Por Redacción lavaca | “Entiendo que el Gobierno de la Ciudad debe tener algunas presiones políticas hacia adentro de lo que es su marco partidario e ideológico, pero también entiendo que el Ministerio de Salud ha acompañado cada una de las prácticas que hemos impulsado para el acceso a la Interrupción Legal del Embarazo dentro de una perspectiva amplia de causales”, sostiene en diálogo con lavaca la médica Viviana Mazur, parte del equipo de la Coordinación de Salud Sexual, Sida e Infecciones de Transmisión Sexual del Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires (CABA), a cargo de Fernán Quirós.
Cuando inició el tratamiento del proyecto en el Congreso, el ministro porteño sostuvo cautamente en rueda de prensa: “Esperaremos que la trate el Congreso y en base a eso decidiremos cómo implementarla”. En esa oportunidad también habló sobre la objeción de conciencia: “Desde ya, que haya objeción de conciencia, que se le garantice a las mujeres acceso al servicio, ayuda a las instituciones de índole religioso a poder acompañar a la ley”.
Más acá de las declaraciones públicas, Mazur sostiene que desde la Ciudad de Buenos Aires “están evaluando cómo el sistema de salud y las obras sociales van a responder a la legalización”. Y agrega: “Por eso creo que, más allá de las declaraciones abiertas, la mayoría de los funcionarios acuerda con el derecho de las personas a decidir sobre sus cuerpos y sobre sus vidas”.
En la Cámara de Senadores hay tres representantes por la Ciudad: Martín Lousteau y Guadalupe Tagliaferri, del PRO; y Mariano Recalde, del Frente de Todos. Los tres votos son a favor de la legalización. Tagliaferri, ex ministra de Desarrollo Social de CABA, es en la Cámara Alta vice de la comisión cabecera del proyecto, Banca de la Mujer, por lo que le tocó en algunos momentos presidir el debate en comisiones. “La postura del aborto legal seguro y gratuito no invita a las mujeres a realizar un aborto sino que saca a las mujeres de la clandestinidad”, dijo a la prensa.
Mazur remarca que el proyecto es transversal y no partidario: “Eso es lo más impresionante de este proceso, y lo que nos ha enseñado el debate: cuando una ve las bancas que votan a favor y en contra, no hay ninguna bancada que tenga la totalidad de sus miembros alineados. Justamente uno de los aprendizajes más importantes es que la grieta pasa por otro lado: es entre quienes están a favor de que las personas puedan decidir y a valorar la vida de las mujeres desde una perspectiva más amplia, de la libertad, y entre quienes están en contra de la libertad y a favor del oscurantismo y la hipocresía. Me interesa resaltar que lo que se sostiene es la hipocresía, porque son esas mismas personas que después consultan en los servicios de salud, muy a escondidas, por una práctica para personas de su familia, o sus amantes. Son muchas las mujeres que llegan diciendo que jamás pensaron hacerse un aborto, que pensaban que las mujeres de los pañuelos verdes eran unas locas y luego se retractan porque gracias a ellas consiguieran este derecho”.
Sobre su postura personal: “No sólo estoy a favor, sino que estoy desesperada porque se pueda avanzar en la legalización del aborto, a pedido de las mujeres y personas con capacidad de gestar. Tiene que ser ley, al menos hasta la semana 14, porque me parece imprescindible que las personas puedan decidir sobre sus propias vidas y sus propios cuerpos. Es humillante sostener un sistema de causales como tenemos hasta ahora, y que las personas con capacidad de gestar tengan que mendigar ser incluidas en un régimen de causales para interrumpir un embarazo, o que tengan que depender de la voluntad de los equipos de salud o de las políticas municipales o provinciales para acceder a una ILE”.
¿Cómo está funcionando el protocolo de atención en la Ciudad de Buenos Aires?
-En Ciudad de Buenos Aires tenemos la alegría de haber podido construir un sistema de atención en relación a los derechos sexuales y reproductivos que tiene una interpretación amplia de las causales, que permitió que en 2019 se hicieran más de 8 mil interrupciones legales del embarazo (ILE). Sin embargo, siempre esas prácticas estuvieron sujetas a que hubiera equipos de salud que dieran lugar a esas solicitudes de mujeres y personas con capacidad de gestar que se animan a hacerlas, que pueden dejar de lado los temores que implica solicitar una interrupción de embarazo debido a que en nuestro país hay mujeres que han tenido que sostener años de cárcel ante sospechas de interrupción de embarazos. La legalización permite ubicar a las personas en una situación mucho más digna, de no tener que pedir permiso, ni por favor, ni perdón.
¿Cuáles son las situaciones que afrontan todos los días en relación al acceso a la Interrupción Legal del Embarazo (ILE)?
-Yo formo parte del programa de salud sexual en Ciudad, estoy a cargo del acceso a la ILE, junto con un equipo de compañeras que trabajamos mucho para que los equipos puedan dar acceso, para que haya insumos. Pero todos los días recibimos a través del 0800 mensajes de mujeres que no se animaron a pedirle a sus médicos del centro de salud o bien de su obra social, justamente por temor a lo que les puedan llegar a decir. Entonces pensamos que la legalización va a blanquear lo que sucede: que las mujeres y personas gestantes abortan más allá de los permisos que le otorgue el Estado va a terminar con las muertes que derivan de la clandestinidad. Pero también va a terminar con el sufrimiento, porque hay muchas mujeres que no se mueren, ni tampoco sufren mayores complicaciones y acceden a procesos más o menos cuidados, pero el sufrimiento que implica el no saber si van a estar en un marco de legalidad o acceder a una práctica en el marco de la clandestinidad, muchas veces empeñando lo poco que tienen para poder acceder a un aborto de manera clandestina pero más cuidada, genera mucho sufrimiento que enferma: no poder hablar de eso, el esconderse, el estigma, enferma. Poder hacerlo en un marco de libertad, de legalidad, con información y una sociedad que sostiene y avala, redunda en una situación de mejor salud para las mujeres, no sólo porque no se van a morir de eso, sino porque se va a comprender en el marco de sus derechos y el acceso a una salud más integral.
Foto: lavaca