Redacción Canal Abierto | El 26 de junio de 2018 la Agencia Nacional de Noticias Télam, presidida por Rodolfo Pousá y bajo las órdenes de Hernán Lombardi, entonces titular del Sistema Federal de Medios Públicos, decidió despedir a 354 trabajadoras y trabajadores. Según argumentó el funcionario “para ahorrarle plata al Estado”.
Esa mañana, Lombardi en su cuenta de Facebook publicó: “Hoy ganó el periodismo y ganaron los ciudadanos”. A las 8 de la mañana, habían comenzado a llegar los telegramas que determinaban que el 40% de la dotación de personal de la Agencia fuera desvinculado. Un rato más tarde, el directorio de la empresa envió por correo electrónico a empleadas y empleados no despedidos el siguiente mensaje: “Sos parte de la nueva Télam. Confiamos en vos para la construcción de una agencia profesional, pluralista, democrática y federal”.
A las 14 horas de ese mismo día, una multitudinaria asamblea decidió ir al paro por tiempo indeterminado y ocupar pacíficamente las sedes de la calle Bolívar 531 y de la Avenida Belgrano 347, hasta lograr la reincorporación de todos los despedidos.
“La epopeya de 2018 tiene su clave en la Asamblea de Todes, la máxima reunión de las y los trabajadores de Télam. El toque de “¡Asamblea!” convoca a decidir, ejercicio vedado mientras oprime la rutina y en cambio disfrutado cuando el conflicto enciende el deseo de participar.
(…)Decida campañas prolongadas o acciones relámpago, la Asamblea es nuestro Haka con el que el “común” celebra la lucha y desafía a la guerra. Preludia el Himno atragantado, sella compromiso, da confianza en el triunfo y promete, siempre, la certeza de encontrarnos”. Celia Carbajal (en el blog Somos Télam)
Así comenzaba un conflicto que se prolongó por 119 días, en su etapa inicial, ya que tuvo un correlato luego para lograr que en la Justicia del Trabajo no se diera vuelta atrás con las reincorporaciones logradas en primer término.
Esa tarde, mientras con goles de Messi y Rojo la Selección Argentina vencía a la de Nigeria para pasar a octavos de final en el Mundial de Rusia, el festejo era amargo para 354 familias.
Somos Télam
El que sería un conflicto testigo de la era Macri había comenzado unos meses antes con el despido de tres empleados por supuesto mal desempeño de sus funciones.
Tras el despido masivo, comenzó una lucha en la que durante cuatro meses se realizaron más de 500 actividades de todo tipo. Desde el Torneo Internacional de Truco Hernán Lombardi (gana el que miente más) hasta paneles temáticos, intervenciones artísticas, sueltas de libros, dos marchas multitudinarias y un festival musical al que asistieron más de 6 mil personas.
Otro hito de la lucha fue redoblar la apuesta periodística y hacer un servicio de noticias paralelo al que se bautizó Somos Télam, que opacó el equívoco intento de continuidad de la agencia que ofrecían los directivos desde Tecnópolis con algunos empleados y esquiroles: un servicio mal redactado, sin información propia, poblado de gacetillas y fake news.
Pero el éxito de esta lucha es que supo convertirse en caja de resonancia de otras. Así, durante esos meses, pasaron por Télam, o sus delegaciones estuvieron con: los trabajadores del Astillero Río Santiago; las y los docentes bonaerenses dolidos por las muertes de Sandra y Rubén; las comunidades mapuches; los y las estatales despedidos del INTI y el Hospital Posadas; la familia de Santiago Maldonado; los profesorados de la Ciudad en alerta por el lanzamiento de la UNICABA; los choferes de la línea 60 y muchos más.
[mks_toggle title=»Si gana Télam ganamos todos» state=»open»]6/9/2018 | Junto a la Comisión interna del SIPREBA y la asamblea de trabajadores y trabajadores Canal Abierto organizó una actividad con transmisión en vivo de dos mesas temáticas “Medios públicos y populares, como garantes de una información democrática” y “Ajuste y deuda, recetas para el desastre” [mks_icon icon=»fa-arrow-right» color=»#ff0000″ type=»fa»] Si gana Télam ganamos todos[/mks_toggle]
El 18 de octubre de 2018, el fallo del juez Tatarsky determinó la reincorporación de 138 despedidos y el 19 de octubre la asamblea decidió levantar la medida de fuerza a partir del lunes 21 para facilitar la normalización de la agencia y abrir una mesa de diálogo con los funcionarios del Sistema Federal de Medios y Contenidos Públicos.
“2019 fue de una conflictividad permanente. Los directivos nunca más volvieron a pisar la empresa se manejaron desde sus casas y luego desde la sede que montaron en Tecnópolis”, comenta a Canal Abierto Esteban Giachero, delegado del SIPREBA (Sindicato de Prensa de Buenos Aires) en la agencia.
“Tuvimos una tarea ardua en la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo donde hicimos unas 8 o 10 marchas contra las maniobras de intervención que hizo el Ejecutivo, hace poco el juez Rafaeli dio cuenta de la mesa judicial del PRO, y luego sostuvimos cuatro meses de acampe durante todo el invierno en la calle Lavalle y logramos que se firme la segunda instancia consiguiendo que la apelación de la empresa fuera también a favor nuestro. A partir de ahí, los últimos meses de 2019 fueron a los tumbos por parte de la gestión, con nosotros muy fortalecidos por haber derrotado dos veces el intento de despido, lo que no pudo hacer primero el gobierno lo quisieron hacer a través de la Justicia y tampoco pudieron. Eso nos dio un plafón muy importante para estar parados hoy como estamos”, señala el delegado.
Luchar garpa
“El saldo organizativo que nos dejó la lucha es muy importante. Hay otros sindicatos dentro de Télam, pero es claro que el SIPREBA es el más representativo tanto política como numéricamente. Igualmente, en ese momento dimos una pelea de unidad que era lo correcto en la primera parte del conflicto”, reflexiona Giachero. “Logramos hacer pie en la FATPREN (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa); hoy nuestra compañera delegada Carla Gaudensi es su secretaria General. Son todas cuestiones que son una muestra de lo que puede dar una estructura sindical honesta, formada, combativa y que viene desde hace tiempo haciendo un trabajo de base. Nuestro laburo no empezó en 2018, muchos de nosotros venimos trabajando desde 2010, 2011. Después vino el SIPREBA que nos dio una estructura y un sostén político pero también económico y de estructura, es muy distinto pelear sin ese apoyo. Desde ahí en adelante lo que estamos haciendo es no sólo defender Télam sino el resto de los medios públicos y fortalecerlos”, evalúa el delegado y editor de video en la agencia.
“Respecto a los privados, la situación es muy difícil. Durante el gobierno de Cambiemos perdimos casi 4.500 puestos de trabajo a pesar de tener altos niveles de organización. Hay cierres de empresas, despidos, retiros, empresas vaciadas que después dejan a sus trabajadores en la calle”, señala.
El saldo positivo de la lucha se evidencia en que siempre fueron masivas las actividades y las asambleas; “hubo un núcleo muy activo de compañeros y compañeras que sostuvieron la medida de fuerza. La comisión interna estaba convencida en sostener el paro pero pudimos descansar en los compañeros, fue un trabajo colectivo, todo lo que hicimos no lo puede sostener una comisión interna sola”, concluye Giachero.
Hoy
Saldado el conflicto gremial, la actual gestión terminó de resolver las reincorporaciones pero la pandemia detuvo las negociaciones paritarias.
“En el marco de la pandemia la esencialidad declarada por el gobierno no se ve reflejada, no sólo en lo económico sino también en las condiciones de trabajo. En los medios privados los compañeros no la están pasando bien y en nuestro caso tenemos tres años sin paritarias. Nuestro salario perdió más del 50% de poder adquisitivo de lo que ganábamos en 2017”. Las condiciones de aislamiento dificultan el trabajo gremial y dinamitan la movilización y el conflicto abierto, pero seguramente encontraremos nuevas formas de lucha para estas nuevas condiciones… siempre los trabajadores encontramos formas de resistir y como colectivo promover cambios.