Canal Abierto Radio | A un año de comenzadas las protestas por los aumentos en el boleto del subte, pero luego de décadas de desigualdad y falta de derechos, el pueblo chileno torció la historia del neoliberalismo. “Cada vez se hizo más insostenible para Sebastián Piñera seguir gobernando, pasamos de un presidente irresoluto a un presidente insignificante”, aseguró el periodista Gabriel Pinto Moreno.
“El 18 de octubre de 2019 fue el momento que marcó un antes y un después en este despertar, en esta primavera de la sociedad chilena: este simbolismo reflejado en el alza de 30 pesos chilenos en el pasaje del transporte subterráneo desencadenó protestas nunca antes vista” que congregaron a miles de ciudadanos en las calles, incluso quienes “no tenían una militancia política, sino que simplemente compartían el significado y el significante de demandas que no habían sido colectivamente satisfechas”, analizó.
A la primera pregunta del Plebiscito “¿Quiere usted una Nueva Constitución?”, unos 5.885.721 chilenos votaron “Apruebo”, lo que representa al 78,27 por ciento de la población. Solo el 21,73 por ciento, un millón y medio, rechazaron. El mismo papel proponía dos tipos de órganos para la redacción de nueva Constitución Nacional, y allí ganó la convención constituyente, que estará formada por 155 ciudadanos elegidos en su totalidad por voto popular, y por primera vez en la historia de la humanidad, con paridad de género.
“Esto es una primera victoria, quizá la batalla ganada más importante” pero al ser una convención abierta a “cualquier miembro de la sociedad civil”, hay que tener en cuenta el lobby del poder económico. Este triunfo “es una derrota para la clase oligarca y el sistema político neoliberal, pero aún así tienen muchos tentáculos que en este momento los van a ocupar para tratar de imponer referentes dentro de la constitución” expresó el comunicador.
Luego de la elección de la constituyente, pautada para el 11 de abril del 2021, comenzará la redacción de una nueva Carta Magna con un plazo de nueve meses y una prórroga de hasta tres meses. Y en abril del 2022 la ciudadanía deberá aprobar esta reforma o rechazarla.
“Hay dos escenarios que podrían poner en contra a esta situación y podríamos quedarnos con la Constitución actual. El primero es que los dos tercios de los y las constituyentes no lleguen a un acuerdo en cada uno de los artículos. Sino se cumple el proyecto queda ahí. Y lo segundo, que no creo que ocurra pero es necesario mencionar, es que si el plebiscito o la ciudadanía dice que no está de acuerdo con la redacción, también nos quedaríamos con la constitución actual”, concluyó Pinto Montero.