Redacción Canal Abierto | Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA) y Federación Agraria continúan con el lockout por 72 horas en la comercialización de granos. La ratificación de la medida se da luego de que el Gobierno cediera a los reclamos, reabriendo de forma parcial (un cupo máximo de 30.000 toneladas diarias) la exportación de maíz que debía regir hasta el 1 de marzo próximo.
La marcha atrás anunciada el domingo por la noche, pocas horas antes del inicio de la protesta, fue resultado de intensas negociaciones entre el Ejecutivo y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA), espacio dominado por representantes de la Bolsa de Buenos Aires, la Mesa Nacional de las Carnes, la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC).
Divide…
La jugada busca desdibujar el rol que desde hace más de un década juega la Mesa de Enlace como principal interlocutor del agro. De hecho, no es más que un nuevo hito de una estrategia que ya lleva un año: en 2020, el presidente de la CIARA y el CEC, Gustavo Idigoras mantuvo cerca de 20 reuniones con las máximas autoridades del Gobierno.
Claro está, el acercamiento encubre pedidos y promesas a ambos lados del mostrador: de un lado, la reducción de retenciones y una flexibilización en las obligaciones de liquidar en Argentina los dólares de las ventas en el exterior; a cambio, las empresas prometen más inversiones y creación de puestos de trabajo.
“Si hay sectores de la Mesa de Enlace que representan la derecha reaccionaria, el Gobierno ahora elige sentarse con grupos que están aún más a la derecha, los representantes del capital mas concentrado”, opina Esteban Motta, productor agropecuario y dirigente de FAA Piamonte, provincia de Santa Fe.
Sin embargo, este juego de internas y divisiones que atiza el Ministerio de Agricultura no sólo no fue suficiente para desactivar la medida de fuerza, pareciera crispar aún más los ánimos de los peces más pequeños del sector. “Que el paro se haya resuelto entre gallos y medianoche y terminé deslucido no significa que no exista malestar entre los productores. El problema acá es que nos come la grieta: de un lado, se acusa a todo el sector de ser la patria oligárquica y realizar una medida netamente política; y del otro, se manipula las necesidades de los productores para asestar un golpe político”, asegura Motta en diálogo con Canal Abierto.
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Desde un principio, Coninagro -una de las cuatro patas de la Mesa de Enlace- se bajó del lockout. Aunque con críticas a la política oficial “intervencionista”, su titular y director del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Carlos Iannizzotto habló de una medida inoportuna y apuntó: “no adherir al cese de comercialización es una medida a favor del país, no a favor del Gobierno”.
El caso de Federación Agraria es más complejo: su cúpula anunció su adhesión, pero varios de sus integrantes se oponen o cuestionan la convocatoria.
“No estamos para nada de acuerdo con este paro ni con la pretendida lógica de que el mercado debe ser el encargado de regular las políticas agropecuarias y de comercialización”, afirmó a Canal Abierto el integrante del directorio de la Federación Agraria Argentina, Pablo Paillole.
Por su parte, el integrante del Movimiento Arraigo y ex director de Federación Agraria, Pedro Peretti fue aún mas duro: “El paro no tiene ninguna razón de ser, es eminentemente político”. En la misma línea, apuntó: “la Mesa de Enlace se transformó en la pata agraria de Cambiemos”.
“La realidad es que odian y quieren tumbar al Gobierno de Alberto y Cristina, incluso están dispuestos a perder plata con tal de perjudicarlo”, sentenció Peretti, y recordó: “diez días antes de que asuman, ya habían hecho la primera protesta a la vera de la ruta”.
Sobre las razones económicas esgrimidas por las patronales del campo, el productor agropecuario reconoció: “es uno de los mejores momentos de la historia para la agricultura argentina, con precios internacionales altísimos y retenciones relativamente bajas para el trigo y el maíz”.
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