…Y la historia de la alegría no será privativa,
sino de toda la pendencia de la tierra y su aire,
su espalda y su perfil, su tos y su risa.
Ya no soy de aquí; apenas me siento una memoria de paso.
Mi confianza se apoya en el profundo desprecio
por este mundo desgraciado.
Le daré la vida para que nada siga como está”.