Redacción Canal Abierto | «Daría la impresión que el servicio de distribución eléctrica es lo mismo que lo preste Edesur que una cooperativa o un gobierno provincial. La verdad es que no es lo mismo, porque el balance de Edesur daba 400 millones de dólares de ganancia y los nuestros dan cero. No se puede comparar a los usuarios asociados en una cooperativa que a un grupo italiano que viene a invertir en Argentina. Poner a todos los sistemas de distribución eléctrica en la misma balanza es un análisis bastante superficial. Así que lo primero que hay que hacer es separarnos en imagen, acción, contenido, responsabilidad y visión real de las cosas».
Quien habla es Omar Zorzenón, coordinador de la Comisión de Política Energética y Tarifaria de la Federación Argentina de Cooperativas Eléctricas (FACE). En diálogo con Canal Abierto, analizó la situación de las privatizadas a partir de incumplimientos de Edesur.
La Federación nuclea a más de 660 cooperativas que brindan el servicio eléctrico en pequeñas y medianas localidades en 14 provincias del país.
Algunos lugares son parajes en los que en su momento ni el Estado ni los privados vieron la posibilidad o rentabilidad para realizar las inversiones y éstas fueron asumidas por los propios vecinos del lugar. “No es lo mismo que venga Enel de Italia y se le dé una concesión. Vas a encontrar cooperativas que tienen 70, 80 y hasta 90 años. Hay más de 200 cooperativas que abarcan toda la provincia. Queda afuera el AMBA, que está con las tres «EDEs» (Edesur, Edenor y Edelap) que son de un solo tipo”, plantea Zorzenon.
¿Qué postura tienen respecto al congelamiento tarifario dispuesto por el gobierno a comienzos de año?
-Está bien lo que hizo el gobierno en enero. Planteó congelar las tarifas y realizar una revisión tarifaria. O sea que no fue solamente un congelamiento de tarifas. La revisión después no se hizo porque la pandemia lo complicó. Ahora se empieza a hacer y Edesur y Edenor se ponen como locas. Porque en la distribución hay algunas cosas, en el transporte hay algunas cosas y en la generación hay muchas cosas. Así que había que congelar para revisar, porque había para bajar. Por ejemplo, yo soy de Cañada de Gómez, un pueblo de 40.000 habitantes en Santa Fe. A dos kilómetros tengo un motor de 2 megas que se usa dos o tres meses al año y tiene una tasa de retorno de 62% anual en dólares. Eso implica más o menos 20 años de finanzas internacionales en el mundo. Si fuera ese único motor, no sería mayor problema. Lo que pasa es que hay 14 motores que se hicieron en 2016 gracias al «compañero» Aranguren. Así que hay 16 motores que funcionan 3 meses al año. Es un negocio brillante. ¿Cómo no se va a poder bajar el costo de la energía? Lo que pasa es que este motor en vez de dar el 62% anual, tendría que dar no más del 8%. Con eso se podría bajar la tarifa un 15%. Entonces Edesur no se enoja tanto porque le congelen las tarifas, sino porque le van a revisar los números.
El coopertivismo no tiene nada que ver con esto. En este momento estamos las 600 cooperativas en una mesa nacional viendo caso por caso, porque nosotros sí vamos a pérdida con el congelamiento, porque estamos absorbiendo de la nada los aumentos que tuvimos del costo laboral. El 31 de diciembre vamos a estar casi todas al borde de estar fundidas. No es el caso de Edesur ni de Edenor. Las cooperativas de la economía social no tienen nada que ver con quienes están en el capitalismo. Y no tenemos problemas con ellos. Lo que pasa es que los muchachos del capitalismo pareciera que desconocen la ley 24.065 que habla de «ganancia razonable». No me parece que 62% en dólares sea una ganancia razonable.
¿Cuál fue el impacto de los tarifazos en las cooperativas?
-Calculá que, si la inflación fue entre el 400 y 500 %, las tarifas aumentaron un 4000%. Hubo una transferencia fenomenal de ingresos de los usuarios de las empresas privadas y socios de las empresas cooperativas a la generación y al transporte de energía. Lo que pasa es que en la ley 24.065, que es la que regla todo esto, el que producía la energía no la podía transportar. El que la transportaba no la podía distribuir. Pero hoy tenemos todos los paquetes accionarios cruzados y es la misma gente la que gana por generar, por transportar y por distribuir. Eso ha degenerado en un sistema incontrolable de ganancias y plata transferida a los amigos. Hay que imaginar lo que fue la fiesta de las tarifas.
En diciembre de 2018 el entonces gobierno nacional nos inició una acción legal porque nosotros dijimos que nuestros socios no podían pagar más. Entonces nos hicieron esa acción penal aduciendo que nosotros impulsábamos el no pago de los servicios, cuando lo que nosotros decíamos era que la gente no daba más. Los servicios pasaron de implicar entre el 2 y el 3% de un presupuesto familiar a más del 25%. Los servicios públicos hicieron bolsa la canasta familiar. También nos hicieron juicio porque cobrábamos el sepelio en la factura de la luz. Cuando moría uno de nuestros socios, la familia tenía que vender un terreno o el auto para pagar el sepelio. Nosotros le cobrábamos una cuota de 100 pesos con la factura de la luz. Y nos decían que no podíamos mezclar todo en la factura de la luz.
A partir de incumplimientos con la prestación del servicio, la Defensoría del Pueblo bonaerense planteó la expropiación de Edesur. ¿Cuál es su postura al respecto?
El poder de concesión lo tiene el Estado nacional. En algunos casos a nosotros nos lo da el Estado provincial o hasta el municipio. Entonces, ¿cómo el Estado va a expropiar algo que es del Estado? ¿Como podés expropiar algo que es tuyo? El Estado lo concedió y ahora puede pedir que se lo devuelvan sin pagar nada.
¿Qué cantidad de cortes promedio tiene un servicio brindado por cooperativa?
-Evidentemente lo que pasó es que agarraron 400 millones de dólares y esperaron. Y ahora ponen como excusa el congelamiento. Nosotros tenemos hecho un trabajo profundo. Si buscás noticias de corte de servicio en el interior bonaerense vas a encontrar poco y nada. Lo que pasa es que se reinvierte. La gran diferencia con las grandes sociedades anónimas es que ellos se las llevaron afuera. Acá tenemos balance anual con asamblea en el lugar. Hay una visión distinta del servicio. Nosotros no tenemos un 0800 para reclamos. Cualquiera de nosotros va al café y se encuentra con el presidente de la cooperativa y si las cosas no andan te reputean. O te tocan el timbre de tu casa. Seguramente haya algún pícaro que se quede con lo que no es suyo, pero no son los desaguisados de las sociedades anónimas. Estamos en 15 provincias con 600 cooperativas, eso es el movimiento cooperativo eléctrico.
¿El sistema eléctrico brindado por cooperativa es viable sólo en pequeñas localidades o podría trasladarse a grandes conglomerados urbanos?
-El modelo no tiene límites en la medida que se mantengan los preceptos básicos de lo que es una cooperativa: la participación cooperativa, la administración cooperativa y el sentimiento cooperativo del manejo de la cosa. Acá en la provincia de Buenos Aires tenés ciudades muy grandes como Zárate o Azul que están atendidas por cooperativas. Incluso hay ejemplos en el mundo. El servicio eléctrico más grande de Bolivia está en manos de una cooperativa. Estados Unidos tiene cooperativas en lugares inmensos. No es que haya un límite, eso lo ponen después las decisiones políticas que se van tomando. En un momento dado desaparecieron casi 40 cooperativas en las provincias por decisiones políticas.
Hay que pensar que la lógica es completamente distinta a la de una empresa. Si una cooperativa gana plata, es porque hubo error de cálculo. Porque los números le tienen que dar excedente «0». Si al final del año sobró plata es porque hubo error de cálculo y ese excedente se lo tiene que devolver a los socios, hacer una inversión o una ampliación de servicios. La figura cooperativa es esencial en las crisis porque como no tiene retorno al capital entonces uno puede bajar el precio del servicio lo más que se pueda.
¿Qué conclusiones se pueden sacar de la situación que se atraviesa hoy con Edesur como caso testigo?
-Es una muestra de lo que va a pasar con el sistema eléctrico. Esto se inicia el mismo día en que se toma la decisión de congelar y revisar tarifas. Ahí había que empezar a hacerlo. De todas maneras, esa revisión tarifaria abarca desde la generación, al transporte y la distribución. Y a Edesur le toca todo, porque siendo distribuidora terminó teniendo intereses en varios sectores del transporte y la generación. Hoy la pelea pareciera que es entre el ENRE y Edesur o Edenor. Pero en realidad es entre todo el sistema. Y la revisión tarifaria es para ver dónde podemos bajar costos. Yo creo que lo que está en discusión no es Edesur ni Edenor, sino todo el negocio eléctrico. No sólo la distribución, sino que hay que revisar todos los contratos de transporte a generación. Ahí creo que vamos a encontrar muchos sobreprecios. Nosotros sabemos que la Secretaría de Energía tiene sumo interés en revisar eso, como lo tiene el Ministerio de Producción, que es de donde hoy depende la Secretaría de Energía.