De estupidez, de soberbia, de racismo, de discriminación. De insensatez, de prejuicios y rencor. Pandemia de aletargamiento del sentido común. Y de cerrazón de ojos y orejas. De aborrecimiento. De ausencia de olfato y paladar. Pandemia de patéticos consumidores de dólares. Y de echadores de trabajadores. Y de represores. Pandemia de periodistas insalubres. De vecinos buchones y de machos y machas cabríos, cabrías, que necesitan correr y correr aunque nunca jamás lo hicieron. Pandemia de vecinos ilustres que cada tanto son víctimas de un ataque de patrioterismo y en grupos de cincuenta, cien personas, salen a la calle porque los devora el temor al comunismo peronista. Pandemia de gente que grita amar la libertad cuando nunca, en su pobre vida, hizo al menos una cosita por la libertad del otro. Pandemia del alejamiento, de la segregación. Del me importa un bledo la suerte que pueda correr el otro.
Ilustración: Marcelo Spotti